Podemos: su incierto futuro tras el fracaso de Pablo Iglesias en Madrid

Pablo Iglesias, rodeado de compañeros del partido, durante una conferencia de prensa tras las elecciones a la Asamblea de Madrid, el martes pasado. Foto: Europa Press

Los morados buscan evitar que la derrota de su líder en las elecciones del martes en esa comunidad española, que lo llevó a anunciar su retiro de la política, pueda ser el comienzo del ocaso para el partido fundado en 2014.


Un “terremoto político”. Así se referían los medios españoles al fenómeno que generó el surgimiento de Podemos en marzo de 2014. Cuatro meses después de su fundación, el partido de izquierda obtuvo cinco escaños en las elecciones europeas, convirtiéndose en la cuarta colectividad más votada de España. Más de 100.000 personas se anotaron en los primeros 20 días después de que se abrieran las inscripciones, convirtiéndose en la tercera tienda política con mayor número de afiliados en el país. En octubre alcanzó el segundo lugar, con más de 200.000.

En noviembre de 2014 llegó a aparecer como el primer partido en intención directa de voto, según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas. Un año después, en las elecciones generales de 2015, las listas presentadas por Podemos para el Congreso obtuvieron 69 diputados, con el 20,68% de los votos.

Pablo Iglesias, jefe de Podemos, pronuncia un discurso durante la presentación del partido en Madrid el 17 de enero de 2014. Foto: Reuters

Desde 2020 es uno de los partidos que forman el gobierno de coalición de España, tras llegar a un acuerdo con el Partido Socialista Obrero Español (Psoe). Sin embargo, el entusiasmo inicial parece haberse acabado.

Tras confirmarse que la formación morada obtuvo solo 10 escaños de 136 -el 7,21% de los votos- en las elecciones para la Asamblea de Madrid el martes pasado, Pablo Iglesias, que ha liderado el partido de los morados desde su origen hace siete años, anunció que se retiraría de la política “institucional”.

“Hemos fracasado”, admitió Iglesias esta semana. “Cuando uno no es útil, tiene que saber retirarse”, expresó al comunicar su salida.

Pablo Iglesias durante una conferencia de prensa el martes, tras las elecciones a la Asamblea de Madrid. Foto: Europa Press

Aunque puede parecer que a sus 42 años su decisión es un poco temprana, para muchos no fue sorpresiva. “Pablo Iglesias es una persona compleja que, desde su inteligencia, mezcla dosis de altruismo con otras de pragmatismo. A ello se le une su enorme vanidad, que él maneja de manera épica. Su salida es coherente con su vida”, asegura el politólogo y profesor de la Universidad de Salamanca, Manuel Alcántara.

“Podemos ya no tiene la misma capacidad de generar discusión política, su movilización se limita a una suerte de ‘piso’ electoral más o menos consolidado y con fuertes limitaciones para crecer, pero sí ha sido capaz de consolidar su presencia institucional con un gobierno en coalición a nivel central. Este dato no es menor, pues es la primera vez que España tiene un gobierno en coalición desde que se recuperó el régimen democrático”, señala a La Tercera Juan Ignacio Estévez, investigador de la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

El Presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a la izquierda, y el segundo vicepresidente, Pablo Iglesias, hablan durante una sesión parlamentaria, en octubre de 2020. Foto: AP

Nuevos liderazgos

Podemos lidera una coalición de partidos conocida como Unidas Podemos, dentro de la cual la formación de Iglesias e Izquierda Unida son los más representativos. Aunque los expertos señalan que no parece que la coalición vaya a sufrir una ruptura, no se sabe con certeza qué ocurrirá a la interna de Podemos.

“No cabe dudas de que en términos políticos la sucesora de Pablo Iglesias será Yolanda Díaz, la actual ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera del gobierno. Pero Díaz no es militante de Podemos, sino del Partido Comunista de España. Tiendo a pensar que el liderazgo del partido lo asumirá alguna de las figuras fuertes de Podemos que actualmente forman parte del gobierno: Ione Belarra, ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, o Irene Montero, actual ministra de Igualdad, por poner algunos ejemplos. Esta suerte de bicefalia sin duda será un reto”, advierte Estévez.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una conferencia de prensa. Foto: Europa Press

Podemos se enfrenta a una coyuntura compleja. No solo debe renovar y consolidar liderazgos internos, sino que además debe encontrar una forma de que su proyecto vuelva a generar una capacidad de convocatoria importante. Expertos consideran que es clave para Unidas Podemos consolidar el perfil de Yolanda Díaz, que posee características que la hacen una política muy atractiva, precisamente porque no se parece al actual líder.

“Iglesias ha ejercido un liderazgo muy personal y fuerte, de modo que impedía el surgimiento de otros liderazgos en su movimiento político. Algunos líderes alternativos de Podemos, como Íñigo Errejón, han dejado el partido por este motivo. Ahora es posible que surjan otros liderazgos en Unidas Podemos y eso es un resultado positivo”, señala a La Tercera Agustín Ferraro, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca. “En cuanto a la izquierda en España, creo que el liderazgo de Pablo Iglesias, como él mismo lo ha dicho, ya resultaba un factor más perjudicial que ventajoso, por la fuerte concentración de ataques en su figura”, agrega.

Sin embargo, la salida de Iglesias también tiene sus desventajas. “La ausencia de una figura aglutinadora puede poner en riesgo a la organización. Unidas Podemos aspira a que Yolanda Díaz dispute la presidencia del gobierno con la expectativa de ganar, de que se convierta en la futura presidenta de España. Es un reto de dimensiones importantes”, advierte Estévez.

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