¿Qué hacemos con y por el hambre?

Una alarma global, antigua y permanente que hoy se agudiza con la expansión del Covid 19. La ONU alertó de una “crisis alimentaria mundial inminente”, que podría tener repercusiones en millones de personas, y llamó a actuar ya. En Chile la urgencia está movilizando una serie de iniciativas solidarias macro y microsociales junto a otras que, además de responder a la necesidad de comer, crean compromisos en cadena y proyectos para una transformación a largo plazo que suma diferentes actores y aspectos al valioso acto de donar. Celebramos tres nuevos nacimientos.




Plataforma solidaria de restaurantes

Conectar, colaborar y asociarse. Para Rafael Rincón, la receta en que creer y aplicar a todo lo que se emprenda. Como parte del movimiento internacional de Gastronomía Social y como gestor de la fundación con el mismo nombre en Chile, los últimos ocho meses han significado un replanteamiento que partió con las dificultades del estallido social en restaurantes y se acrecentó con los efectos masivos del Covid 19 en términos de hambre y parálisis de sistemas relacionados. Después de reflexiones, ideas propias y conjuntas, convocó a cocineros y agrupaciones para desarrollar Comida Para Todos, una plataforma solidaria que une restaurantes, productores y organizaciones sociales, reactivando los lugares, sus equipos y pequeños proveedores que los abastecen; distribuirla con transportistas escolares absolutamente desempleados por la pandemia, para entregarlas a comunidades necesitadas en comedores o espacios sociales, enseñando además sobre alimentación saludable.

“Luego de ordenar y armar la estructura decidimos empezar el 15 de mayo en un comedor de La Pintana y en Antofagasta. Al día de hoy ya somos 21 organizaciones y no llevamos un mes. Hemos despachado 3.100 almuerzos y tenemos recursos para 21.000 más. Cada plato de comida articula y oxigena una alianza. Partimos con los restaurantes Boa, 99, La Cava del Sommelier, Mano de Chef y Aurora, de Antofa; ahora también están La Caperucita y el Lobo, de Valpo, y RossoNero, de Viña. Hacemos comida al vacío, simple, muy rica, tradicional y nutritiva. Cada uno de ellos ya está cocinando 400 platos a la semana, creándose una relación, porque se apadrina a la comunidad, entonces es muy bonito todo el cariño que nace, cómo se acompañan, llaman y apoyan. Porque si bien la campaña ahora es la entrega inmediata de alimento delicioso, con la cadena que hay detrás lo que se quiere es capacitar en buenas prácticas de alimentación saludable y a largo plazo, convertir los comedores sociales en escuelas de formación continua en cocina que además da de comer a la comunidad”, afirma Rincón.

Donaciones y más info en www.cocinaparatodos.cl

Organización familiar

“Más que un almuerzo, un respiro”, es la campaña con la que Paternitas se adaptó para seguir apoyando a sus usuarios en el marco del coronavirus. Un grupo de 400 familias que ya eran parte de capacitaciones en los distintos oficios que contempla la labor de la fundación hace casi 30 años, dirigida a la reinserción laboral de personas que han delinquido, provienen de la marginalidad y que necesitan de distintos fortalecimientos para hacer un cambio. Al mismo tiempo de un programa para jóvenes del Sename, con ocho cursos de gastronomía, que enseña, además de cocinar, una serie de otras habilidades, llamado El +Social, formando equipos que han llegado a tener un stand en el mismísimo Lollapalooza .

En pleno desarrollo del serio proceso y sustrato teórico con el que trabajan llegó la pandemia. “Ahí dijimos qué se va a hacer. No se puede venir, hay que quedarse en casa pero también hay que comer”, cuenta Lucía Ruiz-Moreno, directora ejecutiva de Paternitas. Entonces idearon un método de entregar comida pero que asegurara participación y reciprocidad. “Nosotros no regalamos. Tú te los ganas porque eres capaz”, afirma.

Así, a las 11 de la mañana y por Instagram Live empieza una clase de cocina a la que los usuarios deben conectarse. Se prepara un almuerzo para cuatro personas por $2.500 diarios. Luego los beneficiados deben mandar una foto del pantallazo de la clase y del momento familiar cuando comen después. “Porque nos interesa que además se convierta en una forma distinta de estar en casa como también generar una estructura, alimentarse bien, organizar la compra, salir una vez a la semana; porque les depositamos el dinero de los cinco almuerzos y mandamos la lista de ingredientes, activando también el comercio local. Si asistieron todos los días, les regalamos el fin de semana. Sumamos además cápsulas para sacar los permisos, hacer ejercicio, hacemos concursos, damos un respiro en este transitar del Covid. Todo tutorado por los profesionales de la fundación, que tienen 30 familias a cargo y los apoyan en diversos temas. Aquí estamos proponiendo y llamando a que el café que te tomabas en la mañana lo conviertas en un almuerzo para cuatro”, señala Lucía.

Donaciones en www.parternitas.cl

Nutrición infantil

Documentos del Ministerio de Salud de Chile declara que “la alimentación en los primeros 1.000 días de vida constituye uno de los principales determinantes del crecimiento y desarrollo de los niños y niñas. Estos mil días corresponden al período desde la gestación hasta los dos años de edad y tienen un papel preponderante en el potencial de desarrollo físico, intelectual y emocional del niño”. Argumento aterrador cuando se proyectan cientos de millones de niños en el mundo expuestos a inseguridad alimentaria a causa de la pandemia. Una de las razones que motivaron la creación de Come Colores, una acción que Maida Mas, Rocío Valdés y Gabriel Layera empezaron hace tres semanas con la idea de hacer colados para niños chicos o guaguas, algo relativamente simple de preparar, envasar y entregar. Se lanzaron a punta de pasión, juntaron donaciones de vegetales, frascos de vidrio y ocuparon el restaurante de Layera (La Calma); en un día prepararon 400 colados bajo todas las normas de sanidad y los repartieron a inmigrantes fuera de la Embajada de Venezuela. Ahí supieron que debían entregarlos a grupos permanentes para lograr reutilizar el vidrio y además poder crear un lazo que se comprometiera con la alimentación del pequeño para generar impacto real, más allá de aparecer como una comida eventual. Además explotó la creatividad pensando en hacerlos atractivos, con colores, variando ingredientes y sabores diariamente (son siete distintos). Las recetas son diseñadas nutricionalmente para infantes a base de verduras, frutas, granos, cereales y/o algas. Sin sal ni azúcares añadidas, sin preservantes, colorantes ni aditivos artificiales, libres de gluten y lactosa.

Hoy están comprometidos con seis niños de Quilicura, designados por esa municipalidad entre los más necesitados. Cada dos semanas les reparten una caja con 28 colados salados y 14 dulces de frutas, luego retiran frascos vacíos, entregan nuevos y ya el círculo está funcionando con la meta de alimentarlos hasta fin de año. Se han unido colaboradores como Elige Vidrio, 3 F (verduras) y aceite de oliva Las 200, más donaciones de cereales y legumbres que han ido apareciendo. Abrieron Instagram, están terminando la web y empezando los trámites para ser una fundación legal, con meta de llegar a más niños hasta que cumplan dos años de vida.

Donaciones y el seguimiento de entregas y reacciones en @comecolorescl

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