Mineduc licita catastro de estado de colegios y alcaldes RM confrontan evaluación de sus comunas

Escuela Luis Calvo Mackenna de Santiago.

La cartera busca actualizar el estado de la infraestructura de los recintos educacionales, algo que no hace desde hace casi 10 años, justo en momentos en que algunos de los nuevos alcaldes de la Región Metropolitana han denunciado graves problemas en sus recintos.


“Primera visita a los colegios de Quinta Normal y este es el panorama… Quedamos sin palabras. Perseguiremos responsabilidades de quienes permitieron este abandono y le pido al ministro de Educación que nos visite. Nuestros niños y niñas no pueden volver a clases presenciales así”.

Una de las primeras voces de alerta sobre el estado en que recibía los colegios de la comuna tras los cambios de mando en los diversos municipios de la Región Metropolitana la puso Karina Delfino (PS). La nueva edil era tajante con la situación de 14 de sus 17 establecimientos.

Así como ella, los alcaldes de Santiago y Estación Central también denunciaron problemas graves de infraestructura. En este último, por ejemplo, Felipe Muñoz (ind.), el nuevo jefe comunal, expone que 11 de sus 15 establecimientos tienen “deficiencias de infraestructura y conectividad”. Contactado por La Tercera, el exedil Miguel Abdo no quiso referirse al tema, pero cercanos a la administración saliente explican que una vez Muñoz fue electo (mayo de 2021), el concejo municipal frenó las inversiones para que fueran materia de la nueva autoridad, aunque tienen conciencia de que hay establecimientos complicados.

Uno de ellos es la Escuela Básica Unión Latinoamericana, donde es posible apreciar que casi la mitad de las salas de clases tienen vidrios rotos y arreglados con papel kraft o cartón. Además, en un patio trasero y justo por encima de donde debiesen pasar los menores, se observa un tendido eléctrico muy cerca de soltarse, solo siendo sostenido por los mismos cables. Esto, además de varias canaletas fuera de lugar. Esta realidad, dicen desde el municipio, se repite en otros establecimientos.

En al menos la mitad de las salas de la Escuela Unión Latinoamericana de Estación Central hay vidrios rotos con reparaciones momentáneas.

Misma situación que se observa en parte de los recintos de Santiago, 19 de los 44 de los de esta comuna, según el conteo que realizó la alcaldesa Irací Hassler la semana pasada. Uno de ellos, la Escuela Básica Luis Calvo Mackenna de Santiago, a la que paradójicamente le estaban reparando la techumbre, pero todo terminó resultando para peor. ¿Por qué? Hubo algunas lluvias mientras no había techo, las que dejaron buena parte del establecimiento inutilizable.

Uno de los inspectores del lugar, de hecho, cuenta que la empresa que se ganó la licitación quedó sin solvencia y abandonó la obra, y que lo que queda es esperar una nueva licitación de emergencia.

Estos son dos ejemplos de una situación que lejos de ser una tónica generalizada en los municipios de la Región Metropolitana, en algunos de ellos sí se hace reiterativa. “Yo no tengo esa información pormenorizada de cada municipio”, se quejaba hace tan solo una semana Claudio Orrego, el nuevo gobernador de la RM.

En efecto, el último catastro actualizado que se tiene sobre la situación de los colegios en Chile se hizo en la primera administración de Sebastián Piñera, luego del terremoto. La idea en ese momento era conocer el estado de los colegios tras el desastre natural. De ahí en más, nada, razón por la cual, a través de la Dirección de Educación Pública, actualmente el Mineduc está iniciando el proceso de licitación de un nuevo catastro de establecimientos educacionales a nivel nacional, el que, según cuentan conocedores de la materia, será público y próximamente se dará a conocer y estará disponible para conocer su alcance y detalles.

Una mirada actual

La situación en algunos recintos de Quinta Normal es dramática. Así lo describe Karina Delfino (PS), su nueva alcaldesa: “Estamos hablando de 17 establecimientos en condiciones precarias, donde sólo hemos observado condiciones regulares y favorables en muy pocos de ellos. De esta realidad existen responsables y perseguiremos esas responsabilidades en todas las instancias que sea necesario”, expone, pero no se queda ahí, puesto que asegura que “esta es la realidad que vive Quinta Normal, que viven muchas comunas, que hay problemas de infraestructura, que no hay condiciones para recibir, lamentablemente, a nuestros estudiantes, y le hago un llamado al ministro: que venga a terreno, que venga a visitar nuestras escuelas, la realidad que lamentablemente vivimos y que hace imposible un retorno a clases de manera presencial”.

