Columna de Jaime Baeza: Un nuevo capitán europeo

Angela Merkel y Olaf Scholz el miércoles en Berlín. Foto: REUTERS/Fabrizio Bensch


Por Jaime Baeza, Académico del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile

Angela Merkel dejó la Cancillería de Alemania en manos de quien fue su ministro de Hacienda y Vicecanciller, Olaf Scholz. Dejó esta semana el poder tras 16 años en el cargo y de dos gobiernos en conjunto con sus adversarios de la Social Democracia: fue la denominada Gran Coalición. Asume ahora una formación de partidos, conocida en la jerga alemana como “semáforo”. Representan los colores simbólicos de cada partido: rojo de la socialdemocracia, amarillo por los liberales y verde por lo de dicha colectividad. Es la primera vez que ocurre y demuestra la flexibilidad de sistemas parlamentarios para que grupos muy diversos lleguen a un acuerdo programático que les permita gobernar. Este pacto se basa en el proyecto europeo, el compromiso medioambiental y la responsabilidad económica. Es decir, consensuaron sobre las piedras angulares de cada uno.

Queda en la oposición la Democracia Cristiana, el partido más relevante de la postguerra. No están acostumbrados a esa posición, pero puede ser un motivo para renovar sus liderazgos. Merkel representó a los herederos de quienes construyeron la Alemania del final de la Guerra Fría y la reunificación.

Ahora la nueva mayoría deberá enfrentar los desafíos que quedan pendientes. Sigue habiendo un desbalance económico muy profundo entre el Oeste y el Este. El surgimiento de proyectos de extrema derecha es una preocupación para buena parte del sistema democrático alemán. El gran desafío que tiene Scholz es doble. Primero, calzar las sandalias de Merkel. Debe tomar la posta e ir más allá como líder. El segundo es Europa. No basta que sea un dignatario influyente, tiene que ser el gran referente continental. Tienen dos crisis de consecuencias impredecibles en la frontera de Rusia con Ucrania, y otra, en los límites entre Bielorrusia y Polonia. Ni hablar del populismo en Hungría (y posiblemente en Francia), los efectos del Brexit, China y la relación transatlántica con Biden. Muchas tareas para las cuales debe demostrar que es el capitán del equipo. Tiene todo los méritos y experiencia.

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