Télam: Trabajadores defienden agencia de noticias estatal argentina tras su cierre por gobierno de Milei

Los trabajadores de Télam protestan ante el cierre de la agencia por el gobierno de Milei. Foto: Reuters/Agustin Marcarian

El eventual término del funcionamiento de una de las mayores agencias informativas en español, fundada en 1945 por el expresidente Juan Domingo Perón, recibió el repudio de distintas organizaciones de defensa de la libertad de expresión. La empresa tiene una planta de 755 funcionarios, entre periodistas, fotógrafos y corresponsales en todo el país.


Los trabajadores de la agencia estatal de noticias argentina Télam (Telenoticiosa American) encontraron este lunes sus puertas valladas, luego de que el presidente Javier Milei anunciara su cierre, en medio del repudio de distintas organizaciones de defensa de la libertad de expresión.

Milei anunció el viernes en su discurso en el Congreso, el término de una de las mayores agencias de noticias del mundo en español, que funciona desde 1945, luego de ser fundada por el entonces ministro de Trabajo y Previsión, Juan Domingo Perón, quien posteriormente marcó la historia política de ese país como Presidente de la República.

Una de las razones del libertario para cerrar Télam se centró en la supuesta “falta de pluralismo informativo” de la agencia y en específico apuntó a que fue utilizada por la “propaganda kircherista”, en referencia al partido político opositor liderado por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

“Es un atropello a la democracia y a la libertad de expresión y por eso la vamos a defender”, denunció el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) en un comunicado difundido por la red social X.

Los trabajadores de Télam -unos 755 periodistas, fotógrafos y corresponsales en todo el país-, quienes recibieron un correo electrónico donde les informaban que estaban dispensados de sus funciones por un plazo de siete días, realizaron un abrazo simbólico al edificio de la agencia de noticias, cuyo sitio web estaba caído.

En tanto, la Asociación de Corresponsales Extranjeros de Argentina destacó “la necesidad de que el país cuente con una agencia de noticias de carácter estatal –y no gubernamental- que garantice a la ciudadanía el acceso a una información plural y que apuntale la difusión noticias que, por razones obvias, no suele ser de interés de los medios de prensa comerciales”.

Télam funcionó hasta este lunes como un mayorista de noticias, que difundía 500 notas (cables) por día a más de 800 medios de comunicación a los que les prestaba servicio, junto con unas 200 fotos diarias de los más diversos acontecimientos, desde un partido de fútbol hasta la apertura de sesiones ordinarias del Congreso que realizó el viernes pasado Javier Milei.

Además, era la encargada de implementar, controlar y facturar la distribución de la publicidad oficial del Gobierno nacional, hasta que Milei decidió suspender la pauta oficial por un año.

¿Cierre o suspensión?

Pese al anuncio del eventual cierre, desde una fuente oficial se señaló que todavía existe una posibilidad que no se termine definitivamente Télam y que esto sea una suspensión de tareas y del servicio hasta que pueda reorganizarse bajo otro nombre, con parte de su personal que presta servicios en la agencia estatal, según el reporte del diario ‘Clarín’.

“Si el plan hubiera sido cerrarla definitivamente habríamos enviado telegramas de despido, en lugar de la suspensión por una semana”, informó la fuente al periódico argentino. Y agregó: “Vamos a implementar un plan de retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas, para bajar la cantidad de empleados. Y después veremos si podemos rearmar eso”.

En la historia de Télam se recuerdan otros conflictos de alto impacto, como el despido de 354 funcionarios bajo el gobierno de Mauricio Macri, que provocó las tomas de sus edificios por parte de sus empleados -la mayoría de los cuales fueron reincorporados por la justicia laboral-, entre el 26 de junio y el 19 de septiembre de 2018.

Los trabajadores todavía rememoran otro conflicto muy fuerte, cuando la dictadura militar de Pedro Eugenio Aramburu dejó de pagarles el sueldo a sus empleados, pero hubo 12 que siguieron trabajando gratis, entre julio de 1958 y septiembre de 1958, hasta que el gobierno democrático de Arturo Frondizi regularizó la situación.

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