Evo Morales amenaza con crear milicias y aislar a la provincia El Chapare de Bolivia

Evo Morales
El presidente de Bolivia, Evo Morales, durante una reunión con delegados de la Organización de Estados Americanos en octubre de 2019. Foto: AP.

No es la primera vez que el expresidente boliviano anuncia la posible formación de grupos armados, pero sí la primera en que genera temores reales de que la zona dominada económicamente por la producción de la coca podría quedar aislada, al ampliar los cultivos y fábricas hacia los parques nacionales aledaños.


Un vicepresidente no bienvenido, el feudo del expresidente boliviano Evo Morales y el anuncio de una posible creación de milicia local son solo algunas de las pruebas de que el conflicto al interior del partido Movimiento al Socialismo (MAS), al que pertenece tanto Morales como su exministro de Economía, delfín electoral y actual Presidente, Luis Arce, está adquiriendo tintes de cisma mayor.

Así quedó en evidencia este domingo, cuando Morales denunció en redes sociales y en radio Kawsachun Coca, creada por campesinos afines al exmandatario y considerada según medios locales como una tribuna para sus ideas, que el gobierno de Arce estaría supuestamente enviando “infiltrados” a la región cocalera del Chapare –considerada como el bastión del rubro–, por lo que respondería con la creación de una fuerza de “ronderos” inspirados en las cuadrillas de defensa de campesinos peruanos surgidas en la década del 70 para resguardar a quienes viven en el lugar, en una amenaza similar a la hecha en 2020 sobre la necesidad de fundar “milicias armadas como en Venezuela”, declaración de la que luego se retractaría.

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Evo Morales junto al entonces candidato a la presidencia de Bolivia, Luis Arce, en una conferencia de prensa en Buenos Aires. Archivo. Foto: AFP

Las actuales palabras del exmandatario se enmarcan en un pleito que se arrastra por días. El miércoles pasado, los seguidores de Morales le negaron el acceso al actual vicepresidente, David Choquehuanca, donde los primeros alegaron que debía pedir “permiso” a la coordinadora cocalera antes de entrar, detalló El País.

“Lamentablemente, el Ministerio de Gobierno repite el método de espionaje la DEA (la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) en tiempos neoliberales y se infiltra en el trópico de Cochabamba. Tenemos información. Expulsan a hijos de cocaleros de la Policía y FF.AA. Algunos se hacen pasar por choferes, otros como peones”, escribió Morales en sus redes sociales.

“Hace un año, pedimos que intervenga Migración para controlar la presencia de extranjeros. No responden hasta ahora. Si no hay presencia del Ministro de Gobierno, nos vamos a organizar en ‘ronderos’ como nuestros hermanos campesinos en Perú”.

Con estas palabras, y según Infobae, el exmandatario hacía por primera vez explícita su intención de separar a Bolivia de la provincia del Chapare, zona clave para la industria cocalera liderada por Evo Morales, siendo, además, la primera ocasión en que alude a la posible absorción de los parques nacionales colindantes para su uso en la industria de la coca, lo que agricultores cercanos venían denunciando hace tiempo, complementó el medio.

Desde el gobierno salieron a responder de la mano del ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, quien aseguró que la propuesta de instaurar “ronderos” no recibiría ningún tipo de reconocimiento oficial, porque las únicas fuerzas con validez eran las militares y policiales, consignó el medio local Los Tiempos.

“Lamentablemente, este tipo de aseveraciones surgen cuando en nuestro país empieza a subir el precio de la hoja de coca. En el trópico cochabambino actualmente se empieza a cotizar el precio de la hoja de coca en 20 bolivianos, cuando antes estaba a 7 bolivianos (la libra). Cuando el taque, el tambor o paquete, como se lo conoce, estaba a 700 bolivianos, ahora ha subido a 2.000″, agregó Del Castillo.

Un conflicto territorial

Ubicado en pleno centro de Bolivia, El Chapare es una de las 16 provincias que componen el departamento de Cochabamba y es considerado como uno de los feudos de Evo Morales debido a su principal método de subsistencia: el trabajo de la coca. Fue en este lugar donde empezó su carrera política como dirigente sindical, y fue este el lugar al que regresó tras su exilio en México y Argentina, cuando volvió en noviembre de 2020 tras la investidura presidencial de su exministro de Economía, Luis Arce.

Un artículo de BolPress, publicado en 2018, asegura que “la economía efectiva del Chapare, la que mueve las dinámicas de la región es, indudablemente, la economía de la coca”. Según Mayarí Castillo Gallardo, autora de La economía de la coca; la dimensión silenciada de la dependencia, afirma en dicho texto que “su importancia para la economía regional y nacional deriva de que en esta zona se produce intensivamente hoja de coca, parte de ella destinada a la producción de cocaína. Esto ha transformado la región en una de las zonas económicamente más dinámicas”.