Carmen Gloria Fernández (DC), la alcaldesa saliente de la misma comuna, se defiende: “El municipio no ha abandonado los colegios, por el contrario: hemos hecho mantenciones de alrededor de 400 millones de pesos. Si no hubiésemos hecho nada, le creo que habría habido un abandono, pero no es así”. De hecho, dice que si no lograron, con los recursos disponibles y proyectos que postularon, llegar a resolver todos los problemas, es “porque tenemos muchas escuelas que son antiguas, como la Abate Molina”. Además, agrega que dejó la gestión habiendo postulado proyectos que están en el gobierno regional, de los cuales cuatro son elegibles y 12 están en observaciones de los analistas para obtener el visto bueno, lo que será tarea de la nueva administración.

Uno de los vanitorios de la Escuela Abate Molina de Quinta Normal.

En Santiago, en tanto, Hassler señala que recibió 19 de sus 44 instituciones educacionales con dificultades. “Realizamos un diagnóstico de la situación en la que encontramos la educación pública de Santiago, y entregamos, de hecho, un informe al Ministerio de Educación, que da cuenta de un problema grave en términos de un desorden administrativo, dificultades financieras y de infraestructura en los establecimientos educacionales”, dice.

Su antecesor, Felipe Alessandri (RN), sale al paso: “Los colegios de Santiago son muchos de principios del siglo pasado y por años no se les hizo mantención. Nosotros en los cuatro años y medio que estuvimos a cargo de estos 44 establecimientos, hicimos obras de mejoras en cada uno de ellos”.

“La actual alcaldesa, que entonces era concejala, sabe perfectamente el tremendo esfuerzo que hicimos en educación. Si ella no ha visitado los establecimientos en forma previa, eso no es problema nuestro, pero lo que sí puedo señalar con toda precisión es que nosotros invertimos en cada uno de los 44 establecimientos y los proyectos o están en ejecución, o se entregaron, o están en proceso de licitación”, agrega.

Al respecto, Raúl Figueroa, ministro de Educación, dice que “el Mineduc ha incrementado sustantivamente los recursos para el mejoramiento de la infraestructura de la educación pública. Solo en 2021 fueron $ 186 mil millones disponibles para ese fin, un 60% más que el año anterior”. Dice, eso sí, que para que estos recursos puedan ser gastados para lo que están dispuestos, “es fundamental que los sostenedores, y en este caso los alcaldes, presenten proyectos financiables, porque si no los presentan es imposible darles los recursos”.

Aquí hay muchas cosas que se debieron hacer antes. Si hay problemas en algunos establecimientos, como planteaba la alcaldesa Hassler, bueno, que el gobierno ponga los recursos para que se haga a la brevedad”, señaló en esa línea y hace pocos días el gobernador Orrego, justamente tras una cita con el titular de Educación.

Remodelación en pandemia

Las situaciones antes descritas se oponen a las que se viven en otros municipios de la región. Así, por ejemplo, desde La Reina, José Manuel Palacios (UDI) dice que durante la pandemia aprovecharon de “mejorar la infraestructura de muchos de ellos (colegios) y podremos sorprender a nuestros estudiantes con colegios renovados”.

Asimismo, René de la Vega (ind.), edil de Conchalí, explica que desde que se suspendieron las clases producto del Covid vieron una “oportunidad de mejorar la infraestructura de todas las escuelas y liceos”. Así, detalla, tienen obras “de un alto nivel, con nuevas áreas de convivencia, con mobiliario, pasto sintético, juegos en párvulos, pinturas en salas y pasillos, reparación de baños, remodelación de bibliotecas, salas de computación y nuevas salas interactivas, multisensoriales y un sinnúmero de renovaciones”.

Algo similar viven en Buin. “Al estar un año y medio sin alumnos, hemos tratado de mantener lo que teníamos y hemos preparado un mejoramiento, cambiado techumbres, arreglado canchas y un sinfín de espacios”, asevera Miguel Araya (UDI), el alcalde, quien agrega que si bien su realidad “no es como en un colegio privado, donde los recursos abundan, pero tenemos colegios en forma óptima y sanitariamente seguras”.

Finalmente, en Ñuñoa, la alcaldesa Emilia Ríos (RD) asegura que “en conversaciones con las directoras y directores de los liceos y colegios hemos ido atendiendo las solicitudes que nos han hecho llegar y existen varias mejoras que realizar en diferentes instituciones educativas, pero afortunadamente ninguna de gravedad que pudiera evitar un retorno a clases”.

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