Daniel Feierstein, sociólogo argentino y autor del libro Pandemia: “La gestión de la pandemia hubiese sido mejor con una articulación regional”

Un equipo médico tratan a pacientes contagiados con Covid-19 en un hospital en Buenos Aires, Argentina.

El experto señala en conversación con La Tercera "En América Latina más allá del caso de Jair Bolsonaro, donde directamente ha habido una despreocupación total y una creación de un caldo de cultivo gravísimo del virus, el resto de los países han tenido una respuesta absolutamente errática a la pandemia". La próxima semana llega a Chile el libro Pandemia: un balance social y político de la crisis del Covid-19.


Confinamiento versus libertad, salud versus apertura económica, ¿el Covid-19 acentúo la polarización regional?

Sí. Por un lado, el problema es que nuestra región estaba viviendo cierta hegemonía de una subjetivación neoliberal que justamente constituye un obstáculo enorme para cualquier respuesta colectiva. Cuando se necesitó de una profunda cooperación para lidiar con la pandemia muchas de nuestras sociedades se encontraron con que no tenían esas herramientas. En la medida en que hay grupos que creen que están más allá de la ley o que pueden hacer cualquier cosa, los protocolos se vuelven ineficaces y es un poco lo que pasó en Estados Unidos, Brasil, Argentina o Chile.

La aprobación de los gobiernos latinoamericanos cayó en pandemia, ¿hay descontento con las gestiones?

Sin duda, porque ninguno de los gobiernos de la región fue capaz de encarar las medidas necesarias de protección a la sociedad para disminuir el sufrimiento por la pandemia. Otros países y no solo los más ricos han abordado de manera más solidaria el virus. En América Latina más allá del caso de Jair Bolsonaro, donde directamente ha habido una despreocupación total y una creación de un caldo de cultivo gravísimo del virus, el resto de los países han tenido una respuesta absolutamente errática. En el caso argentino, los primeros meses tuvo una intervención muy eficaz y temprana, pero que no se pudo sostener en el tiempo por la falta de disposición a afectar a los sectores económicos más concentrados que siguieron multiplicando sus ganancias en el contexto de pandemia, mientras el resto de la sociedad veía crecer los números de muertos y niveles de pobreza.

Personas con mascarillas prenden velas y oran en las afueras de una iglesia cerrada por la pandemia, en Río de Janeiro, Brasil.

En Chile y Uruguay las clases están suspendidas, ¿por qué los argentinos protestas contra las medidas?

Lo que hay es una visibilidad muy grande de un grupo pequeño, que está en una posición absolutamente radicalizada, de una profunda negación de la situación y de enojarse con las restricciones lugar de con la pandemia.

En Perú, Argentina y Ecuador se dieron casos de vacunación VIP...

Son muestra cierta degradación del sistema político, digamos que en muchos de nuestros países se ha constituido una especie de casta política que cree que tiene derechos especiales por sobre el conjunto de la población.

La próxima semana llega a Chile el libro "Pandemia: un balance social y político de la crisis del Covid-19", de Daniel Feierstein.

¿El Covid-19 podría rearmar el esquema político regional?

Va a incidir en el mediano y largo plazo porque lamentablemente al no haber podido implementar medidas de restricción más estrictas veremos que la situación va a continuar afectando dos, tres o cuatro años de la vida política regional.

¿Hizo falta una estrategia en bloque?

Absolutamente. América Latina hubiese podido encarar con mayor potencia la pandemia si hubiesen estado activos mecanismos de articulación regional, tanto para establecer medidas de restricción como para la política de compra de vacunas y el plan de vacunación.

Una trabajadora sanitaria prepara una vacuna contra el Covid-19 durante la campaña de inoculación en Guayaquil, Ecuador.

La pandemia remarcó las desigualdades sociales en la región ¿podría esto motivar nuevos estallidos?

Yo creo que sí, la pandemia profundizó la desigualdad porque los niveles de ayuda social para compensar los efectos de las restricciones en los sectores más vulnerables fueron pequeños o inexistentes. La pandemia al dificultar la socialidad puso bajo la alfombra los procesos de protesta porque se dificultaba la ocupación del espacio público, porque constituía la propagación del contagio, pero sin duda no desapareció la necesidad de esa respuesta social. Por el contrario, hay necesidades que no pueden esperar y en la medida en que no haya una respuesta política a esas necesidades sociales, estas van a volver a emerger con más fuerza e incluso en un contexto de pandemia.

La próxima semana llega su libro a Chile, ¿qué podemos esperar?

Durante 30 años trabajé en el análisis de las representaciones que hacen las sociedades en relación a fenómenos catastróficos. Comencé a observar desde el inicio de la pandemia que muchas de las respuestas sociales tenían puntos de contacto con esto. El objetivo fue producir un balance crítico centrado en la experiencia argentina.

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