Margaret MacMillan: “La gente se cansa de las guerras y quiere una resolución, una solución”

La historiadora canadiense Margaret MacMillan

Para la reconocida historiadora canadiense, experta en conflictos bélicos y autora de numerosos libros sobre la materia, lo que ocurre en Ucrania y ahora en Medio Oriente es una demostración más de que “nos estamos dando cuenta de que incluso en tiempos de paz debemos tener cuidado con la guerra”.


Experta en conflictos bélicos y sus consecuencias, la historiadora y académica canadiense Margaret MacMillan ha dado conferencias y charlas alrededor del mundo sobre la guerra, en particular las del siglo XX. En 2018 fue elegida por la BBC para dar las prestigiosas conferencias Reith (en honor al fundador de la BBC). Fue así como ofreció cinco charlas magistrales sobre el tema de la guerra -llamadas “La marca de Caín”- en Londres, York, Beirut, Belfast y Ottawa.

Profesora emérita de Historia de la Universidad de Toronto y de Historia Internacional de la Universidad de Oxford, sus trabajos han sido traducidos a 26 idiomas, e incluyen los libros 1914: De la paz a la guerra; Usos y abusos de la historia, y War: How Conflict Shaped Us.

Margaret MacMillan es una de las invitadas estelares de Puerto de Ideas Valparaíso, que comienza la próxima semana. Mientras se prepara para su primer viaje a Valparaíso, la historiadora conversa desde Oxford con La Tercera vía Zoom.

En su trabajo usted ha escrito extensamente sobre la guerra y sus consecuencias. Acaba de empezar otra guerra, esta vez en Medio Oriente, después del ataque terrorista de Hamas contra Israel. ¿Cuáles son sus primeras reflexiones?

Bueno, esto es lo que pasa con la guerra. No siempre lo esperas, pero explota. Y creo que de lo que nos estamos dando cuenta -una vez más- es de que incluso en tiempos de paz debemos tener cuidado con la guerra, porque es muy fácil que de repente estalle y comience. Medio Oriente ha estado tenso durante algún tiempo, ha habido tensión en Israel, pero creo que a mucha gente -incluyéndome a mí- nos sorprendió lo que pasó. Pero la guerra está (siempre) muy presente.

Viviendas destruidas tras la ofensiva israelí contra Maghazi, en el centro de la Franja de Gaza, el viernes. Foto: Reuters

¿Cómo se explica que, a pesar de que la humanidad conoce los horribles efectos de los conflictos bélicos y a que estamos en el siglo XXI, todavía hombres y mujeres tengan que ir a la guerra y morir porque sus líderes no encuentran una manera pacífica de resolver sus conflictos?

Creo que hay dos cosas. La primera es que hay gente que piensa que puede utilizar la guerra para conseguir lo que quiere, y por eso creo que el Presidente Putin pensó que podía invadir Ucrania y apoderarse de ella, que es lo que quería. Por lo tanto, habrá personas que utilizarán deliberadamente la guerra como una forma de conseguir lo que quieren. Y habrá gente que esté dispuesta a morir por una causa. Estos dos (asuntos) están relacionados. Habrá gente que no se preocupará por los costos de la guerra, porque piensan que eso creará algo mejor. Hay gente que utiliza la guerra de una manera muy calculada, y hay quienes ven la guerra como una forma de construir una sociedad mejor o crear un mundo diferente. Y, a veces, por supuesto, entramos en guerra por errores, por accidentes. A veces no se quiere ir a la guerra, pero se encuentran en una posición en la que empieza de todos modos.

¿Y qué pasa con la guerra en Ucrania? Para muchos analistas parece ser un problema muy grande la guerra en Medio Oriente, en términos de recursos y de atención que ahora van a Israel.