En su rol de dirigente cocalero, Morales forjó su ascenso al poder años atrás, el que no ha perdido con el pasar de los años. Durante este domingo, cuando acusaba al gobierno de Arce de enviar a “infiltrados”, también denunció que el Ministerio de Gobierno supuestamente habría mentido al informar de un decomiso de 700 kilos de cocaína en el parque nacional Isiboro-Sécure, ubicado entre los departamento del Beni (perteneciente a la provincia de Moxos) y Cochabamba (de la provincia de Chapare y Ayopaya).

El expresidente de Bolivia, Evo Morales, marchando con simpatizantes del partido boliviano MAS, trabajadores y cocaleros para expresar su apoyo al gobierno del Presidente Luis Arce, en agosto de 2022. Foto: REUTERS.

Sin embargo, desde La Paz habrían dicho que la droga fue encontrada en Charape, y habrían informado solo de la mitad, ya que el decomiso alcanzó los 1.400 kilos, dijo Morales.

Para Infobae, la revelación del expresidente se transformó en la primera vez en que el líder izquierdista hacía una demostración “tan clara” del “conocimiento detallado que tiene sobre las cargas de droga que circulan en el territorio que está bajo su dominio”.

El mismo medio afirmó que agricultores que trabajan en los valles aledaños han denunciado que los cocaleros de Charape están intentando adueñarse de los parques nacionales Carrasco, Amboró e Isiboro-Sécure desde hace diez años, sin que el gobierno central haga nada. Apropiación que realizarían mediante el cultivo de coca de manera irregular.

Datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés), afirman que el 94% de la coca del Chapare no pasa por el mercado legal de Sacaba, en el departamento de Cochabamba. Así lo explicó César Guedes, representante en Bolivia del organismo, en una entrevista con radio ERBOL.

Basándose en cifras de la Dirección General de Coca e Industrialización, Guedes aseveró que “esto es preocupante, pero son datos que nos dio esa entidad estatal. Queda claro que la mayor parte de las 55.000 toneladas que se producen en Bolivia de hoja seca, un 65% no es comercializada en esos mercados legales”, agregando que ese porcentaje representa unas 35.000 toneladas que no aparecen en esos mercados. “El mercado que es más ilegal es la zona del trópico, porque allí el 94% de la coca secada al sol no pasa por el mercado de Sacaba”, cerró.

La profundización del quiebre político

El embrollo económico que atañe a la planta no es el único relevante en la discusión. El tema también ha agrandado el cisma político que existe al interior del MAS, partido en el que tanto el actual mandatario como su predecesor militan, y que desde hace meses cuenta con dos marcadas facciones: los “evistas”, miembros que reivindican a Evo Morales como su líder histórico, y los “arcistas” o “renovadores”, que apoyan a Luis Arce.

Simpatizantes del expresidente de Bolivia Evo Morales, esperan su paso tras regresar a su patria al día siguiente de la investidura presidencial de Luis Arce. Archivo: AP.

La situación desató la escalada el miércoles pasado, cuando el vicepresidente David Choquehuanca visitó el municipio de Chimoré, en El Chapare, para conversar con un sindicato. Pero no era un invitado bienvenido por todos.

Algunos de los fieles seguidores de Morales habían organizado una “vigilia” y un bloque de carreteras temporal en contra del vicepresidente, informó El País. Alegaban que Choquehuanca, quien lleva años enfrentado con el expresidente, era un “divisionista” y le exigieron que “pida permiso” antes de llegar al lugar.

En un editorial de Página Siete, el medio boliviano se pregunta sobre “el extraño poder en el Chapare”, en alusión a que no es la primera vez “que los dirigentes de la zona cocalera del trópico de Cochabamba actúan y emiten pronunciamientos por encima de la ley sin que nadie haga nada al respecto, como si existiese algún extraño poder que los cubre con un manto de impunidad”.

“Esta vez actuaron de esa manera contra el segundo hombre del país, el vicepresidente David Choquehuanca, a quien impidieron su libre tránsito en esa zona luego de emitir una declaración en la que lo acusaron de divisionismo y dispusieron que ninguna autoridad podrá visitar el lugar sin antes coordinar su visita con sus sindicatos y sus gobiernos municipales”, acusó el medio.

Tampoco es la primera vez que Evo Morales hace un anuncio relacionado con la creación de milicias. Cuando recién empezaba el 2020 y el exmandatario se encontraba exiliado en Argentina, durante una reunión con militantes del MAS en Buenos Aires dijo una frase de la que pronto se arrepentiría.

“Si volviera (a Bolivia), hay que organizar como Venezuela, milicias armadas del pueblo”, dijo en la instancia reproducida luego por la radio Kawsachun Coca. “En algunas regiones se llamó guardia comunal; en otros tiempos: milicias. Ahora, policía sindical o seguridad sindical. Todo, en el marco de nuestros usos y costumbres, y respetando la Constitución”, continuó.

Según recuerda Infobae, sus palabras fueron ampliamente repudiadas por la oposición boliviana, así como en parte de la comunidad internacional, por lo que días después debió retractarse. “Hace unos días se hicieron públicas unas palabras mías sobre la conformación de milicias. Me retracto de ellas. Mi convicción más profunda siempre ha sido la defensa de la vida y de la paz”, detalló en un comunicado.

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