Columna de Lily Plaza Cancino: Despertar costero en el hogar de Fiu

Fiu, el pájaro Sietecolores. Foto: Jaime Cortés.


Por Lily Plaza Cancino, fundadora ONG Ojos de Mar

Desde hace más de un siglo la comuna de San Antonio es conocida como una ciudad puerto, donde hasta hace poco la expansión de la Empresa Portuaria pretendía rellenar el humedal Ojos de Mar. Este martes, luego de casi 3 años desde la solicitud para declarar la protección de este ecosistema, la comunidad, empresa, y el Ministerio de Medio Ambiente, llegaron a un acuerdo inédito que permitirá, entre otras cosas, preservar el hogar de una de las aves que se robó el corazón de los chilenos y chilenas: Fiu.

El proceso inició con un cambio cultural y social impulsado por el contacto con la naturaleza y la certeza de que un territorio puede tener más de una vocación. En San Antonio pueden convivir el desarrollo portuario y todas las especies que dependen de los Ojos de Mar, como el sietecolores, el ave que cautivó en Santiago 2023.

El camino para llegar a esto comenzó en 2021, cuando el Ministerio de Medio ambiente rechazó la solicitud de la comunidad para la declaratoria de humedal urbano, dando inicio a un proceso de litigio en el que el Segundo Tribunal Ambiental abrió una instancia de conciliación, para conseguir no solo la revocación del rechazo a la declaratoria, sino también medidas específicas y trascendentales para la sostenibilidad de este ecosistema que convive con un contexto industrial especialmente invasivo.

Este proceso, impulsado sin descanso y con valentía por la comunidad, no estuvo ajeno a críticas y falta de voluntad por parte de sectores alejados de la realidad local y que veían este acuerdo como un paso para vacíos legales que pudiesen afectar las declaraciones de otros humedales o abrir espacios a la industria portuaria. Lo cierto es que en este proceso, que tuvo a ONG Fima y Chile Ambiental como aliados para la comunidad, se llegó a bases que se hacen cargo de problemáticas ambientales que en un proceso regular de declaratoria no hubieran sido posibles de solucionar.

Este logro comunitario abre una transformación territorial profunda a través la rearticulación de la convivencia entre las sociedades y su entorno, promoviendo un giro paradigmático que es urgente en este territorio que no solo es portuario ahora también humedal.

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