Crónica Estéreo | Pablo Valenzuela y Bernardita Méndez: el último desafío de unos pioneros de la ciencia


La historia de Pablo Valenzuela, que en 2002 recibió el Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas, se ha contado muchas veces, pero el relato siempre requiere de actualizaciones: a sus 81 años el bioquímico sigue moviendo las fronteras de lo posible y modificando el paisaje científico. Algo que tuvo su primer gran hito con la fundación en 1981, en San Francisco, de Chiron Corporation, junto a eminencias científicas como William Rutter y Edward Penhoet. Chiron fue una de las primeras empresas biotecnológicas del mundo y ahí Valenzuela se metió en la historia de la ciencia con logros como el desarrollo de la vacuna contra la Hepatitis B y la supervisión de la investigación que derivó en el descubrimiento del virus de la Hepatitis C, que le valió a Michael Houghton el Premio Nobel de Medicina en 2020.

En toda su brillante Carrera, Valenzuela no ha estado solo.

La doctora en biología celular Bernardita Méndez, su esposa, ha sido su socia en la materialización de la ambiciosa misión que asumieron al volver definitivamente a Chile en 1999 después de más de 20 años en California: la de impulsar la creación de empresas científicas, estimular la inversión pública y privada en ciencia y formar nuevas generaciones de científicos. Algo que han hecho a través de la Fundación Ciencia y Vida y también desde la formación o participación en distintos niveles de varias empresas científicas en el país. Su área de especialización, los asuntos regulatorios de la industria biotecnológica, ha hecho de ella una requerida experta, asesora y conferencista.

Ahora el camino de ambos tiene un nuevo hito, un nuevo desafío que los convierte otra vez en pioneros: se trata de Zentynel Frontier Investments, el primer fondo de inversión de Latinoamérica especializado en biotecnología.

Para entender cómo y por qué llegaron a este punto es imprescindible hablar de un tercer protagonista en esta historia.

Cristián Hernández Cuevas comenzó su carrera científica en un laboratorio pero pronto encontró su vocación en la gestión de negocios científicos, en lo cual basó su especialización y en lo que ha trabajado por cerca de dos décadas. En cierta medida, Hernández -quien además es un entusiasta divulgador de ciencia- es el ejemplo personificado de la visión de Valenzuela y Méndez, con quienes ha trabajado en varios emprendimientos basados en ciencia. Ahora ellos tres son uno de los dos mundos que confluyen en Zentynel, compañía basada en Estados Unidos y concebida como administradora de capital de riesgo con alcance en toda la región e inversionistas de todo el mundo. Son cinco socios, tres de ellos científicos: Valenzuela, Méndez y Hernández. Los otros dos vienen del mundo de las finanzas: Pablo Fernández y Roberto Loehnert, socios de Venturance Investments.

Con el foco puesto en la inversión en desarrollos de biotecnología en la región, Zentynel ya tiene un portafolio de cinco empresas; ninguna de ellas chilenas. La explicación es simple: Valenzuela, Méndez y Hernández llevan mucho tiempo involucrándose en este tipo de emprendimientos en Chile y por lo tanto es difícil encontrar hoy uno en el que no tengan algún tipo de conflicto de interés.

Hoy en Crónica Estéreo conversamos con Pablo Valenzuela, Bernardita Méndez y Cristián Hernández sobre hacer empresas científicas en Chile y en Latinoamérica y cómo Zentynel viene a coronar una misión de vida.

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