¿Valencia, continuidad de Abbott? Los movimientos del nuevo fiscal nacional que rememoran a su antecesor

FOTO: SEBASTIAN BELTRAN GAETE/AGENCIAUNO

Desde su llegada al cargo del máximo persecutor, Ángel Valencia, ha realizado una serie de modificaciones al interior del Ministerio Público. Sin embargo, hay algunos puestos de confianza que se han mantenido, como el caso de la jefa de gabinete de Jorge Abbott, quien hasta el lunes desempeñó las mismas funciones y que ahora liderará la Unidad de Derechos Humanos. Como ese existen otros casos, aunque lo que más preocupa al interior de la fiscalía es que aún no tenga a su "mano derecha"; a 67 días de asumido, aún no se designa al director ejecutivo nacional.


Más de 60 días han pasado desde que el nuevo fiscal nacional, Ángel Valencia, asumió el cargo como máximo persecutor del país. Desde entonces, y según había anunciado durante su postulación, el abogado realizó una serie de cambios, entre los que se encuentra incluso una modificación en la orgánica interna del Ministerio Público. Sin embargo, hay algunos puestos claves que Valencia ha mantenido a los que tuvo su antecesor, Jorge Abbott. Además de eso, ha nombrado a otros “hombres de confianza” del exfiscal en lugares de confianza, por lo que no pocos se preguntan al interior del ente perseguidor: ¿Es la era Valencia continuidad de Abbott?

Y es que para nadie es un misterio que a la nueva autoridad le ha costado armar su equipo. Al arribar al mando del Ministerio Público, Valencia lo hizo como un abogado externo, lo que generó cuestionamientos por causas que como defensor privado tuvo. En el discurso que presentó en la Corte Suprema y el Senado se mostraba como una persona que realizaría radicales cambios a lo hecho por su antecesor. A pesar de aquello, al pasar los días, al interior del organismo cuestionan que el nuevo fiscal nacional haya mantenido en su cargo a funcionarios de confianza de Abbott dando señales de continuidad y no de cambios como comprometió ante el Congreso.

Un ejemplo de esto es lo ocurrió este lunes cuando, en el consejo de fiscales, Valencia anunció como el nuevo jefe de la unidad Anticorrupción al jefe regional de Magallanes, Eugenio Campos. Si bien el fiscal -quien asumirá el 20 de marzo- es destacado entre sus pares por su perfil profesional, fuentes al interior del Ministerio Público destacan que era uno de los fiscales regionales más cercanos a Abbott. Ahora y durante la era de Valencia, Campos ocupará el cargo que anteriormente desempeñaba Marta Herrera y que es uno de los puestos de mayor responsabilidad, pues impacta en los casos de delitos de cuello y corbata que se tramitan en Chile.

También hay otros puestos que Valencia ha mantenido respecto a su antecesor. Uno de ellos es la designación de su subrogancia. En este cargo, Abbott había designado permanentemente al fiscal regional Metropolitano Centro Norte, Xavier Armendáriz, por ser uno de los investigadores de mayor confianza y cercanía. Al arribar como fiscal nacional, Valencia ratificó al persecutor como quien debe actuar como fiscal nacional (S) cada vez que él se ausente.

Más vale jefes conocidos...

El lunes 6 de enero, el Consejo de Fiscales aprobó la propuesta de reestructuración de las unidades especializadas del Ministerio Público. En una sesión extraordinaria, visaron la propuesta de Valencia de pasar de cinco a siete las reparticiones de la institución que apoyan las labores de persecución penal.

En esa ocasión también se confirmó el arribo del abogado Ignacio Castillo para dirigir la nueva Unidad de Crimen Organizado. También se nombró a Alejandra Mera en la unidad de Responsabilidad Penal Adolescente, y a Ana María Morales, en la División de Estudios. Estos son los únicos nombres nuevos, hasta el momento, de la era Valencia en la Fiscalía Nacional.

Ante este escenario de discretos cambios, algunos al interior del Ministerio Público hacen ver que lo que han existido mayoritariamente son enroques en el que el nuevo fiscal nacional ha priorizado ocupar a las mismas personas que estaban en otras funciones durante la administración de Abbott.

