El crudo relato de una víctima del excanciller

Víctima
El excanciller del Arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz (de chaleco). AgenciaUno/Archivo

La Fundación para la Confianza patrocina la primera querella contra el sacerdote Óscar Muñoz. En su escrito, el joven relata cómo la exautoridad de la Iglesia de Santiago lo habría violentado sexualmente durante tres años.


2 de enero de 2018. La Iglesia Católica chilena se preparaba para la inminente visita del Papa Francisco, el primer pontífice que visitaba el país después de casi 30 años. En paralelo, y con total hermetismo, el entonces canciller del Arzobispado de Santiago, Óscar Muñoz Toledo, se autodenunciaba ante la Opade de la Iglesia capitalina por presunto abuso sexual contra menores. En ese momento se inició una investigación eclesial y fue suspendido de todas sus tareas pastorales.

Dos días después, "el padre Óscar visitó la casa de mis padres, para explicarnos su salida de la Iglesia (...) se puso a llorar y contó que sus sobrinos lo habían denunciado por abuso, pero que él no había hecho nada y que se había autodenunciado para que no se dijeran cosas falsas; mis padres le dieron su apoyo (...) unos días después lo convidaron a ir de vacaciones con mi familia a Parral".

Esto es parte del relato de un acólito que actualmente tiene 18 años de edad. El joven presentó la primera querella contra el sacerdote Muñoz, en la cual asegura que sufrió abusos durante tres años por parte del excanciller. De hecho, indica que en aquel viaje a Parral sucedió lo mismo.

Su caso motivó que el pasado 14 de septiembre el presbítero fuera reformalizado, cambiándose el estupro, de los cargos originales, por el de violación.

En el escrito, presentado a principios de este mes ante el Juzgado de Garantía de Rancagua, la víctima relata que desde muy pequeño participaba en la parroquia Inmaculada Concepción de Maipú, a cargo de Muñoz. Primero en el coro y luego como acólito, cuando tenía 8 años.

Recuerda que en 2010 "comencé a acercarme al padre Óscar Muñoz", quien "siempre tenía un grupo de cinco jóvenes a quienes guiaba espiritualmente, desde los 14 o 15 años". Agrega que en 2013 el sacerdote se convirtió en su guía espiritual, acompañamiento que también otorgaba a su hermano mayor.

El comienzo de todo

El joven, quien ahora estudia en la universidad, explica en su querella que nunca ha tenido experiencias sexuales, salvo lo ocurrido con Óscar Muñoz.

Dice que en 2014, cuando tenía 15 años, Muñoz avanzó en sus cariños físicos. "Al principio nos dábamos la mano, luego abrazos largos, para entonces comenzar a saludarme de besos y correr la cara (...) para mí era como normal lo de los besos y abrazos largos, ya que esto también se lo hacía a los otros jóvenes a quienes guiaba".

Recuerda que el primer abuso lo habría concretado en junio de 2015. "Nos fuimos a un retiro en la casa ignaciana de Padre Hurtado (...) dijo que me acostara y me comenzó a dar besos en la boca, me preguntaba si yo estaba excitado, yo le decía que no". Luego -continúa el relato- el sacerdote se levantó, ante el desconcierto de su víctima, quien agrega que posteriormente "me dice perdóname por lo que pasó, que no volvería a ocurrir, pero que era porque él me quería, que era parte de nuestra relación; pensé que era una prueba para afianzar mi vocación sacerdotal, como parte del discernimiento. Además, yo veía que hacía cosas parecidas con otros".

En ese entonces, la víctima era menor de edad.

Pese a las promesas y perdones, los hechos, aparentemente, siguieron repitiéndose. El denunciante describe al menos 10 episodios de violencia sexual por parte del sacerdote. Sin embargo, según la querella, fue en febrero de 2017 cuando se habría concretado la violación, que se repitió "al menos una vez al mes durante 2017", agrega el relato.

"Traté muchas veces de alejarme del padre, le decía que ya no quería que fuera mi guía espiritual, pero él me decía que nunca más me haría nada, pero a la vez siguiente que nos veíamos volvía a hacerme lo mismo", sostiene.

Poder

En septiembre de 2015, el entonces menor supuestamente vio a Muñoz espiar a otro muchacho de 17 años mientras se duchaba: "Yo me enojé mucho, sentí que esto podría ser abuso", pero el sacerdote lo convenció de que "lo que sentía era envidia, me decía que no sería nada sin su apoyo".

Para ese entonces, Muñoz Toledo "era canciller del Arzobispado de Santiago y, entre otras cosas, estaba a cargo de recibir denuncias por abusos sexuales. Yo sabía que el padre tenía mucho poder en la Iglesia", relata la víctima.

De hecho, en la querella presentada por una de las víctimas del también sacerdote Jorge Laplagne, ella asegura que en 2010 fue Óscar Muñoz , como vicecanciller, quien le ofreció su colaboración y la invitó a iniciar el proceso canónico, a cargo de Raúl Hasbún.

El denunciante de Muñoz cuenta que los abusos se repitieron hasta marzo de este año, un mes después de la primera visita de Charles Scicluna. En el entorno del sacerdote aseguran que las relaciones sexuales "fueron consentidas", por lo que su defensa pidió el sobreseimiento. Sobre la querella, su abogado, Gabriel Henríquez, dice que "era esperable, es el ejercicio de sus derechos y la enfrentaremos como hasta ahora lo hemos hecho".

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