Corea del Sur bajo el lente de cámaras espías

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Mujeres surcoreanas participan en una de las multitudinarias manifestaciones en Seúl.

Tras meses de manifestaciones en Seúl a raíz de denuncias que alertaban la presencia de cámaras ocultas en espacios públicos, especialmente en baños y probadores, el gobierno surcoreano anunció un plan para detectar y retirar esos aparatos de grabación.


Baños públicos, probadores, colegios, oficinas y trenes. Esos son sólo algunos de los lugares escogidos por personas que se dedican a grabar secreta e ilegalmente a mujeres surcoreanas con cámaras escondidas. Videos que luego son subidos a páginas web pornográficas, etiquetados bajo la categoría de videos "molka", para luego ser rápidamente difundidos en diferentes plataformas.

Y la tendencia va en aumento, según denuncia la Policía de Corea del Sur.

Las proporciones de este fenómeno han llegado a tal nivel que las surcoreanas han exigido públicamente una regulación al respecto, puesto que cerca del 80% de las víctimas de estas cámaras escondidas son mujeres. Cada mes, desde mayo, miles de ellas se concentran en una manifestación portando carteles con cámaras y frases como "mi vida no es tu porno", "Corea del Sur, la nación de las cámaras espías" y "quiero orinar tranquila".

"Algunos hombres coreanos tratan la vida cotidiana de las mujeres como porno. Tienen el hábito de tomar fotos o videos ilegalmente y subirlos a internet y compartirlos", comentó a La Tercera un vocero de The Courage To Be Uncomfortable (El coraje de ser incómoda), uno de los movimientos que inició las protestas. Lo que exigen es que el gobierno introduzca leyes para evitar que los voyeurs usen cámaras espías para capturar este tipo de imágenes. La primera manifestación, el 19 de mayo, reunió a 12 mil mujeres. Y la última, concentró a cerca de 40 mil.

Los casos que involucran grabaciones ilegales han aumentado drásticamente de 1.300 en 2011, a 6.400 en 2017, según la Agencia Nacional de la Policía de Corea del Sur. "Ha sido parte de la vida diaria normal para las mujeres surcoreanas estar expuestas a la filmaciones ilegales en cualquier momento y en cualquier lugar, y lidiar con la negligencia de la investigación policial, un daño secundario, y las expresiones obscenas de la prensa", manifestó una de las organizadoras de la Marcha de las Mujeres por la Justicia.

"Entrar a un baño público es una experiencia tan inquietante en estos días", dijo Claire Lee, una estudiante de 21 años, a la agencia France Presse. Lee asegura que siempre mira alrededor de las paredes para ver si hay algún "agujero sospechoso", y que incluso a veces entierra un lápiz para destrozar cualquier lente secreto o algún material que pueda haber dentro.

Y es que la forma en la que pueden ser grabados tanto mujeres como hombres es extremadamente fácil. Ha Yena, fundadora de la organización feminista Digital Sexual Crime Out, afirma que con US$ 10 cualquiera puede convertirse en víctima, en alusión al valor de las cámaras ocultas. "La mayoría de estos productos están en la vida cotidiana. Llaves del auto, encendedores, sombreros, botones: cualquier cosa que se te ocurra. Pueden esconder cámaras en ellos ", dijo a Channel News Asia.

De las 16.201 personas arrestadas entre 2012 y 2017 por realizar grabaciones ilegales, el 98% correspondió a hombres, mientras que el 84% de las 26.000 víctimas durante el mismo período fueron mujeres. En mayo, el Presidente Moon Jae-in reconoció que las imágenes de las cámaras espías se habían convertido en "parte de la vida cotidiana" de los surcoreanos y pidió penas más severas para los perpetradores. Actualmente, enfrentan multas de hasta US$ 8.900 o una sentencia de prisión de hasta cinco años.

Sin embargo, los activistas aseguran que finalmente son pocos los acusados que resultan penados con todo el rigor de la ley. A muchos solo se les condena a pagar modestas multas y, en la mayoría de los casos, el delito queda impune.

Pero el gobierno ha intentado tomar medidas frente al creciente descontento social por estos casos. Así, se anunció la entrega de US$ 4,5 millones en fondos a las autoridades locales para aumentar el control en baños y probadores. Además, cinco ministerios (Justicia, Interior, Asuntos Sociales, Administraciones Públicas y Trabajo) se comprometieron a adoptar medidas coordinadas.

Como parte del plan, el 2 de septiembre se anunciaron inspecciones diarias a todos los baños públicos de Seúl en busca de cámaras ocultas. Por el momento, las autoridades cuentan con un equipo de solo 50 inspectores para supervisar más de 20.000 baños públicos en la capital surcoreana. De todos modos, se prevé que 8.000 trabajadores que actualmente están contratados para mantener y limpiar los baños, también realicen chequeos diarios. Además, las autoridades identificarán unos 1.000 baños públicos propensos a los delitos con cámaras ocultas para que sean revisados con más frecuencia.

Si bien estos servicios actualmente son inspeccionados una vez al mes, en los últimos dos años no se han encontrado dispositivo de grabación, según el gobierno. Se cree que los dueños de las cámaras ilegales las dejan en el lugar por un tiempo muy corto antes de sacarlas.

De todos modos, las activistas no están conformes. "El gobierno solo toma acciones superficiales. Los hombres todavía reciben sentencias suspendidas y no hay regulaciones para las cámaras espías. Varios proyectos de ley siguen pendientes y los sitios web donde suben las grabaciones ilegales aún existen. Nada ha cambiado desde mayo", denuncian desde The Courage To Be Uncomfortable.

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