La sede de la final, la opción de Bolivia y el rol de Chile: Michael Boys da detalles del sueño de organizar el Mundial 2030

Michael Boys
Michael Boys, durante el Mundial de Rusia. Foto: Archivo.

El flamante secretario ejecutivo de la Corporación Juntos 2030 aborda los distintos aspectos de la candidatura a la cita planetaria y también la invitación del Presidente Alberto Fernández a Bolivia. "No estuvo ni siquiera en la tabla y tampoco fue tema en la conversación posterior", señala.


Durante muchos años, Michael Boys ha sido uno de los personeros más importantes que ha tenido Chile a nivel de fútbol internacional. Su vasta experiencia trabajando en eventos para FIFA es una carta de presentación sólido, razón por la que fue requerido por la Corporación Juntos 2030 para hacerse cargo de la Secretaría Ejecutiva de la postulación al Mundial que se va a desarrollar dentro de siete años.

“La historia de esta postulación es bastante larga. Surgió desde una idea de Sebastián Bauzá y miembros de su directorio en la Asociación Uruguaya de Fútbol en 2009 o 2010, y ahí ellos estaban con este sueño que, de a poco, ha ido tomando forma a lo largo de los años. Con los diversos gobiernos y administraciones de federación y la evolución misma de las copas mundiales, incluyendo que se haya abierto a su ejecución en otros territorios, ha ido tomando forma y alineándose con la posibilidad de concretar esta postulación”, parte explicando el periodista, hoy radicado en Santiago.

El gestor deportivo estaba familiarizado con la candidatura, pues de hace algún tiempo ya estaba asesorándola. “Yo formalmente ayudaba al equipo chileno a través del Ministerio del Deporte y de la Federación de Fútbol desde 2019. Luego, esto se suspendió por efectos de la pandemia y se retomó el año pasado, ya con mucha más fuerza, con más estructura, y ahí trabajamos muy intensamente en fijar los estatutos de la corporación, que terminaron siendo ingresados y aprobados a fines del año pasado; en dotar a la postulación de un presupuesto e ir incorporando a los diferentes estamentos de esta corporación, como gobiernos y federaciones”, cuenta.

¿Qué le pareció que fuera unánime su designación y cuál será su primera misión en este nuevo cargo?

Fue unánime porque esto se empezó a conversar en las últimas semanas y básicamente había un equipo de trabajo más allá de mí, que son los coordinadores nacionales que también forman parte integrante de la Secretaría Ejecutiva y que tienen la misión de organizar y ordenar que los requerimientos se trasladen a cada país. La primera tarea son algunos aspectos formales que hay que hacer ahora: RUT, cuenta corriente para administrar la corporación... Luego, el establecimiento de una serie de mesas de trabajo. Hay dos que quedaron esbozadas para ser las primeras que se instalen, que son la de Ética y Revisión de Cuentas. Y posteriormente, con los requerimientos de FIFA en la mano, son los distintos equipos de trabajo que tienen que, valga la redundancia, trabajar en la elaboración de la propuesta de valor conjunta de los cuatro países.

El Presidente argentino anunció que quería invitar a Bolivia. ¿Es factible eso?

Lo supimos al término de la reunión. No estaba en la tabla de la asamblea. Tú sabes que una vez que se formaliza la corporación, sus reuniones, sus asambleas, funcionan por tabla temática. Por lo tanto, no estuvo ni siquiera en la tabla y tampoco fue tema en la conversación posterior. Este es un consorcio que ya ha sido establecido entre los cuatro gobiernos y las cuatro federaciones. Por lo tanto, cualquier consideración de ese tipo tendría que formalizarse para que de esa manera sea sometida al análisis de la Asamblea y del directorio en particular.

Entonces, ¿Bolivia tendría una posibilidad de sumarse?

No te podría decir, porque no es algo formal. Desde el punto de vista operativo, la Secretaría o la organización no pueden hacerse cargo de algo que no está solicitado formalmente por alguno de sus miembros.

Y desde el punto de vista técnico, ¿qué tan viable es una candidatura de cinco países?

Eso tampoco se puede decir antes de tener los requerimientos de la FIFA para la organización de este evento.

¿Ya están definidos algunos hitos del Mundial?

Hay una idea de que la inauguración sea en Buenos Aires y la final en Montevideo. De momento, y hasta el término, va a ser una idea y eventualmente un planteamiento, pero la decisión final la toma la FIFA. Si uno se fija en el proceso que ha seguido el Mundial de Estados Unidos, Canadá y México, que presentó muchas sedes que finalmente se redujeron a las 16 que se van a utilizar para el torneo, las terminó seleccionando la FIFA y, luego, la designación de los partidos también es una potestad de FIFA, que realiza en conjunto y bajo los criterios que establece con el Comité Organizador Local. Eso es distinto de la entidad que hemos formado ahora, cuyo único fin es llevar a puerto la postulación. No tiene que ver con la organización del evento mismo, porque para eso primero tenemos que ganar.

