La renuncia del primer ministro británico, Boris Johnson, al liderazgo del Partido Conservador el pasado 7 de julio abrió una batalla al interior de la colectividad para elegir a su sucesor, que se espera sea anunciado el próximo 5 de septiembre.

Más de 10 políticos se presentaron como candidatos a esta disputada competencia. Se trató de los más diversos aspirantes que haya tenido el partido, una suerte de reflejo a la rica diversidad de ReinoUnido. Sin embargo, en términos de propuestas de políticas, se reducían a una sola: rebajar los impuestos de una forma u otra para amortiguar el golpe de una crisis del costo de vida que solo va en aumento. La mayoría está a favor de una legislación que reniegue de un acuerdo con la Unión Europea sobre el comercio en Irlanda del Norte. Y varios han señalado que continuarán poniendo inmigrantes ilegales en aviones a Ruanda.

Tras varias rondas de votaciones, de ese listado quedan cinco aspirantes: el exsecretario de Hacienda, Rishi Sunak, con 101 votos; la secretaria de Estado de Comercio, Penny Mordaunt, con 83; la secretaria de Relaciones Exteriores, Liz Truss, con 64; la exministra de Igualdad, Kemi Badenoch, con 49, y el presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de los Comunes, Tom Tugendhat, con 32.

El secretario ejecutivo de la Comisión 1922, el poderoso organismo “tory” a cargo de los desafíos por el liderazgo del partido, anunció que se propusieron reducir a dos los candidatos el 21 de julio.

Estos dos candidatos serán sometidos a la votación de todos los miembros del partido del país, incluidos los afiliados escoceses y los diputados “tories”. Una vez revelado el líder conservador el 5 de septiembre, el proceso para que sea nombrado primer ministro puede organizarse en un plazo de 24 horas y requiere ir al Palacio de Buckingham para que sea investido por la reina Isabel II de Inglaterra.

Los actuales debates por el liderazgo del partido han dado cuenta de lo dividida que se encuentra la colectividad. “Creo que podemos ver esa división en el comportamiento de los candidatos y sus partidarios durante el curso de esta elección de liderazgo. Está empezando a ponerse bastante feo. Creo que, por un lado, está dividido entre los que apoyan a Boris Johnson y los que no. Y, entonces, eso se ve en la rudeza de cómo el gabinete lo obligó a salir, incluso si la opinión más amplia de la población es que fue lo correcto. Así que hay un problema allí y vemos que surgen divisiones nuevamente en torno al Brexit, todavía está causando un poco de confusión en el partido, sobre quiénes son los verdaderos brexistas. Y se está poniendo un poco tenso en ese sentido. Y, por supuesto, también hay diferentes alas del partido ideológicamente, que luchan y luchan por apoyo”, explicó a La Tercera Thomas Caygill, experto en política británica de la Universidad Nottingham Trent.

Si bien fue el segundo en renunciar a su cargo en el gabinete de Boris Johnson como ministro del Tesoro, debido al escándalo de Chris Pincher -que fue ascendido a un alto cargo en el gobierno a pesar de que el premier sabía sobre una denuncia formal de que habría acosado sexualmente a dos hombres durante un evento en un club privado-, Sunak sería el artífice de la caída de Johnson.

Así, al menos, lo cree el mismo Johnson que, según The Times, habría pedido a sus correligionarios que voten por cualquiera menos Sunak. El periódico señala que el exlíder “tory” se inclina por Mordaunt.

A juicio de Caygill, Sunak es visto como el candidato de la continuidad del gobierno.

Con su plan de protección de empleo e inversiones durante la pandemia, Sunak llegó a ser uno de los miembros favoritos del gobierno “tory” y se le veía como potencial candidato a futuro primer ministro y líder del Partido Conservador.

Sin embargo, una polémica sobre la situación fiscal de su esposa, Akshata Murty, hija de un magnate indio, empañó sus perspectivas y fue presentado en la prensa como un millonario alejado de las preocupaciones del gran público.

Tampoco lo ha ayudado en su popularidad el haber sido multado por participar en una de las fiestas que violaron las normas anticovid en las oficinas de Downing Street, por lo que pidió disculpas aunque él siempre defendió que solo estaba de paso.

Sunak llegó al cargo de Canciller de la Hacienda -el más importante después del de primer ministro- el 13 de febrero de 2020. Previamente, el político de 42 años había sido jefe del Tesoro desde julio de 2019, después de estrenarse como diputado en la Cámara de los Comunes en 2015. Por ese entonces era considerado el niño de oro de los conservadores.

Cuando ingresó a los comunes, el representante electo por Yorkshire (norte de Inglaterra), prestó juramento sobre el Bhagavad Gita, libro sagrado del hinduísmo, escrito en sánscrito. En caso de que se convierta en el sucesor de Johnson, sería el primer británico de origen hindú a la cabeza del gobierno de Reino Unido.

