La reñida (y polémica) disputa entre el NAU y Solidaridad en la segunda vuelta de las elecciones de la Feuc

Catalina Jofré (NAU) y Santiago Fernández (Solidaridad), los candidatos del balotaje de la Feuc.

Entre martes y miércoles se llevará a cabo el balotaje que busca a los nuevos representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica. Ahí, Catalina Jofré y Santiago Fernández se disputarán voto a voto los comicios de las listas que representan a las centro izquierda y derecha del alumnado.


Este 7 y 8 de noviembre se llevará a cabo la segunda vuelta de las elecciones que buscan a los nuevos representantes de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc). Ahí, Nueva Acción Universitaria (NAU) y Solidaridad UC se disputarán voto a voto estos comicios luego de ser las dos listas -una de centroizquierda y la otra de centroderecha- con más votos en la primera vuelta efectuada la última semana de octubre, aunque no ajena a la polémica.

Primera vuelta, por cierto, que tuvo un 48,8% de participación (13.503 votos emitidos), un hecho negativamente histórico para la orgánica estudiantil. Ocurre que para que sea válida, la elección tiene que ser de 50% y se zanjó que, si bien ahora no se alcanzó ese piso, en la segunda vuelta sí se tiene que lograr para hacer válidos los comicios. Esto, de hecho, caldeó los ánimos de buena parte de los miembros de las elecciones, quienes criticaban no haber anulado esa primera vuelta por no llegar al quorum.

“Salga quien salga, queda totalmente desprestigiado por lo que hicieron con el quorum. Si bien tenía que hacerse algo respecto a eso, porque no nos podemos quedar sin Feuc, hacerlo a escondidas y no comunicarlo debidamente a los estudiantes es bien feo y antidemocrático”, decía uno de los estudiantes ese día, mientras que otro tildaba el proceso como “antidemocracia. No se alcanzó el quorum, no debiesen ser válidas las elecciones”.

Aun cuando es el Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel) de la orgániza estudiantil el que toma estas decisiones, Sabina Orellana, actual presidenta de la Feuc, señala que “el estatuto dice que para validar unas elecciones debe concurrir un 50% de los estudiantes a participar. Esta participación puede darse en primera o segunda vuelta, por tanto sólo al final del proceso sabremos si hubo quórum”. Y añade: “En primera vuelta votó un 48,8%, con lo cual en esta segunda vuelta se necesita un 1,2% adicional que no haya votado en segunda vuelta para validar la elección. De esta manera, más del 50% de los estudiantes habrían participado en las elecciones, independientemente de en qué vuelta lo hayan hecho”.

Pero no fue lo único polémico de ese día. Y es que el conteo de votos comenzó con un descuadre de firmas y colillas de más del 3% en mesas de Agronomía, Comunicaciones y Campus Oriente, lo que contraviene las normas internas, razón por la que fueron anuladas tres mesas.

Como sea, el NAU, movimiento progresista fundado en 2008 y que como directiva ha tenido entre sus presidentes más icónicos a Giorgio Jackson (exministro del gobierno de Gabriel Boric) o Miguel Crispi (actual jefe de asesores de La Moneda), fue la organización que pasó al balotaje con la primera mayoría de la primera vuelta, al obtener el 35,53% (4.360) de los votos. Con eso como piso buscará mantener el control de de la Feuc que ostenta desde hace seis años. Como presidenta, en esta oportunidad, se presenta Catalina Jofré, de Ingeniería Comercial, quien quiere suceder a Sabina Orellana.

En segunda posición de esa primera vuelta quedó Solidaridad UC. El movimiento de centroderecha socialcristiano y que proviene del Movimiento Gremial logró el 25,05% (3.074) de las preferencias y presenta como candidato a presidente a Santiago Fernández, de Derecho. Más atrás quedaron Otra Era (16,65%), 1A (Movimiento Gremial) (14.69%) y Avanzar (9,08%).

Los debates entre ambos contendores del balotaje han marcado los últimos días de la comunidad estudiantil de la PUC: el lunes 30 en Lo Contador, el martes 31 en Campus Oriente, el jueves 2 en Casa Central y este lunes 6 en San Joaquín fueron los foros, los que buscaban los votos necesarios en una elección que en la interna de ambos movimientos anticipan extremadamente reñida. “Está difícil”, resumen en ambas trincheras.

Y es que en ambas miran cómo tras conocidos los resultados de la primera vuelta las distintas listas que no avanzaron al balotaje manifestaron su apoyo a las que sí lo hicieron. “Consideramos que bajo un contexto en el que Solidaridad representa una amenaza para la inclusión y los derechos estudiantiles en la UC, la NAU, a pesar de las diferencias que nos distancian, es la opción que nos permitirá no retroceder en los avances estudiantiles alcanzados”, dijo, por ejemplo, Otra Era, tercera mayoría, mientras que 1A expuso su “apoyo, crítico y constructivo, a la lista de Solidaridad en esta segunda vuelta. A pesar de nuestras diferencias, es un proyecto de federación que ofrece una alternativa a los mismos de siempre”. Avanzar, en tanto, no lo ha hecho, pero tienen tendencias más cercanas a Solidaridad.

Si se hace el ejercicio de sumar los votos que ya obtuvieron las listas que pasaron al balotaje más los de las listas que les dieron su apoyo, el NAU quedaría con 6.281 preferencias versus 5.992 de Solidaridad, es decir, apenas 289 sufragios de diferencia. Y si a eso se le suma el hecho de que deben participar al menos 332 personas más que en la primera vuelta, la elección se vislumbra reñida.

Además de la Feuc, las elecciones también buscaban el cargo de Consejero Superior, que tiene como misión representar a los estudiantes en el Honorable Consejo Superior de la universidad. Ahí, el primer y segundo puesto se repitió: la candidatura del oficialismo (Isidora Rodríguez como consejera y Amanda Astudillo como subconsejera) ganó con 32,99% y Solidaridad (Benjamín Espinoza como consejero y Sofía Riguad como subconsejera) le siguió con 27,35%. Al igual que para la Feuc, ambas candidaturas pasaron a segunda vuelta.

Asimismo, los miembros de la federación votarán la reforma de sus estatutos, centrada en proteger a las minorías, institucionalizar la existencia de movimientos políticos, o cambiar los mecanismos en caso de vacancia o subrogancia.

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