Rula Shadeed, codirectora del Instituto Palestino de Diplomacia Pública: “Chile no tiene una postura inclinada hacia Palestina, tiene una inclinada hacia la justicia”

Palestinos, huyendo de Khan Yunis, avanzan hacia Ráfah, durante la operación terrestre israelí en el sur de la Franja de Gaza, el 30 de enero de 2024. Foto: Reuters

De visita en el país para tender lazos y alianzas para fomentar la posición de Palestina en medio del conflicto en Medio Oriente, la experta en derecho penal internacional asegura que deberían ser los ciudadanos los que exijan más a sus gobernantes para actuar frente a lo que califica como un genocidio, no una guerra.


En un café, Rula Shadeed pide “cancelar”. “¿La cuenta?”, le pregunta el mesero. Maneja un poco de español ibérico, pero prefiere comunicarse en inglés. Tiene 37 años, pero aparenta muchos menos. De hecho, más de un problema le ha traído en su carrera académica en esta “sociedad patriarcal”, donde muchas veces la miran en menos por eso, dijo en conversación con La Tercera. Pero sus credenciales hablan por ella.

Es codirectora del Instituto Palestino de Diplomacia Pública, y se formó en derecho penal internacional, para luego dedicarse a la defensa de Palestina mediante un intento por “cambiar la narrativa sobre Palestina y construir redes y alianzas en distintos países del mundo, de modo que podamos promover la causa palestina y exigir responsabilidades a la ocupación israelí por las atrocidades cometidas en los últimos 75 años”. Además de la responsabilidad de los Estados en lo que a la guerra –“genocidio”, corrigió durante la entrevista– en Gaza respecta, hay una labor importante que debe cumplir la sociedad, planteó.

¿A qué se debe su visita a Chile?

En primer lugar, es un país magnífico, a pesar de ser una nación pequeña. Pero está en un continente que nos interesa mucho, especialmente por la situación actual y el genocidio que se está produciendo en Palestina y la respuesta de los Estados occidentales, incluidos Estados Unidos y países europeos como Alemania, Francia o Gran Bretaña. Eso nos hizo darnos cuenta de que nunca podremos tener verdaderos socios que respeten los derechos humanos y el derecho internacional, como ellos afirman hacer, porque cuando vimos la necesidad de ello, no estaban ahí. Al contrario, ahora muchos países europeos apoyan y son cómplices del genocidio que se está produciendo en Palestina, ya sea con ayuda militar o con apoyo político. Mi visita se trata de buscar alianzas fuertes en un lugar donde la gente entiende cuál es el significado de la justicia, de la libertad y de la colonización. ¿Por qué Chile en particular? Tenemos una comunidad palestina muy grande en Chile, que ha estado aquí durante generaciones y ha sido una parte integral de la construcción y la mezcla cultural de la sociedad chilena. Eso es hermoso y muy único, porque no se ve en ningún otro lugar del mundo. De alguna forma, lo emparenta con Sudáfrica, en el sentido de que allí también tenemos fuertes conexiones, no con los palestinos que viven en Sudáfrica, sino con una lucha por la liberación muy similar. Hemos visto cómo Sudáfrica ha dado un paso adelante en la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Otra razón es que Chile es un país serio cuando se trata de derechos humanos. Ha tenido una opinión legal coherente sobre Palestina. No solo dicen: “Respetamos los derechos humanos”, como los países europeos, sino que, independientemente del gobierno, hay una línea que se está respetando. Eso nos da la seguridad de que no estamos apostando a algo incierto. La verdad, no veo que Chile tenga una postura inclinada hacia Palestina, tiene una posición inclinada hacia la justicia. Claro que Chile puede hacer más, específicamente la sociedad y la gente de aquí.

Rula Shadeed, codirectora del Instituto Palestino de Diplomacia Pública. Foto: Twitter

¿Cómo está la situación en Gaza? ¿Para alguien como usted es posible visitar el enclave palestino en estos momentos?

En absoluto. Nadie puede ir allí. Gaza lleva 16 años bajo bloqueo y está completamente aislada, así que la gente no puede entrar ni salir. Es lo que se llama una prisión abierta, la más grande del mundo. En Gaza viven 2 millones de personas en un espacio extremadamente pequeño, por eso es la zona más densa del mundo. Pero no se limita solo a la gente. En cuanto a los enfermos, por ejemplo, si hay una necesidad específica de un tratamiento que no existe en Gaza, muchos pacientes mueren porque el procedimiento para conseguirles un permiso por parte del gobierno de ocupación israelí es extremadamente difícil.

