Fuerzas ucranianas recuperan dos localidades al sur del país, en el mayor contraataque desde la expulsión rusa de Kiev

Un soldado ucraniano se toma un selfie mientras dispara. Archivo del sábado 3 de septiembre. Foto: AP.

Este lunes, funcionarios de Kiev publicaron fotografías de una bandera ucraniana izada en un pueblo de la provincia de Kherson, región ocupada desde el inicio de la guerra por Rusia y, aparentemente, uno de los objetivos a recuperar por parte de Ucrania. Cuando el conflicto entra de lleno a su séptimo mes de desarrollo, la batalla comunicacional por presentar los avances como victorias se desatan.


Tras varios días sin entregar mayores detalles sobre el avance de la invasión de Rusia a Ucrania, el Presidente Volodymyr Zelensky anunció la recuperación de dos aldeas en la región sur de Kherson. Lugar bajo control ruso desde el inicio de la guerra y que aparece como uno de los objetivos de la mayor acción de contraataque desde que las fuerzas ucranianas expulsaron a Rusia de Kiev, en abril de este año.

La información llegó de la mano de una imagen en la que se ve a tres soldados izando una bandera en un hospital de la región de Kherson. Si bien aún no hay claridad de la ciudad en la que se encontraría la bandera flameando, Reuters afirmó que se trata muy probablemente de la ciudad de Vysokopillya, ubicada al norte de Kherson. Además, una localidad del este del país habría sido recuperada por las fuerzas ucranianas.

“No contaré los detalles, pero las banderas ucranianas están volviendo a los lugares donde deben estar por derecho”, dijo el mandatario tras salir de una reunión en la que se estudiaba la estrategia bélica, reportó Swissinfo. Según Zelensky, el 42° batallón fue quien había “liberado dos localidades en el sur de nuestro país gracias a sus acciones heroicas”.

Una semana atrás, las autoridades ucranianas habían anunciado el inicio de una contraofensiva, pero desde entonces, la información al respecto había disminuido al mínimo con la intención de contar con el efecto sorpresa. Así lo confirmaron distintos medios internacionales, quienes afirmaron que el país mantuvo en secreto la mayor parte de su nueva etapa de campaña, incluso prohibiendo el acceso de periodistas a la primera línea de combate.

Esto provocó una ola de afirmaciones cruzadas, donde Rusia ha dicho que repelió los asaltos a Kherson. Información que fue contradicha por la agencia de noticias TASS, cuando aseguraron que debido a las olas de ataques ucranianas, las fuerzas respaldadas por Moscú en la región debieron suspender un referéndum que tenía como objetivo validar su separación del país invadido y su integración a Rusia.

En un duro golpe para el Kremlin y su aspiración a lograr anexar territorio ucraniano mediante la profundización de su control, los ataques realizados durante los últimos días significa, al menos, un retraso en la realización de la consulta. Pese a esto, analistas militares dijeron a The New York Times que esta nueva y ambiciosa campaña será larga.

Militares ucranianos salen de Bajmut, una zona afectada por la guerra en el este de Ucrania, mientras continúa el ataque de Rusia en Ucrania. Foto: REUTERS.

Al respecto, la unidad de inteligencia del Ejército ucraniano afirmó a los medios que “el lugar donde se almacenaron las boletas para el pseudo-referéndum fue destruido”. Si bien aún no se ha podido confirmar tales afirmaciones por fuentes independientes, el comunicado aseguró que “el almacén fue volado por una explosión desde el interior del local. Todos los materiales impresos disponibles fueron destruidos”.

Sin embargo, fue el propio subjefe de la administración designada por Rusia en Kherson, Kirill Stremousov, quien dijo en el canal estatal Rusia-1 que “los acontecimientos que estaban ocurriendo” obligaron a posponer el referéndum. Horas después, y a través de Telegram, aseguró que todo iba “de acuerdo con el plan”, y que el “referéndum definitivamente se llevará a cabo, nadie lo cancelará, es solo que no planeamos la fecha”.