Uno ejemplo de aquello es que el fiscal nacional también designó -al igual que a Campos- a Alejandra Seguel a cargo de la unidad de Derechos Humanos. La abogada hasta este lunes se desempeñaba como su jefa de gabinete. Pero ese rol la profesional lo desempeñaba desde agosto del 2019 cuando Abbott la fichó en ese puesto de estrecha confianza. Una vez que arribó Valencia le pidió continuar en esas labores hasta esta semana cuando le entregó el desafío de dirigir una repartición especializada.

A juicio del presidente de la Asociación de Fiscales, Francisco Bravo, la evaluación de trabajar con funcionarios que venían de otra administración va a depender de la mirada que cada uno le dé: “Por un lado, claro, uno podría mirar con cierto resquemor que ciertas personas que estaban identificadas con la administración Abbott continúen ahí, pero también yo creo que eso depende de la definición que haga el fiscal nacional, de los requerimientos que le hagan a esas personas y en definitiva cómo ellos respondan”.

En esa línea, el representante de los fiscales no duda de las capacidades de los profesionales, ya que “lo que uno espera es que naturalmente bajo esta nueva administración, que pretende hacer un giro, esas personas se alineen con esa nueva administración, con esas nuevas políticas o lineamientos. Y después se harán las evaluaciones, yo creo que es muy precipitado evaluar hoy día a personas que están recién asumiendo estos cargos”.

Para el académico de derecho de la UDP, Mauricio Duce, en el Ministerio Público hay “una capacidad instalada que tiene que ser aprovechada. Entonces, pensar que un externo va a asumir y va a echar a todo el mundo es incorrecto, porque no tiene ese poder”.

Duce, quien formó parte de los equipos técnicos de la Reforma Procesal Penal, asegura que Valencia no está manteniendo los equipos de su antecesor, sino que “está cambiando de roles, aprovechando la capacidad interna que hay de alguien que ha tenido experiencia en investigaciones de este tipo de casos entonces a mí me parece, por así decirlo, acertado que no necesariamente todos los cargos tengan que venir de afuera, así como no es acertado que sólo los de adentro están en condiciones de asumir estos desafíos”.

Se busca director ejecutivo

También hay otros cargos que han sido ratificados por Valencia, como Mauricio Fernández, quien dirige la unidad de Delitos Económicos. Mismo caso que Mauricio Salinas, quien está a cargo de Recursos Humanos en la institución. En este último caso, si bien Bravo reconoce que puede ser identificado con la administración del exfiscal nacional, señala que igualmente puede ser una buena decisión mantenerlo en el cargo. “Es una persona que tiene trayectoria y que conoce la institución y conoce también los temas. Por lo tanto, hay que esperar, hay que esperar qué es lo que va a ser una evaluación poco más responsable, hay que esperar cuál es el desempeño de estas personas”, explica.

A pesar de aquello, a juicio de un conocedor de la interna de la fiscalía, todo esto demuestra que Ángel Valencia “no tenía equipo con el que llegar”, por lo que debió recurrir a los personeros nombrados por Abbott para concretar los cambios que considera necesarios.

En esa línea hay un puesto vacante que es el que más ruido genera: se trata el de director ejecutivo nacional (DEN). El “máximo cargo después del fiscal nacional” es uno de los puestos más importantes al interior de la fiscalía. Y es que es el encargado de “hacer que la máquina funcione”, describe un funcionario respecto dicho cargo. Esto, porque el DEN es el encargado de la gerencia operativa, los temas de infraestructura, el manejo de recursos al interior de la institución, entre muchas otras funciones.

Durante la administración de Abbott ese puesto fue ocupado desde 2015 por Francisca Werth Wainer. Actualmente y de manera interina, está siendo subrogado por Sandra Díaz a la espera de que Valencia designe a alguien de manera oficial. La contadora destaca por su perfil más bien técnico al interior de la institución, como una funcionaria de carrera, pero muy lejos del perfil más “político” que requiere un cargo de esa confianza.

Por lo mismo, a los funcionarios les ha llamado la atención que Valencia no asumiera e inmediatamente nombra a su DEN y que sea su mano derecha al interior de la institución, quien debiese ejecutar los cambios que espera el nuevo fiscal nacional realizar en el organismo. “Es como que un Presidente llegara sin ministro del Interior”, concluye una funcionaria.

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