La espera del general Baquedano

La ministra de Culturas, Consuelo Valdés, en el lugar en que se restaura el monumento, en Cerrillos.

A un mes del retiro de la escultura, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio trabaja en el reforzamiento de la estructura interna para evitar un eventual derribamiento. Los desórdenes en la zona han disminuido.


El retiro de la estatua del general Manuel Baquedano desde el óvalo central que divide a las comunas de Santiago y Providencia fue una discusión que se extendió durante todo el primer semestre de este año. El tema incluso llegó a La Moneda, donde analizaron las señales que se podían dar al ceder a la solicitud del Ejército por trasladar la figura del fallecido general ante su continua vandalización en medio de manifestaciones.

A mediados de marzo, el Consejo Nacional de Monumentos tomó la determinación de retirar la escultura diseñada por Virgilio Arias y que estaba en el centro de la plaza desde 1928. La decisión se tomó luego que dos violentas jornadas de protestas terminaran con la estatua quemada, cortada y martillada, en las jornadas del 6 y 8 de marzo.

Fue durante la noche del 11 de marzo y la madrugada del 12 de ese mes que Baquedano abandonó su tradicional ubicación. En medio de honores brindados por efectivos del Ejército, el monumento fue trasladado hasta dependencias del Ministerio de las Culturas, en Cerrillos, donde permanece hasta hoy.

El próximo lunes se cumple un mes sin Baquedano en el centro de la capital y los trabajos del Ministerio de las Culturas para avanzar en la restauración de la estatua están a punto de comenzar. Todo, tras la espera de trámites administrativos -como firmar el contrato con el equipo de restauradores- que hoy están en manos de la Intendencia Metropolitana.

Hasta ahora el diagnóstico del estado del monumento ya arrojó algunas conclusiones. Según explicaron desde el Ministerio, la pieza presenta una gran cantidad de alteraciones, entre ellas martillazos, afectación por exposición al fuego, capas de pintura y deformación de la pata izquierda trasera del caballo, así como daños en la pierna izquierda del jinete, la cola del caballo y el sable, y se han detectado separaciones de entre 4 y 5 milímetros entre distintas piezas, con pernos que han cedido.

Además, se presentan daños graves como pérdida de trozos o torceduras en las piezas mayores, especialmente en el soldado.

Otro aspecto que ha retrasado la concreción del proceso mismo de restauración es el estudio y entendimiento de los procesos de restauración previos de la pieza del Soldado, la cual fue intervenida en la década de los noventa.

Los expertos que trabajaron en el análisis de la estatua identificaron que las patas del caballo no poseen una estructura interior de refuerzo, lo que tiene que ser evaluado en el proceso de restauración integral.

Desde el Ministerio también manifestaron que -considerando la dimensión y condiciones para la restauración- se definió que ésta se realizará en las mismas dependencias donde hoy se encuentra el monumento.

El 8 de marzo, Baquedano vivió su momento más complejo. Ese día, un grupo de encapuchados escaló hasta la estatua e intentó derribarla con cuerdas, como también cortar las patas del caballo. Estuvieron a centímetros de botar la estatua.

Por lo mismo, el proceso de restauración tendrá entre sus desafíos principales el reforzamiento del sistema estructural de la escultura ecuestre y el soldado. La idea es volver a trasladar al general a su lugar de origen, donde no se pueden descartar nuevos intentos de vandalización al monumento.

La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, indicó que “durante el último mes se ha trabajado en distintos planos. Primero, en entender cómo fue construido este monumento hace casi cien años. Además, se ha diagnosticado su estado para así poder entender cuál es la forma más idónea de intervenirlo”.

También, junto a la escultura de Baquedano y el caballo, fueron retirados de la plaza el Soldado Desconocido y la figura de la mujer. Los elementos pequeños del conjunto, tales como el sable del general y la placa conmemorativa, están resguardados en el Centro Nacional de Restauración y Conservación del Ministerio de las Culturas y serán trasladados cuando corresponda según la etapa de restauración.

“Se trasladaron las otras piezas del conjunto escultórico a Cerrillos y junto con eso se buscaron los especialistas que pudieran hacer este tipo de trabajo en el país”, explicó Valdés.

Menos desórdenes

El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, junto a efectivos de Carabineros, monitoreando la situación de Plaza Baquedano, como todos los viernes.

El mes sin el monumento en el principal eje de Santiago no solo ha permitido la restauración de la escultura, sino que también logró apaciguar el permanente foco de tensión en el que se había convertido Plaza Italia.

Según cifras de Carabineros, el mismo viernes 12 de marzo, ya sin Baquedano en la plaza, se registraron 9 carabineros lesionados, la cifra más baja en un mes. Un mes antes -el 12 de febrero, también viernes- hubo 36 policías heridos. Durante los últimos dos viernes siguientes no hubo carabineros lesionados, y la cantidad de eventos violentos se redujo a 0. ¿Las detenciones? También “sin registro”. ¿Uniformados heridos? saldo limpio, una vez más.

Tanto en Interior como en Carabineros hay una valoración positiva de la baja de hechos de violencia en Plaza Italia, lo que podría explicarse tanto por el retiro y las medidas de seguridad reforzadas como por la cuarentena decretada hace dos semanas en la Región Metropolitana.

El subsecretario del Interior, Juan Francisco Galli, y el jefe de la Dirección Nacional de Orden y Seguridad de Carabineros, general Esteban Díaz, participan semanalmente de reuniones para analizar las operaciones policiales, donde la prioridad es detener a quienes estén en situación de delitos flagrantes, evitando la confrontación directa entre los policías y los manifestantes.

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