El diario neoyorquino describió la ofensiva como un intento por “aislar y atacar a las fuerzas rusas en el lado occidental del río Dnipro, que divide la región de Kherson”. El plan consistiría en atacar los depósitos de municiones rusas, así como los principales cruces que se encuentran a lo largo del afluente. Esto con la esperanza de privar a las fuerzas rusas de suministros bélicos y de subsistencia, forzando un retiro o rendición, explicó el medio.

En la misma línea, el comando militar del sur de Ucrania aseguró que, por segunda vez en lo que va conflicto, una unidad rusa se negó a luchar, refiriéndose al 127º Regimiento del 1º Cuerpo del Ejército de Rusia. “Una de las razones es el apoyo general insatisfactorio: el personal en posiciones avanzadas se quedó incluso sin agua”, afirmaron las autoridades militares ucranianas en un comunicado.

“Los servicios especiales de las fuerzas de ocupación tomaron medidas contra los rebeldes, fueron sacados de sus posiciones”, agregaron. Al igual que la afirmación respecto al centro de votación, ningún medio internacional ha podido confirmar con fuentes externas dicha afirmación.

Según Stefan Wolff, profesor de Seguridad Internacional de la Universidad de Birmingham, “el apoyo militar occidental ha sido absolutamente crítico para el esfuerzo de defensa ucraniano”. En The Conversation, el académico aseguró que los 13.000 millones de dólares de ayuda militar aportados por Estados Unidos, los 3.900 millones de Reino Unido y los 2.500 de la Unión Europea son “factores claves” para entender el intento de contraataque por parte de Ucrania.

El Instituto para el Estudio de la Guerra con sede en Washington, confirmó que las fuerzas defensoras están “logrando un progreso verificable en el sur y el este”, detalló The Associated Press. “El ritmo de la contraofensiva probablemente cambiará drásticamente de un día para otro, ya que las fuerzas ucranianas trabajan para privar a los rusos de los suministros necesarios, interrumpir su mando y control y debilitar su moral, incluso mientras continúan los ataques terrestres de la contraofensiva”, explicaron.

El problema de la energía

Mientras el gobierno ucraniano celebraba el desempeño bélico de los últimos días, la energía seguía siendo uno de los mayores problemas a solucionar. “Rusia está preparando un golpe energético decisivo a todos los europeos para este invierno”, dijo Zelensky durante su mensaje diario del sábado.

La frase se vio fundada en dos de los principales suministros energéticos de toda Europa Occidental. Durante este domingo y por gran parte del día, la región de Zaporiyia se quedó sin electricidad. Solo uno de los seis reactores presentes en la planta nuclear más grande de Europa seguía conectado a la red eléctrica, informó The Associated Press. El lugar está en manos del Ejército ruso desde marzo de este año y actualmente es revisado por el Organismo Internacional de la Energía Atómica. Se espera que para el martes el organismo entregue un informe al Consejo de Seguridad de la ONU.

Un militar ruso realiza su patrulla en la planta nuclear de Zaporiyia, la que se encuentra en control ruso. Archivo de mayo de 2022. Foto: AP.

Al mismo tiempo, el Nord Stream 1, principal gaseoducto que envía gas natural desde Rusia hacia Alemania y luego a todo el continente, se mantenía cerrado luego de una mantención que inicialmente duraría solo tres días, pero que continúa bloqueado.

“Rusia ya no es un socio energético confiable”, dijo el canciller alemán, Olaf Scholz, en una conferencia de prensa en Berlín según Reuters. Acusación que tuvo eco de inmediato en el Kremlin. Dmitry Medvedev, expresidente ruso, aseguró que Alemania era “un país hostil” que, “en otras palabras, ha declarado una guerra híbrida a Rusia”.

Los gobiernos europeos ya anunciaron distintas medidas como preparación a lo que muchos expertos y políticos han definido como uno de los inviernos más duros de los últimos años.

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