Director de colegio que suspendió clases en Valparaíso: “Si la autoridad asegura que no va a pasar nada, le creemos..., había desinformación generalizada”

22 MARZO DE 2023. RODRIGO LOBOS, DIRECTOR DEL COLEGIO LUTERANO CONCORDIA, VALPARAÍSO. FOTO: DEDVI MISSENE

Rodrigo Lobos, directivo del Colegio Luterano Concordia, uno de los diez que tomó la medida el martes en Valparaíso, producto del funeral de "alto riesgo" de El Ñaju, criticó al subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, por no haberles informado -el lunes- de las acciones desplegadas en torno al evento.


“Estimada comunidad educativa (...) Hemos recibido la información de que mañana martes 21 de marzo, se desarrollará un funeral denominado de “alto riesgo”, y su trayectoria sería en las cercanías del Colegio. Por lo anterior es que hemos decidido que las actividades de mañana 21 de marzo se encuentran suspendidas para todo el establecimiento”.

Ese fue el comunicado que Rodrigo Lobos Marticorena, director del Colegio Luterano Concordia de Valparaíso -uno de los diez que suspendió sus clases en resguardo del funeral de El Ñaju-, envió pasadas las 19:00 del lunes para anunciar el cierre del establecimiento.

Lobos -profesor de Historia, magíster en Dirección y liderazgo para la gestión educacional- cuenta que, en sus 62 años de historia, el establecimiento (subvencionado, 800 estudiantes) nunca había suspendido clases por motivos de seguridad. Y explica que la medida tuvo que tomarla, principalmente, por no contar con una respuesta oficial de parte de las autoridades.

¿Por qué tomó la decisión de suspender las clases?

Porque el lunes, a partir de las 18:00, muchos apoderados llamaron al colegio para preguntar qué medidas íbamos a tomar en función de lo que ellos denominaban ‘funeral de alto riesgo’. Como colegio no teníamos mayor información al respecto (...). Entonces, decidimos suspender las clases para resguardar. Además, el lunes se estaban provocando barricadas en algunas zonas de Playa Ancha y cortes de tránsito. Paralelo a eso, la información era que el fin de semana hubo balaceras en la noche, en muchos cerros de Valparaíso. Con esos antecedentes pusimos sobre la mesa la seguridad de la comunidad educativa y decidimos cerrar.

¿El gobierno tuvo alguna injerencia en esta decisión?

No. Los colegios somos autónomos. Podemos suspender las clases y avisar, a través de oficio; cosa que afortunadamente el gobierno autorizó con recuperación. Eso sí, hoy (miércoles) vino María Alejandra Torres, jefa del departamento provincial del Ministerio de Educación, y Alejandra Romero, coordinadora regional de Seguridad Pública (subsecretaría de Prevención del Delito), a preguntar por qué tomamos la decisión y a comprometerse con la información, porque la certeza de la información es la que nos hace tomar decisiones (...) a mí no me gusta suspender las clases, pero la información que manejábamos era que podía haber algo peligroso. De hecho, fue un funeral con mucho resguardo. No estábamos equivocados. Entonces, si la autoridad nos asegura que no va a pasar nada, por supuesto que le creemos. Pero la información que teníamos era que podía suscitarse riesgo, y en base a eso es mejor no exponer a nadie.

¿Tuvieron alguna recomendación de carabineros, el lunes, para sustentar la decisión?

No. Lamentablemente, no pudimos comunicarnos con carabineros de forma oficial. Porque a esa hora, después de las seis de la tarde, no nos contestaron el teléfono. Carabineros siempre responde nuestros llamados, pero en ese momento la información oficial no la teníamos. Y yo entiendo que carabineros tampoco tenía muy claro, a esa hora, qué podía ocurrir y qué no (...). Pregunté directamente a la Primera Comisaría Sur y no tuve respuesta oficial. Ante la desinformación generalizada y el temor de la comunidad educativa, nosotros decidimos la suspensión de clases. Ojalá que esta anécdota sirva para que los canales de comunicación fluyan de mejor manera.

El subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, dijo que había medidas para resguardar la seguridad y que no fue “una buena decisión” la suspensión de clases.

Si el subsecretario dice que el evento no era para suspender las clases, me hubiera encantado que lo hubiera dicho el lunes, y así no suspendemos las clases (...) si ellos dicen que no era para suspender, dennos la tranquilidad, hagan que los canales funcionen, manden comunicados a los colegios. Hagan que los vecinos se sientan seguros.

Por su parte, la ministra del Interior, Carolina Tohá, dijo “no podemos permitir que el narcotráfico decida el calendario escolar”. ¿Está de acuerdo?

Estoy absolutamente en línea con la ministra. Pero también tiene que ver con cómo ellos nos transmiten la sensación de seguridad. Y me lo dijo también la representante de la subsecretaría de Prevención del Delito: para ellos no iba a ser un funeral de alto riesgo (...) pareciera que le bajan el perfil a las personas implicadas (...) el día miércoles -ya ayer no pasó nada- nos dicen ‘no era para tanto’. Pero, hoy día (miércoles). Si lo hubiesen dicho el lunes sería distinto. No hubiésemos suspendido nada.

¿Entonces, era posible no suspender las clases?

Según ellos sí. Según yo no, bajo ninguna circunstancia. La información que yo tenía era que iba a ser muy peligroso (...) y eso no fue desmentido oficialmente por nadie.

¿Cómo explicaron la suspensión a los estudiantes?

Les indicamos que siempre los vamos a resguardar, y una manera de resguardarlos, ante hechos que no podemos controlar, es que en algunos momentos se puedan quedar en sus casas. Eso fue lo que vieron los estudiantes el miércoles antes de entrar a la clase.

¿Cómo es la seguridad en el sector?

Acá donde se ubica el colegio es tranquilo. Nunca hemos tenido ninguna acción delicitiva asociada a algún balazo. Sin embargo, muchos de nuestros estudiantes, que viven más arriba en Playa Ancha, sí conviven con balaceras. El colegio nunca en 62 años había tenido que suspender clases por motivos de seguridad.

¿Recibió las orientaciones del Mineduc, post funeral?

Sí, llegó algo parecido a un protocolo, de 35 páginas. Nos parece que va en la línea correcta. Pero ojalá que no normalicemos esto.

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