¿Qué deberían ceder Israel y Hamas para que esta guerra termine?

En primer lugar, yo no lo llamaría guerra. La ocupación israelí está cometiendo un genocidio contra el pueblo palestino, y no es contra Hamas. Es muy importante entender la diferencia. Esta es la forma en que la Hasbará israelí (política de promoción o propaganda de Israel, dependiendo de la visión) está tratando de presentarlo como una guerra contra Hamas. Ese no es el caso. Palestina y los palestinos, incluidos los de Gaza, han estado viviendo bajo una colonización durante los últimos 75 años, y el sufrimiento de los palestinos de Gaza en particular no comenzó el 7 de octubre. En realidad lleva 75 años produciéndose. ¿Qué hace falta para poner fin a la guerra en Gaza? Estamos viendo cómo se comete un genocidio ante nuestros ojos, retransmitido en directo. Dado que cuenta con el apoyo de Estados Unidos y otros países, falta voluntad política para detenerlo. Pero sabemos que si algunos de ellos decidieran detener el genocidio contra los palestinos, se detendría. Sin embargo, y esta es la razón por la que yo también estoy aquí, es porque pensamos que si Estados como Sudáfrica o Chile continuaran pidiendo que se respete el derecho internacional y que se ponga fin a la impunidad de la ocupación israelí, podría conseguirse que se detuviera, especialmente tras la decisión de la CIJ. Esto no lo digo yo ni es la opinión personal de una palestina. Es el derecho internacional. Es la única manera de poner fin al genocidio. Puede detenerse mediante sanciones económicas o poniendo fin a las relaciones con el régimen de colonización israelí, como vimos con el fin del apartheid sudafricano. Eso es lo que esperamos que ocurra en Palestina.

Manifestantes sostienen una bandera palestina mientras se reúnen frente a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el 26 de enero de 2024. Foto: Reuters

¿Cuál es su opinión sobre la decisión de la CIJ, precisamente? ¿Fue una buena decisión, o cree que se pudo hacer más?

Creo que es una victoria. Hubo una mayoría de jueces que votaron a favor, incluido el de EE.UU. Es una decisión histórica, y básicamente lo que dice es que la ocupación israelí debe detener todas las acciones que provocan los asesinatos masivos, la negación de agua, de electricidad, gas, medicinas, ayuda humanitaria, y pedir que paren los asesinatos contra civiles, niños, mujeres, trabajadores de la ONU y periodistas. Hasta ahora han asesinado a más de 170 periodistas y se bombardean hospitales y campos de refugiados. Esto no ha ocurrido nunca en ningún conflicto del mundo. Por supuesto, no han podido determinar si se trata de un genocidio o no, pero han dicho que es plausible que lo que está ocurriendo en Palestina y Gaza tenga méritos para ser calificado de genocidio. Para que se determine tiene que haber una investigación adecuada, lo que llevará años, pero sin duda es una victoria muy importante para poder seguir instando a los Estados, como Chile, a que tomen medidas adecuadas para salvarse de ser cómplices. De eso se trataba la declaración de derechos humanos de los años 40. Todos sabemos que el tribunal no tiene poder ejecutivo. Su poder es decir a los Estados lo que se supone que deben hacer, y ellos tienen que acatarlo. De lo contrario, la consecuencia es que no respetan la ley en absoluto, y estaríamos declarando que todo el sistema del Estado de Derecho acaba de fracasar y que vivimos en una jungla.

¿Cómo describiría la situación actual de los palestinos en Cisjordania? Muchos informes hablan de abusos por parte de los colonos israelíes.

