José Andrés Murillo: El Papa demostró "mano dura" al expulsar a Karadima

José Andrés Murillo
José Andrés Murillo, director ejecutivo de la Fundación para la Confianza y denunciante de Karadima.

Uno de los denunciantes del expárroco de El Bosque señaló que la decisión de Francisco "va en la línea de las víctimas, porque va en la línea de los derechos de los niños, de los derechos humanos, y eso tiene que ser la plataforma básica desde donde se muevan todas las instituciones".


El Papa demostró hoy "mano dura" al retirar el sacerdocio al cura Fernando Karadima, señaló José Andrés Murillo uno de sus denunciantes esta tarde.

"Aquí el Papa ha dado una muestra de mano dura, fuerte pero justa", enfatizó Murillo este viernes en una atiborrada rueda de prensa realizada en plena vía pública.

Murillo, afirmó categóricamente que aquí "se tiene que desarticular la red de abusos y encubrimientos que ha caracterizado la cultura de la Conferencia Episcopal en Chile, y eso es lo que (el Papa) ha ido haciendo".

El Papa Francisco "ha dimitido del estado clerical a Fernando Karadima Fariña", condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por violaciones y abusos sexuales a menores en Chile, informó hoy la Santa Sede en un comunicado.

Murillo señaló a los periodistas que Karadima fue despojado de la calidad de sacerdote "que le permitió abusar" no solo de ellos, sino también "de muchas personas, y esa calidad de sacerdote fue entregada y confirmada cotidianamente por la jerarquía de la Iglesia Católica", aseveró.

"Y en eso quiero hace un hincapié grande cómo los sacerdotes pueden abusar, porque hay una plataforma de poder que es la Iglesia misma que los protege y eso es lo que tiene que ir cambiando", enfatizó.

El denunciante de Karadima señaló que la decisión de Francisco va en la línea correcta: "Va en la línea de las víctimas porque va en la línea de los derechos de los niños, va en la línea de los derechos humanos, y eso tiene que ser la plataforma básica desde donde se muevan todas las instituciones, incluso la Iglesia".

"Yo no puedo decir que estoy contento o alegre, estamos hablando de abusos sexuales, estamos hablando de encubrimientos, estamos hablando de una tragedia", enfatizó Murillo.

No obstante, dijo que con este hecho se ha dado una señal de protección a los cerca de 300 millones de niños que tiene a cargo la Iglesia católica en todo el mundo. "Una señal de protección a los derechos de los niños, a los derechos de los más jóvenes y los más frágiles y, por lo menos, se le ha quitado su plataforma de poder", concluyó.

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