Francisco Sierra, diputado español de Sumar: “Estoy totalmente convencido de que se obtendrán los votos para la investidura de Pedro Sánchez”

Francisco Sierra, diputado de Sumar por Andalucía. Foto: Pedro Rodríguez

En entrevista con La Tercera, el también académico reconoce que el acuerdo de gobierno alcanzado por el PSOE y Sumar es “positivo”, considerando que se produjo “en un marco muy difícil y complejo de negociación”.


Catedrático de Teoría de la Comunicación de la Universidad de Sevilla y volcado con proyectos en Latinoamérica, la vida de Francisco Sierra dio un giro en julio pasado. En un “momento histórico” como el que vivía entonces España, ha dicho, no podía eludir la responsabilidad propuesta por Yolanda Díaz para encabezar la lista de Sumar por Sevilla en las elecciones generales del día 23 de ese mes. Elegido diputado nacional por la coalición izquierdista en representación de Andalucía, Sierra prometió junto a su partido “hacer historia para la gente común” en la nueva legislatura, como escribió en agosto en la red social X.

De visita en Chile para recibir un homenaje por su trayectoria académica de parte de la Unión Latina de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura (ULEPICC), en el marco del congreso internacional de la entidad coorganizado por Ciclos UDP, Sierra conversó con La Tercera sobre el actual momento de la política española, justo en momentos en que el PSOE y Sumar alcanzaron un acuerdo programático para formar un nuevo Gobierno de coalición progresista tras cerrar sus líderes, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, los detalles de un pacto que incluye la reducción de jornada sin rebaja salarial, el principal escollo que separaba la firma.

En términos generales, ¿qué le ha parecido el acuerdo de gobierno alcanzado por el PSOE y Sumar?

El acuerdo es un acuerdo positivo en un marco muy difícil y complejo de negociación. Hay un escenario en el que Pedro Sánchez, como candidato en nuestro sistema parlamentario, tiene que negociar con fuerzas nacionalistas conservadoras, como el PNV o Junts, y, por tanto, el acuerdo era más difícil. Pero Sumar había fijado tres objetivos. El primero era avanzar en el estado de bienestar, mejorar del salario mínimo interprofesional, la estabilidad de los jóvenes precarios en materia de empleo, acceso a servicios básicos como la vivienda. Ampliar derechos y libertades públicas. Por ejemplo, la derogación de la ley mordaza, que era un acuerdo de la anterior legislatura de la coalición progresista y que no se llevó a cabo y que nosotros queremos avanzar en libertades públicas y derechos fundamentales, como la libertad de expresión. Y, en tercer lugar, nuevos derechos que están en el debate que, por ejemplo, el movimiento feminista ha planteado, que es lo que llamamos la ética o política de los cuidados, que sea ámbito del Estado todo lo que tiene que ver con protección, cuidado de la infancia, cuidado también de las personas mayores en situaciones de dependencia, ampliar un poco el abanico de estos derechos. Así que nuestra valoración es positiva. Hubiéramos querido ir mucho más lejos, pero en una coalición de progreso, evidentemente, hay que establecer mínimos acuerdos entre lo que es el enfoque del Partido Socialista y nuestra visión más socialdemócrata, más progresista, como partido, como coalición, en la que Sumar, pues, hemos avanzado bastante.

Francisco Sierra, diputado de Sumar por Andalucía. Foto: Pedro Rodríguez

Dentro del pacto de gobierno destaca la reducción de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. ¿Cuál ha sido la reacción del empresariado español ante este anuncio?

Bueno, inicialmente, cuando en la campaña defendimos nosotros la reducción a 32 horas como opción, como alternativa de Sumar, el empresariado, que suele ser bastante conservador, rechazó tajantemente esta medida. Sin embargo, esta medida ya se ha aplicado en algunas empresas en España y en otros países europeos y se ha aplicado en algunos sectores y ramas industriales. Y se han demostrado tres cosas. Una, que frente a la idea que tiene el empresariado de que eso le va a aplicar un costo, se han incrementado los procesos de productividad. Y la productividad ha sido mucho mayor con la reducción de la jornada laboral. En segundo lugar, también ha habido un mayor compromiso de los trabajadores en su desempeño profesional, porque al liberar horas para el cuidado de la familia, para la convivencia en pareja, para lo que sería la vida, evidentemente el rendimiento y la satisfacción en el empleo del trabajador ha sido importante. Y los márgenes de beneficio de esas empresas que han introducido esta medida han sido mayores. Por tanto, la experiencia demuestra que, aunque en principio son reticentes, creo que al final serán de algún modo partidarios. Hay que recordar que, durante la anterior legislatura, la ministra de Trabajo, nuestra líder de Sumar, Yolanda Díaz, consiguió el mayor número de acuerdos con el empresariado y con los sindicatos de toda la historia democrática de España. Así que no nos cabe duda de que lo respaldarán y lo apoyarán, como han hecho en la anterior legislatura.