También tenemos que recordar que en Cisjordania, Gaza, Jerusalén, los palestinos que viven en lo que es la Palestina histórica, el ahora llamado Estado israelí, todos vivimos bajo ocupación y colonización. Esta difiere de una zona a otra, y es algo intencional. Así, verás una diferencia entre la situación en Gaza, la situación en Cisjordania y la situación en las llamadas ciudades israelíes. En Cisjordania, desde el 7 de octubre, por supuesto, las redadas han sido incesantes. Cuando digo redadas, es básicamente cuando el Ejército de ocupación israelí entra en ciudades, pueblos, campos de refugiados, deteniendo a gente, matando a gente, y operando en asaltos militares y crímenes contra las poblaciones. Por lo general, se hacen durante el amanecer o a medianoche para asustar a la gente y a los niños. El número de personas detenidas y arrestadas por el Ejército israelí ha superado las 10.000 personas. Y eso tampoco tiene precedentes. En Gaza y Cisjordania tenemos ya más de 26.784 personas muertas. Es increíble y no tiene precedentes en la historia de Palestina, ni siquiera durante la Nakba, en 1948. Hay casi 70.000 heridos, y pueden imaginarse lo que eso significa. Las lesiones, muy probablemente, son permanentes. Dos millones de personas desplazadas internamente en tres meses, 11.500 niños palestinos, menores de 18 años, han sido asesinados en Gaza, 7.300 mujeres muertas y 122 periodistas palestinos han perdido la vida. Más de 200 personas han sido asesinadas desde el 7 de octubre en Cisjordania. Ha habido cierres entre ciudades, y en algunas se han reportado cierres totales, por ejemplo, en Tulkarem, donde se dio durante varios días. Estos son castigos colectivos extremos, han ocurrido desde antes del 7 de octubre, casi mensualmente, pero desde el 7 de octubre, ahora casi suceden todos los días. En Cisjordania hay un miedo extremo, porque ahora las detenciones se basan en una publicación en las redes sociales, una entrevista o un lugar donde se celebra una manifestación.

Un niño palestino lleva un saco de harina distribuido por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Medio Oriente (UNRWA), en Ráfah, el 29 de enero 2024. Foto: Reuters

Mirando al Sur Global, y a Chile en particular, ¿es posible desempeñar un papel activo desde este rincón del mundo en lo que ocurre en su país?

Creo que es muy importante ver un mayor compromiso de los chilenos aquí.

¿De la gente?

De la gente, sí. Porque el poder en las democracias es el pueblo, ¿no? Sé que el gobierno de Chile podría hacer más, pero también necesitan ser presionados para hacer lo correcto. Y la presión no solo viene de las críticas. La presión también viene del apoyo y de estar juntos como pueblo y como gobierno para poder marcar la diferencia. Es muy importante saber que los países latinoamericanos pueden ser protagonistas de la situación en la que estamos hoy y pueden jugar un papel muy importante en una de las colonizaciones más crueles del mundo. No es un conflicto externo en el que Chile o cualquier otro país no tenga nada que ver. En realidad se trata del Estado de derecho. Porque si esto ocurre en Palestina, también podría ocurrir aquí. Por tanto, cuando apoyo a otro Estado en favor de la justicia, los derechos humanos y la ley, también estoy garantizando que estoy creando un lugar más seguro para mí. Ustedes, los periodistas, tienen un papel muy importante, y deben ser muy profesionales y éticos sobre cómo cubren las historias sobre Palestina. Porque están hablando de la justicia. Y qué mejor documentación que todo lo que está saliendo de la ONU. Tenemos tantos actores diferentes, organizaciones internacionales de derechos humanos, ONG internacionales, organizaciones no gubernamentales, la ONU, ahora los jueces, que respaldan lo que ocurre. No puede ser que todos ellos sean poco profesionales y no sepan de lo que están hablando. ¿Qué se puede hacer? Y esto no es solo para Chile, pero hacemos un llamado a los Estados para que empiecen a imponer sanciones económicas a Israel, poniendo fin a los acuerdos de libre comercio, prohibiendo la entrada en los países de productos procedentes de los asentamientos ilegales, porque no se quiere ser cómplice. No es únicamente contra Israel. Es contra todos los asentamientos ilegales del mundo. Ustedes dicen que respetan los derechos humanos y las leyes, así que muéstrennos cómo lo hacen. No pueden ser solo palabras. También hay que cortar los lazos con el Estado israelí, como los diplomáticos, tal como vimos en la Sudáfrica del apartheid. Invito a Chile a considerar eso y empezar a tomar medidas, porque recuerden que estamos en una situación de genocidio. Esto no es un conflicto entre dos países, lejanos, de los que no sabemos nada, y que es demasiado complicado. No. Esta es una situación de genocidio, y la historia será realmente una crítica muy aguda sobre quién hizo qué.

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