Sí, esto siempre es un problema, cuanto más dura la guerra a menudo es más difícil lograr un apoyo a la guerra, porque los costos son tan altos. Hay, tanto en Europa como en Estados Unidos (siendo Estados Unidos el mayor patrocinador de Ucrania), quienes dicen que ya es suficiente y que “vayamos gastando el dinero en otra cosa”. El gobierno de Eslovaquia dijo que no iba a enviar más equipamiento a Ucrania, y Hungría ya dijo lo mismo. Y en Estados Unidos, que es un actor clave para Ucrania, quien está dando la mayor cantidad de apoyo a Ucrania, hay varios miembros del Partido Republicano que dicen “ya no queremos apoyar a Ucrania”. Y esto sucede a menudo: la gente se cansa de las guerras, quiere una resolución, quiere una solución. Por eso creo que, desde el punto de vista ucraniano, este es un momento difícil porque es posible que gran parte del apoyo no esté (más) allí. Y Ucrania también ha tenido un gran apoyo en la opinión pública, y usted tiene razón: ahora hay mucha más atención en la prensa y en los medios para lo que está sucediendo en Medio Oriente.

Entonces, ¿esto puede ser útil en cierto modo para Vladimir Putin?

Creo que puede ser útil para él y creo que él lo está viendo en esos términos. Ha estado muy ocupado yendo a China, por ejemplo, sus fuerzas todavía están luchando en terreno y continúan atacando posiciones ucranianas. Ha estado en contacto con varios líderes en Medio Oriente, y por eso creo que ve esto como algo que lo ayudará. Y cuanto más se centra Estados Unidos en Medio Oriente, me imagino que él piensa que esto es bueno, porque menos puede centrarse en Ucrania.

Usted escribió que la globalización puede tener el efecto paradójico de fomentar un intenso localismo y nativismo, asustando a la gente e impulsándola a refugiarse en personajes de mentalidad estrecha. Es el populismo que se ve en muchas partes del mundo. ¿Cómo es posible afrontar esto?

Bueno, creo que el populismo puede atraer a la gente porque no todos se beneficiaron de la globalización. En esta tremenda expansión y éxito de la globalización, olvidamos que a mucha gente no le estaba yendo bien: estaban perdiendo empleos, las fábricas se estaban yendo al extranjero, las industrias estaban cerrando y, por lo tanto, había grandes sectores de la población que se encontraban sin trabajo, o sin poder tener trabajos dignos, sin poder mantener una familia, tener una vida. Y esos sentimientos fueron algo con lo que jugaron los populistas. No todos los que sufrieron la globalización se volvieron populistas, pero los líderes populistas fueron muy astutos al decir: “Hay personas que te hicieron esto y la globalización es parte de eso y tus líderes”. Y todos estos ataques a las instituciones, al “deep state”, lo del “pantano de Washington”, ese lenguaje de que hay gente a la que no le importas y que no le importa tu vida, que te ignoran. Y creo que los populistas quieren jugar con esto, y creo que de todos modos iba a haber una reacción a la globalización, esto era algo que creo que estaba por venir. Pero, en todo caso, a los populistas no les va bien cuando entran al gobierno...

La historiadora canadiense Margaret MacMillan

¿Por qué?

Porque los partidos populistas y los líderes populistas tienden a apelar al resentimiento y a menudo crean problemas cuando entran al gobierno. Los populistas italianos cuando se convirtieron en gobierno de las ciudades italianas, no podían hacer las cosas normales que los gobiernos de las ciudades deben hacer, por lo que hubo cierta desilusión. Pero todavía hay una fuerza potente. Y una de las cosas que hacen los movimientos populistas no es solo culpar a los enemigos internos -”es culpa de la gente de Washington o de Santiago”-, sino que también señalan a los enemigos externos: “es culpa del capitalismo internacional, de los chinos, etc.”. Así que (el populismo) es peligroso, porque no solo causa división interna, sino que también puede conducir a tensiones entre Estados.

Usted instó a los líderes occidentales a construir un orden internacional estable, pero parece que está sucediendo al revés. ¿Cree que hay líderes en este momento que sean capaces de pensar más allá de la polarización política, pensando en construir realmente un orden internacional estable?

