La fallida recaptura de un líder pandillero que demostraría cómo Bukele buscó pacto con un cártel mexicano

Una persona sostiene un cartel con una imagen del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, durante un acto de campaña, el 20 de octubre de 2023. Foto: Reuters

Un funcionario de la División Élite Contra el Crimen Organizado habría negociado el pago de un millón de dólares al cártel Jalisco Nueva Generación con tal de recuperar –idealmente– vivo a “Crook”, líder de la Mara Salvatrucha-13, a quien el propio gobierno salvadoreño liberó hace dos años, asegura una investigación del medio El Faro. Sin embargo, un intermediario frustró el plan.


Como si se tratara de una película de acción. Así de surrealista es la historia develada por el medio de investigación salvadoreño El Faro, que narró cómo el gobierno de El Salvador, dos años después de liberar ilegalmente a alias “Crook”, líder nacional de la Mara Salvatrucha-13, estuvo dispuesto a pagar un millón de dólares al peligroso cártel mexicano Jalisco Nueva Generación para recapturarlo. Y tan inverosímil como empieza, también termina: el funcionario de la administración del Presidente Nayib Bukele terminó siendo engañado por un pandillero.

La operación fue dirigida por el jefe de la División Élite Contra el Crimen Organizado (DECO), el inspector Raúl Eduardo Reyes Escuintla, señaló El Faro, y se debía concretar antes de que Estados Unidos diera con el pandillero y, por sobre todo, previo a las próximas elecciones presidenciales de este domingo 4 de febrero en las que Bukele buscará su reelección en el cargo.

No es la primera vez que la prensa no alineada con el oficialismo salvadoreño acusa al gobierno de pactar con el bajo mundo para lograr sus objetivos políticos. De hecho, Élmer Canales Rivera, alias “Crook”, fue uno de los beneficiados por el trato alcanzado entre las tres principales pandillas del país –Mara Salvatrucha-13, Barrio 18 Revolucionarios y Barrio 18 Sureños, todas consideradas organizaciones terroristas por la legislación local– con el Ejecutivo en 2020, en negociaciones que se llevaron adelante al interior de penales de máxima seguridad.

Reclusos identificados por las autoridades como miembros de pandillas son trasladados al Centro de Confinamiento del Terrorismo, en Tecoluca, El Salvador, el 15 de marzo de 2023.

Según la prensa salvadoreña, estos acuerdos tuvieron como objetivo final el conseguir una reducción en el número de asesinatos mensuales, caballito de batalla político de Bukele. Vale recordar que, en línea con el llamado “Plan Control Territorial”, El Salvador se mantiene en estado de excepción desde el 27 de marzo de 2022, luego de un dramático fin de semana en el que 87 personas murieron a manos de pandillas.

Entre los beneficiados del pacto, figuraba “Crook”, quien fue liberado en secreto en noviembre de 2021 pese a contar con una pena de 40 años de prisión, además de registrar una solicitud de extradición hacia Estados Unidos. Pero la premura por recapturarlo era tal, que Escuintla recurrió a un sector que, esperaba, podía darle pistas de su paradero: los coyotes y el mundo ilegal.

La carrera fue finalmente perdida por el gobierno salvadoreño. EE.UU. dio con alias “Crook” en noviembre de 2023 por el FBI, y, según las autoridades norteamericanas, el peligroso líder de la Mara Salvatrucha-13 contaba con un arma de fuego que la propia administración Bukele le facilitó. Si bien esa es la conclusión de la travesía, en la historia original está toda la trama del intento por contratar al cártel Jalisco Nueva Generación.

Un vínculo del bajo mundo

Siempre siguiendo el relato del medio salvadoreño, el investigador Raúl Eduardo Reyes Escuintla recurrió a los delincuentes relacionados con la trata de personas, pero nadie supo darle una respuesta. Uno de ellos, sin embargo, conocía desde la infancia a un nombre que resultará clave en la historia.

Rafael Eduardo J, alias “Rafa” o “Chafa”, es un hombre atípico en el mundo delictual salvadoreño. En un mundo en que abundan los apodos como “Snipers”, “Diablos” y “Little Psycos”, él eligió simplemente su diminutivo. No por eso es menos peligroso, pero tiene características particulares, poco usuales. Cuando el gobierno de Mauricio Funes (2009-2014) decretó “la Tregua” con las pandillas en 2012, “Rafa” era uno de los dos representantes que se mantenía en libertad del Barrio 18 Sureños, la subdivisión criminal del Barrio 18, luego de que se fragmentara y este decidiera seguir a Carlos Ernesto Mojica Lechuga, “Viejo Lyn”, quien lideró con mano de hierro hasta 2005, detalló El Faro.

A diferencia del resto, Rafael Eduardo J no vestía como uno esperaría que se vea un gánster, y, para colmo, dejaba a sus interlocutores embobados con “espectaculares maromas discursivas”, todo sin saltarse ningún improperio, describió el mismo medio.

El vínculo de Escuintla fue, precisamente, “Rafa”. El investigador esperaba que este lograra dar con el paradero de “Crook”, o, al menos, guiarlo en la búsqueda contra el reloj. Y el pandillero le dio lo que quería escuchar. Pero todo era un engaño.

Fue la primera semana de marzo de 2023 cuando “Rafa” habló por primera vez con Escuintla mediante una llamada telefónica. Le dijo que, a diferencia de los coyotes, él sí tenía los medios para llegar al líder nacional de la Mara Salvatrucha-13, pero tenía una condición. Su hermana estaba presa. En un lugar como El Salvador, donde se han reportado casos de arrestos y procesos carcelarios contra personas por mostrar “nerviosismo”, todo amparado en las amplias facultades del estado de excepción, no es de extrañar que la hermana de un famoso pandillero haya terminado en la cárcel.