La prensa española destaca que, dentro del acuerdo de gobierno, no se menciona ni el tema de la amnistía ni a Cataluña. ¿Eso se hace ex profeso, considerando las negociaciones que hay en curso con Carles Puigdemont, líder de Junts?

Evidentemente, son negociaciones que todavía están abiertas. Digamos que lo que nosotros hemos acordado es el acuerdo de gobierno de las dos fuerzas que van a liderar la legislatura, Partido Socialista y Sumar. Aspectos que están abiertos en la negociación con otras fuerzas políticas, no solo con Junts, sino también con Esquerra Republicana de Cataluña, respecto a la amnistía, la autodeterminación y algunas reivindicaciones del nacionalismo catalán, quedan abiertas y están en proceso de negociación. No compete el incluirlas en la negociación porque la forma en la que se desarrollen estos acuerdos con el independentismo catalán tiene que contar con ellos, en primer lugar, más que entre Sumar, que como fuerza hemos defendido públicamente la amnistía, seguimos defendiéndolo y el derecho a decidir del pueblo catalán. Pero no queríamos introducir este elemento porque la negociación, en este momento, es un componente que produce más ruido, que contribución al acuerdo con las fuerzas catalanistas. En ese sentido, estamos respetando los tiempos y que hay otras negociaciones abiertas por parte de Pedro Sánchez con fuerzas políticas.

Yolanda Díaz y Pedro Sánchez firman un acuerdo de coalición gubernamental en Madrid, el 24 de octubre de 2023. Foto: Reuters

Es evidente la existencia de diferencias entre el PSOE y Sumar justamente sobre el tema de la amnistía y también del referéndum independentista catalán. A pesar de ello, ¿es optimista de que efectivamente se va a llegar a acuerdo con Junts y se van a obtener esos votos necesarios para la investidura de Pedro Sánchez?

Totalmente convencido. El acuerdo es necesario políticamente para Junts, para el partido de Puigdemont, por razones obvias, no solo por lo que implica la amnistía, que la amnistía hay que recordar no es para los líderes catalanes, es una amnistía para muchos ciudadanos catalanes que sacaron urnas para votar, que eran funcionarios públicos, que eran responsables de colegios electorales, es decir, estamos hablando de centenares de personas que necesitan esta, de algún modo, garantía para resolver el conflicto que ha habido en Cataluña con motivo del referéndum. Estamos convencidos porque, además, de algún modo así se han expresado líderes independentistas de Esquerra Republicana, del que estarían de acuerdo. Evidentemente el PSOE no se ha pronunciado directamente porque quieren ver constitucionalmente la mejor garantía para esto, pero estamos convencidos de que el acuerdo se va a dar por razones de necesidad política. Tenemos hasta el 26 de noviembre, previsiblemente la próxima semana se informe ya de un acuerdo de gobierno con Junts y con ERC y podamos proceder ya a la convocatoria de pleno en el Congreso para la investidura de Pedro Sánchez.

La irrupción de Sumar provocó algunos roces con Podemos en la coalición de gobierno. De hecho, el altavoz mediático de Podemos, Diario Red, criticó el acuerdo alcanzado por Sumar y PSOE, al que calificó lleno de “verbos vacíos que no comprometen a nada”. ¿Eso de alguna manera refleja todavía las diferencias con Podemos?

