Una prestigiosa revista de ciencia ficción suspendió la recepción de nuevas historias debido a una avalancha de textos generados por inteligencia artificial

Clarkesworld Magazine tomó esta medida mientras descifra cómo lidiar con este creciente fenómeno.


Desde que herramientas como ChatGPT comenzaron a popularizarse han existido preocupación por el abuso de esos servicios de inteligencia artificial que permiten generar texto en base a una simple instrucción. Así, mientras desde el mundo académico han intentado tomar medidas para evitar que los estudiantes presenten textos de chatbots como sus tareas, ahora desde el ámbito editorial una reconocida revista también tuvo que salir al paso de este fenómeno.

Esta semana Neil Clarke, el editor de Clarkesworld Magazine, una reconocida revista de ciencia ficción y fantasía, anunció que la publicación suspendería temporalmente la recepción de nuevas historias ¿La razón? La presentación de textos creados por inteligencia artificial se disparó demasiado.

Concretamente, según recoge Kotaku, solo durante la primera quincena de febrero la revista Clarkesworld recibió el doble de historias escritas por inteligencia artificial respecto a enero de este mismo año y como consecuencia la cantidad de gente que ha vetado también ha aumentado significativamente como pueden ver en el siguiente gráfico.

Tengan en cuenta que las reglas de la revista Clarkesworld dicen claramente que no consideran historias escritas o co-escritas por inteligencia artificial por lo que este fenómeno claramente atenta contra la propuesta de la publicación.

En ese sentido, Neil Clarke afirmó que aunque por ahora la recepción de nueva historias está cerrada, en estos minutos están tratando de descifrar un mecanismo para resolver este problema sin perder la identidad de la revista.

“No estamos cerrando la revista. Cerrar la recepción significa que no estamos considerando historias de autores en este momento. Volveremos a abrir, pero no hemos fijado una fecha”, señaló Clarke en Twitter. “No tenemos una solución para el problema. Tenemos algunas ideas para minimizarlo, pero el problema no va a desaparecer. Los detectores no son fiables. Que se pague para enviar historias sacrifica demasiados autores legítimos. Los envíos impresos no son viables para nosotros”.

“Varias herramientas de terceros para la confirmación de identidad son más caras de lo que las revistas pueden permitirse y tienden a tener lagunas regionales. Adoptarlos sería lo mismo que prohibir países enteros”, añadió. “Podríamos implementar fácilmente un sistema que solo permitiera a los autores que nos habían enviado trabajos previamente. Eso prohibiría efectivamente a los nuevos autores, lo cual no es aceptable. Son una parte esencial de este ecosistema y de nuestro futuro”.

Pero ¿quiénes están provocando esto? Según Clarke se trata de individuos que querrían ganar dinero fácilmente.

“Las personas que causan el problema no pertenecen a la comunidad de ciencia ficción y fantasía. Son impulsadas en gran medida por expertos en ‘trabajos secundarios’ que afirman que hay dinero fácil con ChatGPT. Están impulsando esto y merecen parte del desdén que se muestra a los desarrolladores de IA”, concluyó el editor.

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