Trump y Biden protagonizan la elección más reñida en 20 años

A waitress wearing a face mask to help curb the spread of the coronavirus stands near a TV showing live telecast of U.S. election, at a pub in Beijing, Wednesday, Nov. 4, 2020. (AP Photo/Andy Wong)

El Presidente republicano conseguió esta madrugada triunfos en lugares clave como Florida y Ohio, pero su contendor demócrata logró una victoria en Arizona, el primer estado que dio vuelta y que lo mantiene con vida. "Francamente ganamos esta elección", dijo Trump, mientras que Biden fue más mesurado al señalar que "vamos camino a la victoria".


Tal como se esperaba, la carrera por la Casa Blanca entre el Presidente Donald Trump y su contendor demócrata, Joe Biden, era tan estrecha que hasta la madrugada seguía reinando la incertidumbre y no se proyectaba un claro ganador. Así, se repetía de alguna manera el escenario electoral del año 2000, cuando la jornada terminó en un caos total por el cuestionado conteo de votos en Florida.

Los primeros resultados no mostraron cambios del mapa electoral de 2016. El mandatario sumaba 213 votos electorales tras imponerse en 23 estados, incluyendo Indiana, Kentucky, Oklahoma y Tennessee y Virginia Occidental. A su vez, Biden sumaba 225 votos electorales con victorias en 17 estados, incluyendo Delaware, donde jugaba de local; Nueva York, con sus 29 votos electorales, y el Distrito de Columbia, con 3 votos pero con una importancia simbólica, porque es donde está la capital estadounidense. Para conquistar la Presidencia se necesitan 270 votos en el Colegio Electoral, de un total de 538.

La primera gran victoria de Trump vino de la mano de Florida, un estado clave, ya que entrega 29 votos electorales. Además, el Presidente logró retener Ohio y Texas, y era favorito en Carolina del Norte.

Donald Trump anoche en la Casa Blanca tras darse como ganador. FOTO: REUTERS/Carlos Barria

Esto mantenía casi intacta la esperanza de Trump para conseguir otros cuatro años en el poder. Sin embargo, le quedaba todavía un largo camino por delante, ya que debía ganar la mayoría de los estados que votaron por él en 2016.

La “sorpresa” de la noche llegó pasada la 01.00, cuando Fox News dio por vencedor a Biden en Arizona, estado que reparte 11 votos electorales y que Trump ganó en 2016. Así, Arizona se convirtió en el primer estado que el candidato demócrata logró revertir, algo que lo mantenía con vida tras la seguidilla de triunfos de su rival. Trump logró imponerse sin problemas en los estados del sur, conocidos como el “Cinturón Bíblico”, mientras que para alcanzar los 270 votos electorales Biden debía apostar por una victoria en los estados del noreste industrial, conocido como el “Cinturón del Óxido”.

El mapa electoral muestra en rojo los estados donde se predice que el ganador es Donald Trump y en azul los de Joe Biden.

Fue después del anuncio sobre Arizona que Biden dio un discurso en Delaware, donde señaló: “Hay que tener paciencia, hasta que cada uno de los votos sea contado. Creo que vamos en camino a ganar estas elecciones. Ganaremos Pennsylvania”. Minutos después, Trump replicó a través de su cuenta en Twitter: “Estamos arriba en grande, pero están tratando de robar la elección. Nunca dejaremos que lo hagan. Los votos no pueden ser contados después de que se cierran las urnas”.

Una hora más tarde, Trump dio un discurso en el que se dio por ganador en Georgia y como favorito en Pennsylvania y Carolina del Norte. “Francamente ganamos las elecciones”, dijo el Presidente. De inmediato varios comentaristas criticaron al mandatario por aventurarse a declarar una victoria que en ningún caso podía atribuirse.

A diferencia de hace cuatro años, esta carrera tenía como ingrediente del voto anticipado en cifras récord, más de 102 millones de personas. Esto retrasaba los resultados en estados clave como Michigan y Pennsylvania, que permiten realizar el conteo hasta el viernes. Ohio, por su parte, lo permite hasta el 13 de noviembre.

