Elecciones legislativas en Francia: el último desafío para Macron

Un transeúnte mira los carteles para las elecciones legislativas en Francia. Foto: AP

Este domingo y el próximo se votarán las dos vueltas para conformar la totalidad de la Asamblea Nacional francesa, en la que la izquierda liderada por Jean-Luc Mélenchon apuesta a conseguir el cargo de primer ministro.


Cuando Emmanuel Macron fue reelecto Presidente de Francia en abril, aún quedaba en el horizonte una última prueba para el gobierno de La Républica en Marcha: este domingo 12, y el siguiente, el 19, los franceses se dirigirán a las urnas para votar por sus diputados, y muchos aseguran que el mandatario no tendrá tan fácil esta elección como hace cinco años. Las condiciones han cambiado, el macronismo ya no es la novedad, y una coalición de izquierda encabezada por el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, está moviendo todas sus piezas para hacerse del cargo de primer ministro.

Estas son las claves de las elecciones de este domingo y el próximo:

El presidente y el primer ministro

En la Quinta República de Francia, el presidente, en este momento Emmanuel Macron, es el jefe de Estado, mientras que el primer ministro es el jefe de gobierno. A este último, en el texto, lo nombra el mandatario, pero es propuesto por la mayoría que salga de la Asamblea Nacional.

Por esto mismo, hay ocasiones en las que se habla de “cohabitación”: el presidente es de una coalición, pero la mayoría legislativa es de otra coalición. Esto ya pasó en 1986, cuando la Asamblea Nacional propuso al centroderechista Jacques Chirac como primer ministro, forzando al socialista François Mitterrand, entonces presidente, a nombrarlo jefe de gobierno.

En cuanto a funciones, normalmente el presidente decide las grandes orientaciones, mientras que el primer ministro efectúa, junto a los ministros, el programa. En caso de cohabitación, sin embargo, es el primer ministro quien tiene todas las prerrogativas, mientras que el presidente conserva su papel activo en política exterior y defensa, las “áreas reservadas” al jefe de Estado.

Élisabeth Borne, la nueva primera ministra de Francia, después de la renuncia de Jean Castex en mayo. Foto: Reuters

Sistema a dos vueltas

Si el 10 y 24 de abril los franceses eligieron a Emmanuel Macron como jefe de Estado, este mes serán las dos vueltas de las legislativas: el resultado de estas determinará si el centrista gobierna “cómodamente”, con un primer ministro de su colectividad, o en “cohabitación”. A dos vueltas, los franceses tendrán que elegir al diputado de su distrito: 577 en total. Después de la primera vuelta, este domingo 12, pasan al balotaje los dos candidatos más votados por distrito, y aquellos que hayan superado el 12,5% del número de ciudadanos con derecho a voto.

De ahí, el 19 de junio gana el distrito el candidato que consiga más votos. A diferencia de otros países, no hay repartición de escaños por porcentajes ni muchos diputados por circunscripción: al igual que en las alcaldías, el ganador se lleva todo. Y así, en 577 distritos se eligen 577 diputados. En 2017, luego de la entonces sorpresiva victoria de Emmanuel Macron, las legislativas le dieron una mayoría absoluta, con 314 diputados de La República en Marcha, por lo cual el centrista pudo gobernar con amplia comodidad.

Elección multipolar

Durante décadas y hasta la elección de Macron en 2017, la política francesa era el conflicto electoral entre dos ejes, el socialista y el de centroderecha. Todo eso “explotó” con la victoria de Macron y La República en Marcha hace cinco años, y terminó de confirmarse en abril pasado, cuando el podio de las elecciones presidenciales no tuvo ni a un socialista ni a un republicano: en primera vuelta, Macron consiguió el 27,8%, la ultraderechista Marine Le Pen el 23,1%, y el izquierdista radical Jean-Luc Mélenchon, el 21,9%.

La desaparición de los partidos tradicionales, representados a la derecha con el 4,7% de la candidata republicana Valérie Pécresse, y a la izquierda con el 2,1% de la socialista Anne Hidalgo, terminó reconfigurando las alianzas y coaliciones.

Carteles de la campaña legislativa en Lyon, Francia. Foto: AP

Mélenchon y su Nueva Unión Popular

Con el tercer lugar conseguido en abril, estas elecciones son vistas como la gran revancha de Jean-Luc Mélenchon. Líder de La Francia Insumisa, un partido de izquierda euroescéptico y anticapitalista, Mélenchon siempre había obtenido mejores resultados por su personalidad y no tanto por los liderazgos locales, por lo cual no conseguía muchos diputados afines.

Semanas después de conocerse los resultados de la primera vuelta, esta situación cambió: tanto los socialistas como los ecologistas y comunistas vieron que sus posibilidades eran mínimas si no negociaban con Mélenchon. Y en eso surgió la Nupes, sigla de la “Nueva Unión Popular, Ecológica y Social”.

De ahí, el llamado de Mélenchon en su campaña por la Nupes: “¡Elíjanme primer ministro!”. Como líder de la coalición de izquierda, si llegase a conseguir la mayoría en la Asamblea Nacional, Macron se vería obligado a nombrarlo como jefe de gobierno.

Jean-Luc Mélenchon en un evento en Lille, Francia. Foto: Reuters

La situación del macronismo

Entre los centristas de La República en Marcha, lo que hace unos meses era imposible de a poco toma forma: perder la mayoría absoluta, que se consigue con un mínimo de 289 diputados. Con el descenso progresivo de la alianza gobernante en las encuestas, en el macronismo ya miran como cercana la posibilidad de pasar a una “mayoría estrecha”, e incluso perder frente a otra coalición.

De hecho, la intención de voto le da el favor a Nupes: 28% contra el 26% que obtendría Juntos, la coalición de centro que lidera La República en Marcha y Macron. Sin embargo, como se trata de elecciones legislativas con segunda vuelta, las encuestas consideran otra manera de estimar los escaños, viendo caso por caso los distritos. En esos análisis, el instituto Harris Interactive publicó una encuesta en la que estima que el macronismo se llevaría la mayoría absoluta, con 310 diputados, ganándole por lejos a la Nupes, que conquistaría 152.

Con eso, la actual primera ministra, Élisabeth Borne, nombrada hace unas semanas por Emmanuel Macron, no debería temer perder su puesto.

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