No sé la respuesta. Quizás nos ponemos nostálgicos con los líderes del pasado, pensando que todos fueron geniales. Pero aunque en su momento mucha gente no pensaba que Roosevelt o Churchill fueron grandes líderes, creo que tal vez tuvimos mejores líderes en el pasado. Y cuando miro al mundo, no hay muchos grandes líderes capaces de intentar unir a la gente. Miremos a Donald Trump, todo su eslogan era “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”, “Estados Unidos primero”, no estaba muy interesado en el resto del mundo. Consideraba a la OTAN como un grupo de freeloaders que simplemente estaban explotando a EE.UU., y eso es preocupante, porque en este momento parece que será elegido nuevamente como Presidente.

¿Y el Presidente Biden?

Creo que Joe Biden tiene visión internacional, pero tiene un Congreso, una Cámara de Representantes, casi imposible para negociar con ellos, para lograr acuerdos bipartidistas... Y también tenemos líderes que están dispuestos a perturbar el sistema, y Putin ha estado ignorando deliberadamente las reglas y leyes internacionales, y perturbando el sistema internacional. Los chinos han tendido a apoyarlo, pero creo que cada vez están más dispuestos a contradecirlo cuando les conviene. Lo mismo pasa con Modi en India. Así es que creo que tenemos una situación muy difícil en este momento y no estoy segura de ver ninguna voluntad, capacidad o influencia política por parte de los líderes para unirse. Y eso es peligroso para todos nosotros.

¿Cuáles son los requisitos para encontrar una manera de hacer la transición hacia la paz? ¿Existen condiciones necesarias que los líderes puedan crear o al menos influenciar para encontrar estas condiciones que puedan facilitar la paz?

Bueno, tienen que estar dispuestos a hablar entre sí y, a veces, eso solo ocurre después de que una de las partes ha sido derrotada de manera muy decisiva. Ya sabes, en la Segunda Guerra Mundial, Hitler no estaba dispuesto a hablar en absoluto hasta el final, cuando Alemania estaba casi completamente derrotada; los que estaban detrás de él estaban dispuestos a hablar, no tenían otra opción. Entonces está eso, y a veces te encuentras con una situación en la que ambas partes están agotadas y se dan cuenta de que tienen que hablar de paz. Así que creo que siempre es importante mantener abierta la posibilidad, tratar de pensar en lo que sucederá después de que la guerra termine.

Un soldado ucraniano en la región de Luhansk, el jueves. Foto: Reuters

¿Qué es importante cuando termina la guerra?

Creo que después de que termina la guerra es muy importante tratar a los que han sido derrotados lo mejor posible. Y eso es realmente difícil, porque las pasiones pueden ser muy altas y puedes pagar mucho por aquellos a quienes derrotaste. Pero si no empiezas a pensar cómo construyes la paz, tendrás más guerras. San Agustín -el primer santo cristiano- dijo que el propósito de la guerra debería ser la paz, pero el problema es que cuando estás en guerra no siempre piensas en cómo hacer la paz. A veces sucede: Estados Unidos y Vietnam han hecho las paces y su relación es bastante buena; de hecho, es sorprendente. Si miras la relación entre Alemania y Francia después de la Segunda Guerra Mundial, son muy pacíficas y tienen una buena relación. Pero debes tener la voluntad de ambos lados, debes tener líderes que estén dispuestos a hacerlo. Y a veces ayuda que el tiempo pase y que las generaciones más jóvenes tal vez estén dispuestas a olvidar el pasado.

Estamos viendo ahora que en la guerra de Israel y Hamas han muerto miles de niños. Niños asesinados por Hamas en Israel, y hay miles de niños palestinos asesinados por los ataques de Israel. Como dijo António Guterres, incluso la guerra tiene reglas. ¿Por qué pasa esto?

La guerra tiene reglas, una es que debes tratar de no dañar a los civiles si puedes. Otra de las reglas es que el medio que uses debe ser proporcional a lo que estás tratando de lograr. En otras palabras, si quieres tener negociaciones de paz, no atacarás por completo. Pero siempre es muy difícil en los conflictos obedecer las reglas, porque si estás luchando por lo que crees que es la supervivencia, o si estás luchando porque sientes que no tienes otra opción, a las personas les resulta muy difícil obedecer las reglas. Las reglas a menudo se rompen en la guerra. Una de las cosas más horribles de la guerra es que a menudo son los civiles los que pagan el precio más alto.

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