Manuel Contreras y la Embajada alemana: cómo retrata la serie Dignidad a quienes respaldaron a Paul Schäfer

Contreras y Schäfer en la serie chileno-alemana. Fotos: Amazon Prime Video

La serie chileno-alemana, desde ayer en el centro de la controversia por haber revivido en las redes de Amazon el vínculo de Hernán Larraín con el cónclave, desarrolla su historia a partir de dos hermanos criados en el lugar. El apoyo de parlamentarios de la época es parte lateral de la trama de ocho capítulos, mientras que adquiere mayor relevancia el rol histórico de la embajada de Alemania.


“Esta serie es una obra de ficción. Es un drama inspirado en hechos reales”, reza al inicio de cada capítulo de Dignidad, la serie basada en el enclave liderado por Paul Schäfer durante más de tres décadas. Dentro del equilibrio entre ficción y realidad que posee toda dramatización, su protagonista es un abogado de nombre Leo Ramírez (Marcel Rodríguez), que toma como referencia a quien fue clave en desmantelar a Colonia Dignidad en los años 90, Hernán Fernández, abogado querellante del caso.

El personaje ficticio, en la historia un hombre que fue criado en el cónclave alemán y perdió a su hermano, sirve desde un inicio para ilustrar el contexto de la época. Ante un grupo de policías, en el primer episodio, Ramírez relata los abusos ocurridos en el lugar y señala que se ha “usado como fachada de benefactores alemanes que supuestamente ayudan a familias chilenas pobres, con la promesa de una vida mejor”.

Además, el abogado apunta: “Todo eso con el apoyo de la dictadura de Pinochet, que durante años ocupó el recinto como centro de tortura. Por esta razón Paul Schäfer está rodeado con gente de mucha influencia”.

Leo Ramírez (Marcel Rodríguez), el protagonista de la trama.

En la serie que emiten Amazon Prime Video y Mega –ganadora del fondo CNTV en 2015– el respaldo que manifiestan autoridades chilenas al enclave es incorporado en la trama. Existen declaraciones entregadas a la televisión de parte de políticos de la época (sin coincidencias de nombres con figuras reales), mientras que un hombre que trabaja para un senador hostiga a Ramírez, quien va cada vez más a fondo en la investigación en torno a Colonia Dignidad.

Un punto que desde ayer redobló su atención ante el hilo que publicó -y luego borró- la cuenta de Twitter de Amazon Prime Video en Latinoamérica, en que recordaba el apoyo que otorgó Hernán Larraín a la Colonia durante los 90. “El actual presidente de Chile Sebastián Piñera asignó como ministro de Justicia a Hernán Larraín quien fue del círculo cercano de Paul Schäfer”, escribió la plataforma, agregando que “incluso lo defendió cuando la policía buscó detenerlo”.

La ficción en sus ocho capítulos evita ocupar nombres reales de parlamentarios de la época, aunque desliza el aval de parte de la clase política. También las reticencias a ingresar al cónclave alemán de parte de la policía local, a la que pertenece el personaje con el que se alía el protagonista, Pamela Rodríguez (Antonia Zegers).

En tanto, gana desarrollo el rol histórico del lugar como centro de tortura del régimen de Pinochet. En ese sentido, irrumpe como personaje Manuel Contreras (encarnado por el actor Sergio Piña), jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), en escenas que comparte con Schäfer (Götz Otto) y sus principales colaboradores.

La actriz Julieta Figueroa -izquierda- encarna a Ava.

“Yo solo desenterré los cuerpos y los quemé cuando Pinochet iba cuesta abajo. Solo me deshice de ellos. Pero nunca fui parte de eso. Ese fue tu tío”, le dice en el quinto capítulo el doctor de Colonia Dignidad, Hausmann (Devid Striesow), a Ava (Julieta Figueroa), un personaje que se inspira en la hija adoptiva del jerarca.

Pero en cuanto a responsabilidades políticas, el mayor peso de la historia descansa en el respaldo irrestricto que brindó la Embajada de Alemania en el país, incluyendo varias escenas en el recinto y menciones al conocimiento que tenían sus funcionarios de los crímenes de Schäfer y su sistema. De hecho, esa parte de la trama se refuerza con que la novia del protagonista trabaja en el lugar y es presionada cuando Leo Ramírez continúa en sus diligencias.

Cercanos al proyecto aseguran que en algún momento el rol de la Embajada era tan importante como el retrato del apoyo que brindaron autoridades y parte de los políticos chilenos a la Colonia. Pero, entre las consecuencias derivadas de las decisiones creativas tomadas en la coproducción chileno-alemana, finalmente el mayor peso descansa en el papel histórico de los germanos ante la existencia y denuncias sobre el enclave de Schäfer.

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