Columna de Rodrigo Guendelman: De la crisis a la oportunidad

Casa propia


Por Rodrigo Guendelman, conductor de Santiago Adicto de Radio Duna

El título de esta columna es el nombre que tuvo este año, en su segunda edición, el “Encuentro Vivienda y Ciudad”, que organiza Déficit Cero, plataforma que convoca a distintos actores sociales, académicos -públicos y privados- para trabajar colaborativamente y lograr que todas las personas tengan acceso a una vivienda digna y adecuada. Al encuentro realizado la semana pasada en al auditorio de TVN fueron invitados dos conferencistas, el arquitecto y Premio Pritzker 2016, Alejandro Aravena, y el abogado español experto en políticas públicas de vivienda, Javier Burón. A eso se sumó un conversatorio con el alcalde de Renca, Claudio Castro; la directora de la Escuela de Gobierno de la PUC, Andrea Repetto; y el presidente del Senado, Juan Antonio Coloma. El MINVU se hizo presente a través de su subsecretaria, Gabriela Elgueta, quien realizó un discurso al término de la jornada, antes de que el presidente del directorio de Déficit Cero, Daniel Mas, cerrara con sus palabras una intensa mañana.

Pero no es en ninguno de esos protagonistas del evento en el que quiero concentrarme (aunque la sólida presentación de Aravena da para varias columnas). Es el discurso inaugural de Sebastián Bowen, director ejecutivo de Déficit Cero, el que quiero reproducir, usando sus palabras e introduciendo algunas mías. Por lo esperanzador, por su sensibilidad, por su lucidez y por sus propuestas concretas. Partamos por esta reflexión. “Una casa no es una casa. Parece obvio, pero lo obvio se calla y se olvida. Una casa no es una casa. Una casa es autoestima al saber que tienes un lugar para ti. Una casa es un piso para jugar, que me protege de la humedad, que me permite caminar sin tropezar. Una casa son muros que dan intimidad, muros donde colgar las fotos de quienes más queremos, muros que me protegen del frío, del ruido, del calor. Una casa es una ventana desde donde puedo mirar hacia afuera con resguardo, que puedo abrir o cerrar y con eso controlar el viento, los olores, la luz. Una casa es un lugar para compartir, para embellecer, para guardar mis cosas, mis utensilios de cocina, la parrilla que tenga para invitar. Una casa es una puerta, una puerta al aprendizaje, una puerta a mejores condiciones de salud, una puerta que me hace sentir seguro, una puerta a tantos recursos y oportunidades. Una casa es parte de un barrio, y detrás de un barrio hay una comunidad. Una casa es desde donde parto en las mañanas al paradero, y desde el paradero a la ciudad (...). Una casa es un proyecto, y un proyecto es un futuro. Un proyecto siempre común, son vínculos, risas, llantos, historias, personas. Una casa no es una casa, una casa es sobre todo construir futuro compartido”.

Me emociona cada una de esas palabras, pero quiero enfocarme en las últimas líneas, esas que hablan de proyecto y de futuro. Porque esa casa que hoy tantos necesitan (hablamos de una demanda de más de un millón de familias, según cálculos de Déficit Cero), es además la casa común que hoy nos hace tanta falta como país. Una casa de todos, pero de verdad. “Es por este motivo que este encuentro lleva por título “de la crisis a la oportunidad”, porque pensar en conjunto la vivienda, los barrios, la ciudad, nos ofrece la oportunidad para construir la idea de futuro que estamos anhelando, y poco a poco en ese esfuerzo no solo construir casas, barrios y ciudades, sino sentido de comunidad”, dice Sebastián Bowen, quien lleva buena parte de su vida buscando soluciones para la crisis habitacional en Chile.

“¿Y si en esta idea nos imaginamos a Chile como nuestra casa? No queremos que la vivienda, los barrios y la ciudad, entren a pelear en esa cancha de los problemas. Se encuentra saturada y con exponentes imbatibles. Todo lo contrario, queremos que la vivienda, los barrios y la ciudad sean capaces de abrir la puerta para comenzar a hablar en Chile de las oportunidades. La vivienda no es el primero de nuestros problemas, es la primera de nuestras oportunidades para comenzar a resolver los problemas”.

Me sumo a la propuesta de este joven líder chileno. Tenemos aquí un tremendo potencial de unidad nacional, de casa compartida y de solucionar uno de los desafíos que más apremian en nuestro país. Dije al principio de esta columna que no sólo de sueños habló el líder de Déficit Cero. También de propuestas, “cuatro ladrillos concretos para avanzar en esta construcción conjunta”. Uno: empujar junto a otros actores políticas públicas disruptivas que permitan disponibilizar suelo, financiamiento o disminuir los tiempos para la producción de soluciones habitacionales necesarias. Esto implica desde agilizar la actualización de los planes reguladores comunales hasta el desafío de urbanizar zonas declaradas como urbanas pero que no cuentan con la infraestructura para el desarrollo habitacional. Desde buscar modelos internacionales que permitan dar respuesta al creciente número de hogares unipersonales, adultos mayores o de sectores medios que no encuentran oferta adecuada para responder a sus necesidades hasta propuestas que apunten a densificar equilibradamente zonas que cuentan con los servicios y la infraestructura correspondientes, permitiendo que más hogares puedan beneficiarse de la inversión pública en los territorios.

Dos: comprender, conectar y hacer partícipe a las familias que componen la demanda social por vivienda. Tres: una metodología para la realización de planes de acción e inversión local que permite identificar proyectos y obras estratégicas para enfrentar el déficit habitacional en distintas conurbaciones y que toma lo realizado previamente por distintas instituciones como el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (hoy Territorial), el Consejo de Políticas de Infraestructura, el MINVU y la Cámara Chilena de la Construcción. Y cuatro: “No descansar hasta convencer a Chile, con inteligencia, creatividad, energía y nunca solos, sino con muchos aliados, de la oportunidad que tenemos frente a nuestros ojos de construir un desarrollo urbano y habitacional que se transforme en la palanca para un desarrollo inclusivo, sustentable y económico en Chile”. ¡Te invito a sumarte a esta casa!

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