Fue uno de los primeros partidarios de la salida de Reino Unido de la UniónEuropea. En ese entonces, fue nombrado ministro subalterno en el gobierno de la exprimera ministra británica Theresa May. Desde allí movió los hilos para respaldar la candidatura al liderazgo conservador de Boris Johnson en 2019. Cuando éste asumió, lo recompensó con el puesto clave de secretario jefe del Tesoro.

El parlamentario conservador nació en Southampton, sur de Inglaterra, en el seno de una familia acomodada de origen indio. Su padre era médico general del Servicio Nacional de Salud (NHS) y su madre farmacéutica. Estudió en la escuela privada de élite Winchester College, y luego economía en la Universidad de Oxford y posteriormente hizo un MBA en la Universidad de Stanford, donde ganó la prestigiosa beca Fulbright.

Sunak fue escalando en el ámbito privado, donde trabajó como banquero de inversiones en Goldman Sachs y varios fondos de inversión. En ese contexto conoció a Akshata Murty, hija de un multimillonario indio de la tecnología, con quien se casó en 2009.

Pese a que durante esta carrera y en los últimos días se encuentra al centro de la atención debido a los apoyos que ha ido a cosechando, al punto que en las últimas rondas de votaciones se encuentra en los primeros lugares, es prácticamente una desconocida para el votante. Una encuesta de esta semana, dice el diario Daily Mail, encontró que solo una de cada nueve personas podía distinguirla entre la multitud, y muchos de los que vieron una foto de ella pensaron que era la cantante Adele.

La prensa británica ha destacado la ambición de esta política de 49 años, que pese a su corta carrera es coautora del libro Greater: Britain After the Storm, una especie de visión de la Gran Bretaña posterior al Brexit con un prólogo de nada menos que Bill Gates.

El diario The Times dice que el libro podría convertirse en el modelo para un futuro gobierno conservador después de que Mordaunt pasara a ser la favorita entre los conservadores para transformarse en la sucesora de Boris Johnson.

“Esa parece ser la tendencia general que estamos viendo, de que los candidatos que tienen menos reconocimiento de nombre parecen ser más populares. Ella no está particularmente contaminada por Boris Johnson, si bien estaba, por supuesto, en su gobierno. Ella era ministra en el Departamento de Comercio y no era una ministra particularmente visible, lo que creo que está marcando una diferencia cuando se trata de apoyo entre los miembros del partido en particular”, indica Caygill.

Durante esta carrera ha sido duramente criticada y ahora están saliendo a la luz comentarios que realizó cuando ejercía como ministra de Igualdad, al declarar que “una mujer trans es una mujer”. Tampoco se opuso públicamente a los intentos fallidos de Theresa May como primera ministra de introducir la autoidentificación para las personas trans, lo que significa que podían declarar que habían cambiado de género sin necesidad de una certificación médica.

También fue una férrea defensora de la opción de abandonar la Unión Europea.

Nombrada en honor al crucero de la marina HMS Penelope, Mordaunt, nació en Torquay, en el sur de Inglaterra, donde su padre sirvió en el Regimiento de Paracaidistas y su madre era maestra de necesidades especiales.

A los 15 años su vida sufrió un vuelco cuando su madre murió de cáncer, por lo que tuvo que hacerse cargo de hermano Edward, de nueve años, mientras que su padre tenía que trabajar horas extra en una fábrica. Trabajó como asistente de un mago cuando tenía 16 años para ayudar con los gastos familiares y se inscribió como reservista de la Royal Navy.

Su interés por la política comenzó en la Universidad de Reading, donde leyó filosofía y se desempeñó como presidenta de la federación de estudiantes. Bajo el liderazgo de John Major, ella era la jefa de jóvenes del partido y, cuando William Hague asumió el cargo, era la jefa de radiodifusión. Se convirtió en diputada en 2010 y pronto ascendió en la escala ministerial.

Con 46 años es la tercera en la carrera por el liderazgo del partido. Actualmente cuenta con el respaldo de los grupos de extrema derecha de la colectividad. De hecho, el Grupo de Investigación Europea llamó a votar por ella. Entre las figuras “tories” que la respaldan están Jacob-Rees-Mogg, Iain Duncan-Smith y Mark Francois.

Es una figura política poco convencional dentro del Partido Conservador británico. La actual canciller británica fue educada en colegios públicos, algo raro entre los “tories”. Eso sí estudió en la Universidad de Oxford, donde cursó Filosofía, Políticas y Económicas.

Se crió en un hogar con profundas convicciones políticas de izquierda. Su padre era profesor de matemáticas en la Universidad de Leeds y su madre una enfermera, profesora y activista en favor del desarme nuclear.

Así la familia de Truss vivió con desencanto la conversión hacia el Partido Conservador. De hecho, a comienzos de los 80 su madre la llevaba a manifestaciones en contra de Margaret Thatcher. Y su padre descubrió “horrorizado” que militaba en los conservadores al encontrar en el buzón una carta del partido, según ella misma ha relatado. Él nunca quiso participar en sus campañas para lograr un escaño “tory”, mientras que su madre, más pragmática, estuvo a su lado.