Tres anuncios, tres fracasos: El ‘no’ de Scolari desnuda a Colo Colo por sus fichajes fantasmas

Foto:@ColoColo/Twitter.

Hace días, el Cacique anunció a través de sus redes sociales que viajaba a buscar a su nuevo técnico. Sin embargo, el plan falló. El brasileño los dejó con el molde hecho y sumó su caso a otras actuaciones en las que el timming les jugó una mala pasada a los de Macul.


Jueves 5 de marzo. 15.10 horas. La cuenta oficial de Colo Colo en Twitter da pistas del anuncio que los miles de hinchas del Cacique soñaban con leer. El posteo muestra, sonrientes, a tres personajes claves en la negociación con Luiz Felipe Scolari, convertido ya en la obsesión de Blanco y Negro para reemplazar definitivamente a Mario Salas, en la apuesta más ambiciosa que un club chileno haya realizado por un entrenador. El currículo de Scolari luce un título mundial con Brasil, aval suficiente para confiarle la resurrección futbolística de la escuadra de Macul.

“Nuestro presidente Aníbal Mosa, el gerente deportivo Marcelo Espina y Harold Mayne-Nicholls, vicepresidente ejecutivo, se encuentran en Brasil gestionando la incorporación de nuestro próximo DT", acompañado de un icono que connota fuerza, fue el mensaje que los albos publicaron en la plataforma. La ilusión de algunos se mezcló con los reproches de otros derivados de las declaraciones que el técnico brasileño había realizado hace 20 años, validando el régimen de Augusto Pinochet, una materia que también alcanzó a dividir al directorio albo y a soslayar los indiscutibles méritos deportivos de Felipao.

Apenas dos días después, la esperanza se desplomó. A los jerarcas de Blanco y Negro que habían posado para la selfie conjunta, los tomó por sorpresa. Fellegger, la agencia comunicacional que asesora a Felipao, comunicaba que el estratega había desestimado la propuesta, más allá de que, en los términos que suelen ocuparse en estas negociaciones, agradecía el interés y la señal que había dado el directorio albo, al enviar a sus máximos representantes a plantearle el proyecto. “El entrenador Luiz Felipe Scolari informa que no hubo acuerdo con Colo Colo de Chile. Agradeció a la junta del club y al presidente por su interés en la reunión”, consignaba el instrumento, que en La Serena, donde el equipo que dirige interinamente Gualberto Jara había vencido al local, cayó como un auténtico bombazo. De hecho, en principio, ni Mosa ni Mayne-Nicholls se dieron por notificados. La explicación de Scolari, al menos la oficial, aludió a motivaciones familiares para desestimar el ofrecimiento.

El tuiteo de marras recuperó la actividad. Ahora, eso sí, ya no había bandos, sino un blanco común: la dirigencia alba. El reproche generalizado apuntaba, ahora, a la inoperancia para cerrar la contratación de Scolari y al apresuramiento a dar una señal potente de éxito en el marco de una negociación que aún estaba lejos de cerrarse.

Ese no había sido el único atolondramiento. A Scolari tampoco le había gustado que quien estableciera el primer contacto con él fuese Mayne-Nicholls y no Mosa. “Harold llamó directamente a Brasil. Allá son súper formales y no gustó mucho. No entendían porqué no había llamado el presidente de la institución”, reveló a La Tercera Luis Zamorano, intermediario que trabajó en la negociación a través de la firma Vision Soccer.

Los otros bochornos

El mercado de fichajes de Colo Colo fue considerado exitoso. Las gestiones encabezadas por el director deportivo del club, Marcelo Espina, arrojaron las contrataciones de cuatro elementos que fueron bien recibidos en Macul, en función de su capacidad y experiencia: Miguel Pinto, César Fuentes, Leonardo Valencia y Nicolás Blandi. Sin embargo, ese proceso tampoco estuvo exento de tropiezos ni de bochornos. Y otra vez por la manía de dar a conocer gestiones que no estaban completamente abrochadas.

El quinto jugador que iba a reforzar a la escuadra que entonces dirigía Mario Salas iba a ser Nicolás Díaz. El zaguero perteneciente a Palestino había cerrado un acuerdo con el Cacique, que, además, pretendía ejecutar la cláusula de salida que el futbolista había acordado con el club de La Cisterna. Sin embargo, el club de colonia optó por otro camino: aceptó una propuesta del Morelia, que pagaría un millón de dólares por el 90 por ciento del pase del central y, además, lo dejaría en el club hasta mediados de año. El Cacique, otra vez, quedaba preso de sus señales públicas, pues había sido Espina quien había confirmado públicamente su arribo.

Un poco antes, también en el contexto de la conformación del plantel 2020, Colo Colo se había fijado en Edson Puch, cuyo futuro en la UC dependía del grupo Pachuca, dueño de su pase. El interés fue reconocido, también públicamente, por Mosa. “Hemos conversado con el Grupo Pachuca varias veces, ellos tienen intención que nos podamos quedar con la carta de Puch y nosotros también tenemos la intención", declaró el empresario portomontino. La operación irritó a Universidad Católica, que aspiraba a retener al delantero y que, además, tenía una ventaja: la disposición del iquiqueño de permanecer en el club. Puch se quedó en San Carlos de Apoquindo.




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