A cambio que le aseguraran que la liberarían, “Rafa” se comprometió a dar con el paradero de “Crook” y entregar la información al gobierno. Gran parte de la conversación entre ambos fue registrada o en audios o en mensajes, e incluso está el material que prueba la entrega de información de inteligencia sobre los movimientos del objetivo.

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, habla durante la ceremonia de colocación de la primera piedra de un nuevo hospital público, en junio de 2023. Foto: Reuters

“Al grano, le tengo datos y también quiero escuchar datos de usted, que son los que me estaba pidiendo ahí el patrón. La primera es con relación a lo que a usted le interesa, que es su pariente: él no tiene ningún problema en generarle las condiciones para que esté en su casita, no hay ningún problema”, le dijo nada más iniciada la conversación el inspector Escuintla. “El patrón”, “el mandamás” o “el hombre” es una autoridad superior al jefe de la DECO asegura, que conoce y supervisa la operación. En opinión del pandillero, “no puede ser nadie más que el jefe de la Policía, el ministro de Seguridad o el presidente”.

En aquel primer contacto, no se identificó con su nombre, sino que lo hizo con un pseudónimo: Iván. Posteriormente, se comunicó mediante dos números telefónicos. Uno de ellos fue rastreado por El Faro, y resultó ser uno vinculado, al menos desde 2022, al jefe de la DECO. Otros siete documentos internos de la Policía Nacional Civil reafirman que el número está asignado a Escuintla. Al mismo tiempo, dos miembros de la DECO y un fiscal que trabajó con esa unidad confirmaron al medio que el nombre clave “Iván” corresponde al utilizado por Raúl Eduardo Reyes Escuintla durante más de una década.

Una semana después de la primera conversación, la hermana de “Rafa” fue enviada a una casa de seguridad. No hubo juicio, actas ni proceso. Según el medio, ningún policía puede lograr que una persona encarcelada recupere la libertad así de sencillo, y ahí entra el papel del “patrón”. A cambio, la mujer debía presentarse a firmar a un juzgado cada 15 días, además de reportarse cada dos días con un policía que se presentó como “Roger”, con un número también asignado a la DECO.

Ahí entró el rol de “Rafa”, y le prometió nada menos que, si la policía le proporcionaba datos de inteligencia sobre el paradero de “Crook”, este se contactaría con el cartel Jalisco Nueva Generación para raptarlo, todo, claro, mediado por el pago de una suma al grupo calificado como una de las cinco organizaciones criminales trasnacionales más peligrosas del mundo según el Departamento de Justicia de los EE.UU., junto con un segundo monto para su pandilla, y un tercero para él.

Según Escuintla, nada de eso sería un problema, y, según Rafael Eduardo J, se negoció la entrega de viáticos por 6.500 dólares, donde 4.000 fueron entregados a su familia en efectivo. Con ese dinero, supuestamente viajaría a México para, junto a su pandilla, tejer una red de contactos con el cártel. Incluso había un plan. Escuintla se iba a hacer pasar por un empresario al que supuestamente “Crook” había engañado, y ahora buscaba venganza. Pero “Rafa” siempre atrasaba la supuesta reunión con los jefes narco. Durante 10 meses, el pandillero aseguró que estaba generando las “confianzas”, hasta que le presentó el valor de los servicios: Un millón de dólares para Jalisco Nueva Generación, 250 mil dólares para el Barrio 18 Sureños, su pandilla, y 50 mil para él. Aunque, como ya se adelantó, todo era falso.

Presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) sostienen armas mientras uno de ellos habla en un video publicado en redes sociales, en julio de 2022. Foto: Reuters

Ni “Rafa” habló con su pandilla, ni ésta entró en contacto con el peligroso cártel mexicano. En cambio, lo que sí hizo fue contactarse con el periódico digital El Faro y con autoridades estadounidenses. Es por eso que tiene registro de las conversaciones y los mensajes de texto enviados. En uno de ellos, se grafica la relación.

“Le estamos dando a su pariente, le estamos dando movilidad. Me piden que me diga usted la prueba de amor que nos puede dar”, dice “Don Iván Jefe”, como se identificó. “¿Qué quiere?”, responde el pandillero. “Usted diga qué es lo que tiene”, replica el jefe de la DECO. Allí, empieza un monólogo excusándose, del que logra zafar. Nunca entregó nada.

Cuando El Faro contactó a Escuintla, le preguntaron: “Hola, ¿hablo con el jefe Iván?”. La respuesta fue: “Mande, a la orden”. Luego, caería la bomba. “Este número ha sido usado para comunicarse en una operación con un pandillero de la 18 Sureños y entendemos que usted ha estado en comunicación con él y tenemos algunas de las conversaciones que han estado sosteniendo en relación con una operación de recaptura de ‘Crook’ y quisiéramos escuchar su versión sobre lo ocurrido y saber si esta era una operación que decidió usted o una que se le asignó”. La respuesta fue que colgó la llamada.

Con el tiempo, la vigilancia destinada a la hermana de “Rafa” se hizo rutinaria. Pero llegó el gran día. El 8 de noviembre, el FBI capturó a “Crook” en Chiapas, México. Fue el último día en que ella vivió en El Salvador. Mediante su red de contactos, el pandillero logró sacarla mediante un punto ciego. Y según El Faro, también fue el mes en que, tanto el pandillero como su hermana entraron bajo la protección de autoridades de Estados Unidos.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.