Jesuitas piden perdón por abusos cometidos por Renato Poblete y descartan encubrimiento

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"El aparente éxito en su labor apostólica omnibuló nuestra capacidad de supervisar su vida cotidiana y controlar debidamente su manejo de dineros", expresó el provincial Cristián del Campo respecto a los hechos cometidos por el sacerdote.


Este martes se dieron a conocer los resultados de la investigación contra el sacerdote Renato Poblete ordenada por la Congregación Jesuita, la que reveló la denuncia de 22 mujeres, cuatro de ellas menores de edad, al momento en que ocurrieron los hechos.

Durante la presentación de este informe el provincial jesuita, Cristián del Campo, pidió perdón por los casos de abuso, pero descartó situaciones de encubrimiento, aunque agregó que "le corresponde al Ministerio Público determinar su existencia".

Sin embargo, el informe arrojó que algunos jesuitas recibieron algún tipo de información, rumores o comentarios de terceros, lo que "implicaría una responsabilidad ética en su actuar".

En esta línea, el provincial reconoció que "los canales institucionales fallaron ya que el gobierno provincial no activó con la debida diligencia los resguardos que permitieran detener las situaciones abusivas".

"Así como la investigación determinó responsabilidades éticas de algunos jesuitas, también determinó responsabilidades éticas de tipo institucional, que se desprenden de las dinámicas institucionales de la Compañía de Jesús. Señala que si bien estas no son causas directas de los hechos denunciados, operaron como facilitadores o bien como medidas ineficaces para evitar las conductas de abuso de pode, conciencia y sexuales cometidas por Renato Poblete", expresó del Campo.

El informe también reveló que existió "una mirada permisiva a conductas de Renato Poblete que estaban en el límite de lo ético en relación con el manejo del dinero, el poder y su relación con mujeres".

"Una estructura institucional que fue ineficaz para evitar y enfrentar situaciones de abuso, es decir, falta de instancias de mayor control como códigos de conducta que definieran más precisamente estándares profesionales de actuación de los sacerdotes y religiosos, prácticas culturales que dificultaron la detención temprana de las conductas abusivas, por ejemplo, la defensa corporativa o la exaltación del logro y la autonomía individual", agregó.

Tras esto, el provincial jesuita realizó una "solicitud de perdón institucional" a todas las víctimas de abuso. "Hemos llegado a esta dura verdad gracias a la valentía de todas las personas que estuvieron dispuestas a compartir sus dolorosas y traumáticas experiencias de abuso", sostuvo.

"Quiero en nombre de la Compañía de Jesús pedirles perdón a las víctimas de abuso sexual en este caso y en los otros cometidos por jesuitas. El daño infringido ha sido enorme y en muchos casos tan grande que es difícil de dimensionar con palabras", continuó del Campo.

El sacerdote enfatizó que "pedir perdón no obliga a las víctimas a perdonar, pero como compañía de Jesús queremos reconocer el daño que hemos hecho y que ustedes han sufrido tan profundamente. Deseamos la ocasión de expresarles personalmente la petición de perdón en los últimos días".

Cristián del Campo reconoció que la congregación falló en este y otros casos en reaccionar con "diligencia" ante las "noticias, informaciones y señales preocupantes". "Pedimos perdón porque no actuamos con la prontitud y seriedad que se requería, con una mirada puesta en quienes estaban sufriendo en silencio".

En el caso de Poblete "el aparente éxito en su labor apostólica omnibuló nuestra capacidad de supervisar su vida cotidiana y controlar debidamente su manejo de dineros", dijo, agregando que esto fue lo que permitió al acusado "utilizar ese poder para abusar de mujeres".

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