Sí, hay una diferencia de criterio en el seno de la coalición. En Sumar hay diferentes formaciones políticas. Está Podemos, pero hay otras muchas, estamos hablando de 15 partidos que forman esta coalición, que es inédito en España. Todas las fuerzas de la izquierda real en el país forman parte. Podemos es verdad que ha marcado una era, un protagonismo político durante una década en España. Logró que se tuviera el primer gobierno de progreso en democracia con coalición, que es inédito en la historia democrática. Pero en estos momentos somos otras formaciones dentro de Sumar los que lideramos esta nueva etapa. En ese sentido, yo distinguiría, por un lado, la opinión de Pablo Iglesias, que es legítima como líder de opinión, pero no es responsable político en Podemos, y la de los representantes y diputados que están en el Congreso con su secretaria general, Ione Belarra, formando parte de la candidatura de Sumar como diputados dentro de la cuota de Podemos. Hay algunas de esas diferencias que son razonables y discutibles, que lo defendemos otros diputados dentro de Sumar, que nos hubiera gustado incluir muchos más elementos progresistas en la coalición de gobierno. Pero cuando uno negocia, tiene que llegar a un acuerdo, tiene que llegar a una síntesis. Tenemos que llegar a un acuerdo con las diferencias programáticas que tiene el PSOE.

El líder separatista catalán Carles Puigdemont habla durante una conferencia de prensa en Bruselas, Bélgica, el 5 de septiembre de 2023. Foto: Reuters

¿Considera que la irrupción de Yolanda Díaz como figura política ha dejado muchos heridos en Podemos?

Yo creo que sí, porque ha sido un cambio importante. Como digo, se cierra un ciclo liderado por Podemos y se abre uno nuevo con Sumar. Uno nuevo en el que estamos prácticamente la totalidad de las fuerzas progresistas en el Estado español y eso creo que es importante, en el que se abre una nueva etapa de la construcción del Estado como un Estado federal y plurinacional. De hecho, el grupo Sumar es un grupo plurinacional de Sumar. Por tanto, es un elemento que introduce novedades que no estaban en esa agenda. Y esto los compañeros de Podemos creo que lo deben entender, porque además se cuenta con ellos para que no solo sean diputados, sino que lideren diferentes iniciativas en el seno de Sumar. Ya va a depender de ellos en qué condiciones, que creo que es lo que procede establecer en esta nueva etapa, que es una etapa que lidera Yolanda Díaz y es una etapa en la que diferentes fuerzas vamos a estar construyendo en común. Creo que deben pensar más en lo común y menos en una clave partidista de cuotas de representación, de ministerio o de poder. No creo que la ciudadanía en España esté demandándonos eso. Lo que votó es pónganse de acuerdo, establezcan alianzas y políticas de progreso. Ha habido una mala gestión política de esa amplia mayoría que dio el pueblo español a Podemos. Me refiero a las continuas divisiones y enfrentamientos entre diferentes sectores y esa dinámica interna de la que he hablado antes. Cuando se hace esa dinámica divisoria la gente penaliza en el voto y eso se ha dado.

Podemos tiene lazos con el Frente Amplio en Chile. ¿Cómo ve la política chilena y la gestión del Presidente Gabriel Boric?

Chile siempre ha sido un ejemplo y esperanza, desde Salvador Allende a este nuevo proceso que inició con la revuelta y la conformación de este Frente Amplio. Teníamos mucha esperanza en el proceso constitucional, el primer borrador, porque esa Constituyente tenía elementos de renovación. En el derecho constitucional, Chile, como Bolivia, como Ecuador y otros países, son referentes al nuevo constitucionalismo latinoamericano. Así que veíamos el caso del gobierno de Boric con mucha esperanza y el proceso constituyente. No hemos entendido muy bien cómo la sociedad civil chilena votó en contra de ese marco constitucional, de esa nueva norma para el contrato social entre los chilenos y tampoco la deriva actual más ultraconservadora, que observamos con preocupación. Porque creemos que esta nueva generación no sólo daba esperanza y redefinía otra forma de hacer políticas, que también tenía una agenda que era necesaria para Chile, como la gratuidad y universalidad del servicio de educación, del sistema educativo, el acceso también a un sistema sanitario público y gratuito, cambiar las reglas del juego, el capitalismo financiero que es necesario para la vida digna y en paz del pueblo chileno. Tenemos la esperanza de que esa generación pueda reorganizar y dar una respuesta y dialogar con la ciudadanía que ha mostrado su descontento. Pero en política es difícil construir y esto es también un mensaje para la ciudadanía chilena. Construir, transformar las condiciones de vida es difícil, destruirlas en política pública es fácil, derogar derechos, eliminar normas, destruir institucionalidad democrática, es fácil. Construir es más difícil y no se logra en una sola legislatura. En el caso de España nosotros hemos apostado por tres legislaturas al menos para poder revertir los efectos de décadas de neoliberalismo en España.

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