Deforestación en la Amazonía brasileña se reduce en primeros seis meses de gobierno de Lula

Una notable reducción en la deforestación en la Amazonía se cristalizó en los últimos seis meses. Foto: AFP

“Se alcanzó el esfuerzo de revertir la curva de crecimiento. Eso es un hecho: revertimos la curva, la deforestación no va en aumento”, dijo João Paulo Capobianco, secretario ejecutivo del Ministerio del Medio Ambiente, durante una presentación en Brasilia. La situación es inversa a lo ocurrido en la presidencia de Jair Bolsonaro.


Después de cuatro años de creciente destrucción en la Amazonía brasileña, la deforestación se redujo un 33,6% durante los primeros seis meses del mandato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, según datos satelitales del gobierno publicados el jueves.

De enero a junio, la selva tropical tuvo alertas que abarcaban 2.650 kilómetros cuadrados, frente a los 4.000 kilómetros cuadrados -un área del tamaño de Rhode Island- durante el mismo período del año pasado en el gobierno del expresidente Jair Bolsonaro. Los datos de este año incluyen una caída del 41% en las alertas de junio, el comienzo de la estación seca cuando la deforestación tiende a aumentar.

“Se alcanzó el esfuerzo de revertir la curva de crecimiento. Eso es un hecho: revertimos la curva, la deforestación no va en aumento”, dijo João Paulo Capobianco, secretario ejecutivo del Ministerio del Medio Ambiente, durante una presentación en Brasilia.

Capobianco señaló que los resultados de todo el año dependerán de unos meses difíciles por delante. Aún así, los datos son una señal alentadora para Lula, quien hizo campaña el año pasado con la promesa de frenar la tala ilegal y revertir la devastación ambiental ocurrida durante el mandato de Bolsonaro. El exlíder derechista debilitó a las autoridades ambientales, mientras que su insistencia en el desarrollo de la región amazónica tuvo un impacto entre los acaparadores de tierras y los agricultores que durante mucho tiempo se sintieron difamados por las leyes ambientales. Con esto se envalentonaron y la deforestación del Amazonas aumentó a su cifra más alta en 15 años.

Los datos de deforestación dados a conocer el jueves provienen de un sistema llamado Deter, administrado por el Instituto Nacional de Investigación Espacial, una agencia federal. Es una iniciativa que se enfoca principalmente a detectar la deforestación en tiempo real. Los cálculos de deforestación más precisos provienen de otro sistema llamado Prodes, cuyos datos se publican cada año.

“En pocas palabras, estamos dando prioridad a la aplicación de la ley ambiental”, dijo Jair Schmitt, jefe de protección ambiental de Ibama, la agencia ambiental federal de Brasil, en una entrevista telefónica con The Associated Press.

Rearme de agencia ambiental

Sin embargo, la continua escasez de personal significa que la tarea no ha sido fácil, dijo. Muchos agentes de Ibama se jubilaron y no fueron reemplazados durante el gobierno de Bolsonaro, lo que refleja los esfuerzos del expresidente por debilitar a las autoridades ambientales. Lula se ha comprometido a restaurar la fuerza laboral, pero el número de agentes de Ibama sigue siendo el más bajo en 24 años. El país cuenta con apenas 700 agentes, de los cuales sólo 150 están disponibles para despliegue, en todo el territorio, que es más grande que todo Estados Unidos.

Ibama también ha fortalecido la vigilancia remota, en la que se detecta la deforestación a través de imágenes satelitales, según Schmitt. Mediante el cruce de referencias con registros de tierras, en muchos de los casos es posible identificar al propietario del área, lo que conduce a embargos que restringen el acceso a préstamos financieros, entre otras sanciones.

Otra estrategia ha sido incautar miles de cabezas de ganado criadas ilegalmente dentro de las áreas embargadas. La medida es efectiva porque inflige un castigo inmediato, a diferencia de las multas que rara vez se pagan en Brasil debido a la lentitud del proceso de apelación, dijo Schmitt.

Rodrigo Agostinho, titular del Ibama, señaló en la presentación del jueves que el valor de las multas impuestas en la primera mitad del año aumentó un 167% respecto del promedio de 2019-2022, y la agencia embargó 2.086 áreas, es decir un incremento del 111%.

“Comenzamos el año con muchas dificultades por todo lo que heredamos, reorganizando todos los equipos de fiscalización, protección ambiental, reactivando los sistemas tecnológicos”, dijo Agostinho.

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