Felipe Berríos y nuevo arzobispo: "Se ha estirado el chicle"

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El sacerdote Felipe Berríos.

Frente a la posibilidad de que el Papa designe este mes al sucesor del cardenal Ezzati, expertos dan su perfil ideal.


Si bien la crisis de la Iglesia Católica es nacional, la Arquidiócesis de Santiago es uno de los principales blancos de las críticas respecto de cómo las autoridades eclesiásticas han manejado los casos de abusos contra menores que involucran a miembros del clero. Mientras, el Ministerio Público indaga en todo Chile no solo eventuales abusos, sino también el presunto encubrimiento por parte de algunos religiosos.

En la Iglesia de Santiago, el cardenal Ricardo Ezzati cumplirá este diciembre dos años desde que presentó su renuncia, en razón de su edad tope para el cargo (75). Y desde fuentes de la misma Iglesia han adelantado a La Tercera que es altamente probable que durante este mismo mes el Papa Francisco designe a su sucesor. Incluso, se especula que podría tratarse de un prelado de otro país.

Sin embargo, para el historiador de la Iglesia Marcial Sánchez, "la persona que llegue no será el arzobispo definitivo, yo apostaría más bien por un administrador apostólico".

Agrega que su importancia radica "en que esta persona deberá reunificar a la Iglesia (...) hoy tenemos sacerdotes que incluso en sus misas piden la salida del cardenal Ezzati, mientras que otros son más condescendientes y muy leales a él".

Sánchez asegura también que la persona elegida debe ser cercana a Francisco, pues "Santiago es una plaza cardenalicia, y dentro de eso el Pontífice tiene que tener cardenales afines a él, para componer el G9", lo que a su juicio "le ayudaría también "a sumar adherentes a su política reformista".

"Que no se aferre al poder"

La espera por este nombramiento ha generado diferentes reacciones. El sacerdote jesuita Felipe Berríos, quien reside en Antofagasta, reconoce que "estamos cansados, se ha estirado demasiado el chicle" en torno al nombramiento del nuevo arzobispo, por lo que también espera que su reemplazo llegue antes de fin de año. "Nos sentimos sin pastor", precisa.

Mientras el historiador Marcial Sánchez apuesta a una transición con ribetes más políticos dentro de la Iglesia chilena, el presbítero Berríos cree que la principal tarea de quien asuma "es volver a recuperar la credibilidad de la Iglesia; que él crea en Jesucristo y no se aferre al poder; tiene que ser una persona que sea creíble para toda la sociedad chilena, no solo para los católicos, y además debe ser alguien muy cercano y acogedor con las víctimas".

Fuentes cercanas a la Iglesia comentan que, una vez nombrado el cargo, tomaría un rol importante el único obispo auxiliar que queda en Santiago, Cristian Roncagliolo, quien ya ha trabajado con el Papa Francisco y "sería uno de sus apoyos en este proceso de transición".

Respecto de otras características, en círculos de la Iglesia de Santiago se repite que el nuevo prelado, si es extranjero, debe hablar muy bien español, idealmente ser latinoamericano, poseer retiros u otras experiencias con la Iglesia chilena y tener línea directa con el Papa.

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