Todo esto hacía que la elección entre Trump y Biden se transformara en la más reñida desde los comicios que enfrentaron a George W. Bush con Al Gore en 2000 y que fueron definidas por la justicia.

Pennsylvania: la clave

Los analistas estimaban que Pennsylvania podría definir la elección. Se calcula que un 45% del voto corresponde a sufragio anticipado, que suele inclinarse por los demócratas. Hasta anoche Trump lideraba con 56% de los votos, frente a Biden que conseguía 43% de los sufragios. Pero podría haber una distorsión.

Para ganar las elecciones se necesitan 270 votos electorales, que se reparten de un total de 538 repartidos entre todos los estados de acuerdo con su representación en el Congreso. Biden tenía más margen de combinar distintas posibilidades. Así, para su victoria necesitaba Pennsylvania y otro estado del noreste industrial, como Wisconsin o Michigan. En caso de que Biden termine imponiéndose en Georgia –aunque Trump se dio como ganador en este estado–, no necesitaría Pennsylvania. En cambio, para ser reelecto Trump necesita mantener cuatro de cinco estados de los que ganó en 2016: Wisconsin, Michigan, Pennsyvania, Carolina del Norte y Georgia. De esta manera, tiene margen para perder solo uno de esos estados.

Si el resultado es cerrado podrían pasar días antes de que se conozca al ganador. La incertidumbre hacía prever que se produjeran prolongadas batallas legales que podrían dirimir el resultado final en la Corte Suprema, que tiene una tendencia conservadora.

Joe Biden, acompañado de su esposa Jill, habla ante sus partidarios anoche en Wilmington, Delaware. FOTO: AP Photo/Andrew Harnik.

Millones de votantes, muchos con mascarillas y respetando el distanciamiento social, hicieron extensas filas en todo el país para emitir su voto. No se registraron señales de interrupciones en los lugares de votación, este pese a que existía el temor de que se produjeran disturbios.

Trump inició la jornada de manera optimista, pronosticando que tendría un mejor resultado que hace cuatro años, pero durante una visita a sus oficinas de campaña se mostró mucho más moderado. “Ganar es fácil”, dijo a los periodistas. “Perder nunca es fácil, no para mí”, añadió.

Trabajadores electorales preparan las boletas para ser contadas durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2020 en Filadelfia, Pennsylvania, Estados Unidos, el 3 de noviembre de 2020. REUTERS / Eduardo Munoz

Joe Biden, visitó ayer la casa y la iglesia donde pasó su infancia en Scranton, como parte de un llamado al voto antes de viajar a esperar los resultados electorales en Wilmington, Delaware, donde reside. Su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris, estuvo de visita en Detroit, una ciudad de población mayoritariamente negra en el crucial estado de Michigan.

Un tercio de los votantes estadounidenses mencionaron la economía como el asunto que más les importa al decidir su candidato a presidente, según una encuesta a boca de urna de Edison Research realizada ayer, consignada por la agencia Reuters.

Biden, de 77 años y quien ha enfocado la contienda como un referendo sobre la gestión de la crisis sanitaria por parte de Trump, prometió esfuerzos renovados para combatir la pandemia, arreglar la economía y salvar la división política de Estados Unidos. El demócrata mantuvo casi toda la campaña una ventaja relativamente estable en los sondeos.

Trump, por su parte, se dedicó en la campaña a cuestionar la integridad de los resultados de las elecciones e incluso señaló que el voto por correo era un fraude, y puso en duda una transferencia pacífica del poder en caso de una derrota. Con el correr de las horas, la duda reinaba en Estados Unidos. Los demócratas se encontraban ansiosos, aunque cautelosos.

El exvicepresidente Joe Biden, candidato presidencial demócrata, habla con los periodistas después de visitar la casa de su infancia en Scranton, Pensilvania, junto a sus nietas Natalie y Finnegan. (Foto AP / Carolyn Kaster)

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