Columna de Cristian Arcos: El fútbol de Macondo

VAR


Por Cristian Arcos, periodista y escritor

El 15 de noviembre el diputado Jaime Naranjo habló por 14 horas en el Congreso. Durante su alocución Wanderers tuvo cuatro entrenadores. Comenzó Emiliano Astorga, quien fue cesado por el máximo accionista del club, Reinaldo Sánchez. Asumió Moisés Villarroel. Sánchez exigió que el interino no alineara futbolistas que serían finiquitados. Villarroel se opuso y fue despedido. Jorge Garcés tomó el testimonio pero aún no estaba habilitado para dirigir el partido agendado ante Curicó. El adiestrador de inferiores Domingo Sorace se sentó en el banquillo. Wanderers perdió 3-0.

De los entrenadores que comenzaron el campeonato, cinco lo terminaron: Gustavo Huerta (Cobresal), Roberto Sensini (Everton), Pablo Sánchez (Audax Italiano), Gustavo Quinteros (Colo Colo) y Jaime García (Ñublense). La idea de que los torneos largos permiten sostener procesos quedó desmentida por los hechos. Entre los interinos uno destacó por sobre el resto con una campaña arrolladora. Cristian Paulucci tomó el relevo que dejó Gustavo Poyet y está cerca de la corona.

Fue el torneo del VAR, herramienta que llegó para estrechar el margen de error. En muchos casos lo consiguió, en otros no fue utilizado, inexplicablemente. El comité de árbitros comenzó con Jorge Osorio a la cabeza. Fue reemplazado por Javier Castrilli, quien llegó diciendo que Roberto Tobar era uno de los mejores jueces del mundo. Presión o no, Tobar comenzó a cometer errores no propios de su probada capacidad.

Varios clubes sufrieron por el Covid, pero el caso de Colo Colo excedió los márgenes. O los protocolos no se respetaron o los futbolistas fueron demasiados laxos en su proceder. Quinteros y la directiva de ByN instalaron que el torneo estaba “desvirtuado” y es cierto que el club se vio afectado, pero el análisis debe considerar que cayeron en casa con Cobresal, Ñublense, Palestino, U. Española y O’Higgins. Si Colo Colo pierde un título que tuvo casi asegurado, no es sólo culpa del virus, es también por errores propios y un contrincante que tuvo una arremetida histórica.

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