El fin del hogar donde murió Lissette Villa

A tres años y cinco meses del fallecimiento de la niña de 11 años, Sename inició el cierre del Cread Galvarino. La semana pasada se realizó el primero de tres traslados de los niños al nuevo modelo de residencias familiares.


Catorce camas con acolchado rosado están armadas, pese a que esta noche nadie dormirá ahí. Un angelito decorado con lápices de colores y papel lustre está sobre una de ellas. Es lo único que queda en la pieza del Centro Especializado de Administración Directa (Cread) Galvarino, en Santiago. Hace siete días, las 14 niñas que dormían en esos 20 metros cuadrados fueron trasladadas hasta una casona de calle Bilbao, en Providencia, la que será la primera residencia de vida familiar inaugurada por el Sename en la Región Metropolitana.

El cambio significa el reemplazo del modelo tipo internado que históricamente ha sostenido el servicio, por uno que se pretende asemejar al hogar que las niñas tendrían con sus familias. También busca dejar atrás lo peor del sistema de protección a cargo del Estado chileno, acusado en 2018 por la ONU de violar durante décadas los derechos humanos de miles de niños, niñas y adolescentes bajo su cuidado.

Parece que no hay mejor lugar para comenzar que esta pieza, donde hace tres años y cinco meses falleció Lissette Villa, a los 11 años. Pese a que los funcionarios no relacionan al angelito pintado con la pequeña, para otros es un dibujo que significa un prohibido olvidar a Lissette, y con ella a todos los niños que han fallecido en estos centros.

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La residencia de vida familiar de Providencia fue inaugurada el 9 de septiembre y residen allí 15 niñas de Galvarino.[/caption]

Hoy, Galvarino muestra una cara distinta a aquella que dio al país esos nubosos días de 2016. Tras la muerte de la pequeña, el 11 de abril de ese año, se inyectaron recursos que cambiaron la tierra de los patios por columpios, una multicancha y pasto artificial.

Algunos niños juegan fútbol, mientras otros preparan el acto de Fiestas Patrias que celebrarán esa tarde. Ninguno de ellos estuvo esa noche de abril. La muerte de Lissette no tiene un peso sobre ellos, según las funcionarias. Para Carmen Huenchumil, directora de Galvarino desde hace tres meses, "la marca sí permanece en los adultos que trabajan en este lugar".

El traslado de 14 niñas desde el Cread es el primer paso para su fin. Algunas habitaciones ya fueron cerradas y así avanzará su clausura hasta que el último de los 45 niños que aún permanecen en el recinto de Bascuñán Guerrero al llegar a Blanco Encalada, abandone el lugar. Según se planifica, esto debería ocurrir en las últimas semanas de este año.

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Se abrirán dos nuevas residencias en reemplazo del Cread Galvarino, en Providencia y San Miguel.[/caption]

Para Carla Leal, directora regional metropolitana del Sename, "con el cierre de este centro dejamos atrás un modelo que no nos permite trabajar con un estándar de profesionales acordes a las necesidades de los niños. Trasladarnos a un nuevo modelo, personalizado en residencias con un máximo de 15 niños por casa, con un estándar de profesionales y cuidadores que están todo el día con ellos, facilitará el trabajo con niños, niñas, adolescentes y sus familias".

Nuevas residencias

El lunes 9 de septiembre, el grupo de niñas llegó hasta la primera de las tres residencias familiares que reemplazarán a Galvarino. El proceso requirió semanas de charlas que les permitieran asumir de la mejor forma el cambio. Si antes eran hasta 15 niños por pieza, hoy viven en dormitorios de un máximo de tres. Incluso, hay casos de piezas individuales. Lo mismo ocurre en el uso de los baños. Si antes los 60 niños (en Galvarino, de entre seis y 12 años) compartían los mismos sanitarios, hoy ese número se reduce a tres baños para 15. Uno de ellos adaptado para niños con movilidad reducida. Durante el día hay un tutor cada tres niños y por las noches, un monitor por cada cuatro. No hay rejas ni candados como ocurre en el modelo antiguo. Se pueden mover libremente por la casa e incluso ir a jugar a los parques del sector. "La idea es que se muevan como hace cualquier niño en su casa", indicó Alejandro Goye, director de la nueva residencia.

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El cierre definitivo de Galvarino ocurriría en las últimas semanas de 2019.[/caption]

Para el resto de los niños que aún espera en la comuna de Santiago, se planifica que de aquí a fin de año serán llevados a dos residencias aún por inaugurar: otra en Providencia y una en San Miguel. Durante los meses que restan de 2019, también se prevé la apertura de algunos de los seis hogares que permitirán el cierre del Cread Pudahuel, el otro recinto de la capital.

Se espera el cierre de todos los Cread del país en 2020. El camino se inició en 2018 en las regiones de Valparaíso y Coyhaique, zonas que sirvieron como pilotos en la instalación del nuevo modelo de residencias familiares. En el caso de la V Región, el cierre del Cread Playa Ancha dio paso a cuatro nuevos hogares (Cerro Alegre, Viña del Mar, Quilpué y Quillota). Mientras la casa instalada en la Región de Aysén fue el primer hogar de administración directa de Sename en la zona.

Evaluación a funcionarios

Según la investigación iniciada en el Ministerio Público en 2016, Lissette Villa murió por "asfixia por sofocación de compresión mecánica externa". Ello, luego de que una funcionaria de 92 kilos se sentara sobre la niña mientras estaba boca abajo en el suelo. En la acusación presentada en mayo pasado, la Fiscalía Regional de Los Lagos apuntó a cuatro funcionarias de Galvarino.

El paso de trabajadores desde los Cread hasta las nuevas residencias,¿ significará, según la Dirección Nacional del Sename, la salida del 30% de los funcionarios que hoy trabajan en los centros. Se ofreció a los administrativos abandonar el servicio a cambio de una indemnización. Aunque esta también puede ser forzada, por la desaprobación de una evaluación que se impuso a quienes quieren continuar en el nuevo modelo.

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En el Cread metropolitano permanecen 45 niños.[/caption]

"El servicio tuvo una evaluación de personas que significó la evaluación psicolaboral de todos los funcionarios que querían participar en las residencias de vida familiar. Lo mismo para el reclutamiento de profesionales externos que quieren ser parte de este proceso. Los equipos están conformados completamente por profesionales, un plus que actualmente no tenemos en los Cread. Esto marca una diferencia importante entre ambos modelos", explicó Carla Leal.

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