Corea del Sur recupera restos del satélite norcoreano que cayó al mar por una falla técnica

Los restos del satélite espía norcoreano fueron recuperados por el Ejército de Corea del Sur. Foto: Reuters

El Ejército surcoreano realizará una investigación exhaustiva del objeto y obtener así información sobre los avances del programa de misiles de Norcorea.


El Ejército de Corea del Sur anunció este viernes que ha recuperado los restos del satélite lanzado por Pyongyang a fines de mayo y que cayó al mar Amarillo por una falla técnica, dando por concluidas las labores de rescate.

La operación ha estado determinada por una serie de complicaciones, incluidas las inclemencias metereológicas, que obligaron a paralizar las labores por corrientes rápidas y falta de visibilidad submarina, informa la agencia de noticias Yonhap.

Un funcionario del Estado Mayor Conjunto surcoreano indicó que en las labores también han participado expertos de la Agencia para el Desarrollo de la Defensa y otros especialistas. “Debido a los peligros potenciales, teníamos asesores técnicos a bordo para que pudiéramos tomar las medidas necesarias mientras observamos la situación”, señaló el funcionario bajo condición de anonimato.

Junto a esta operación, el Ejército también ha llevado a cabo una misión que tiene el objetivo de buscar otras partes del cohete para conseguir realizar una investigación exhaustiva del objeto y obtener así información sobre los avances del programa de misiles de Corea del Norte.

Las Fuerzas Armadas de Corea del Sur identificaron los restos tras caer al agua en el mar Amarillo, señalando que cayó al fondo del mar a una profundidad de 75 metros, “debido en gran parte a su peso”. También surgieron preocupaciones de que podría ocurrir una explosión si contenía elementos combustibles.

Corea del Norte lanzó durante la última semana de mayo un cohete portador de satélites de reconocimiento militar que falló, cayendo al mar Amarillo, pero que activó por unos minutos las alertas de evacuación en la capital surcoreana, Seúl, y la prefectura de Okinawa, la isla más septentrional del archipiélago japonés.

Este lanzamiento provocó la condena tanto de Naciones Unidas, como de la OTAN, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón, que denunciaron tales actos y solicitaron la reanudación del diálogo para lograr una paz sostenible y la desnuclearización completa de la península de Corea.

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