En el caso chileno, la ministra mencionó algunas ciudades sedes. ¿Cuál es la idea frente a esta postulación?

Eso todavía es primario, porque todavía no están los requerimientos de la FIFA. Entonces, mal podemos saber las condiciones que se van a exigir, no solo de estadio, sino de aeropuerto, hotelería, transporte, servicios... Por lo tanto, antes de entrar a seleccionar sede, tú tienes que conocer cuáles son los requerimientos. Y también es muy importante que las comunidades también muestren su interés. Yo me imagino que en Chile, Argentina, Uruguay y Paraguay existirán ciudades, más allá de las capitales, que estén dispuestas a ponerse en campaña para albergar partidos de una Copa Mundial. Esto tiene una repercusión muy grande en alinear objetivos de ciudades, de regiones y comunidades, y hay una serie de externalidades positivas.

Frente a la inestabilidad económica que siempre ha afectado a la región, ¿cuál es el plan para prever esto?

La inestabilidad económica es una realidad mundial hoy. Está todo el mundo atravesando un periodo complejo, lo que lleva a una reflexión que las grandes organizaciones deportivas vienen haciendo incluso antes de la crisis de la pandemia del coronavirus y que tiene que ver con la sostenibilidad de estos eventos. Post Qatar, el Mundial de Estados Unidos, México y Canadá va a ser un animal completamente distinto, con la mayor parte de la infraestructura existente que será adaptada y con una propuesta de valor totalmente distinta a la de Qatar, que construyó estadios, la mayoría desmontables. Y si te vas a los Juegos Olímpicos, ellos decidieron no seguir con estas postulaciones y firmaron un contrato con la Gold Coast en Australia con 12 años de anticipación para hacer un programa de desarrollo conjunto. Todo esto habla de que la sostenibilidad en el amplio sentido de la palabra es un deber de las grandes organizaciones, y eso va muy alineado con la propuesta de valor que estamos estructurando aquí en la región.

¿Hay algunos ejes definidos de esta propuesta de valor?

Hay algunos ejes que ya están claros, como la sostenibilidad; la historia; el peso y la influencia social que tiene el fútbol en la región es obviamente muy relevante para destacarlo y sin lugar a duda el tener a los campeones mundiales en la región es un aliciente y una gran carta de presentación para la postulación.

¿Y desde el punto de vista económico aún no se define?

Es que el valor económico también es algo que vas a tener que estructurar según los requerimientos que te hagan. Te pongo un ejemplo: en Estados Unidos los estadios van a ser muy grandes, de gran capacidad, y esa gran capacidad significa mayor recaudación por venta de tickets, pero te tienes que asegurar que esos tickets se vendan, lo que ha sido un desafío en copas mundiales anteriores. Si tú te preguntas de Mundiales en nuestra región, probablemente la venta de tickets no sea un gran desafío, porque es tal la pasión por el fútbol y el interés por seguir un evento como este, que el Mundial tendría bastante garantizados los estadios llenos en nuestra región. El cómo se elabora esa propuesta de valor financiero va a depender de cuándo tengamos los antecedentes sobre la mesa y qué es lo que podamos proponer a la FIFA y a los votantes.

¿Cuánto pesa su experiencia trabajando en eventos FIFA? ¿Cree que eso puede influir?

No. Influencia, ninguna. No aspiro a tenerla tampoco, solamente aspiro a traspasar esa experiencia de 10-12 años trabajando en eventos con FIFA. Y, por lo demás, no soy el único en el grupo de trabajo y en la región con esa experiencia. Es de nuestro interés sumarlos a ellos para que aporten esa mirada y esa interacción con FIFA. Obviamente, para lo que sirve mucho es para traspasar a la realidad los conceptos que vaya entregando la FIFA, poder anticipar ciertos escenarios. Sabemos de ciertos requisitos que van a llegar, algunas cosas que son intransables, otras que pueden mejorarse, optimizarse, dónde están los énfasis que quiere la FIFA... Pero influencia, no. No es algo que yo pueda tener o que nadie pueda tener, ya que los reglamentos de esta postulación son muy claros, con normas éticas altísimas. Y ese es el terreno en que queremos jugar.

¿Cuál es la mayor ventaja o atributo de Chile en esta candidatura?

Más que ventaja, Chile se complementa muy bien con el resto. Y una de las cosas muy interesantes de esta postulación es que los países se complementan muy bien entre sí. Es cosa de ver cómo quedó conformado el directorio, donde Chile quedó con la tesorería, que cumple un rol de operativizar y ejecutar. Hay mucha experiencia ganada y los Juegos Panamericanos son muy relevantes en eso.

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