50 días sin clases en Atacama: la crisis que el Mineduc de Cataldo no logra desactivar

El Servicio Local de Educación Pública de la zona registra serias deficiencias administrativas y de infraestructura, lo que tiene a los docentes movilizados desde inicios de septiembre, a casi 30.000 estudiantes afectados y en un riesgo latente de perder el año escolar si es que el problema no ve una pronta salida.


Una verdadera crisis es la que por estos días atraviesa el sistema educativo de Atacama y, en específico, su Servicio Local de Educación Pública (SLEP), que administra el servicio educacional de cinco comunas -Copiapó, Caldera, Tierra Amarilla, Chañaral y Diego de Almagro- y que tiene al grueso de sus profesores en paro hace 46 días, a miles de estudiantes sin clases durante la misma cantidad de tiempo justo en el año de la reactivación educativa, y al Ministerio de Educación obligado a desplegarse en la región, aunque sin haber podido contener la situación todavía.

El conflicto ha obligado al Mineduc a destinar -infructuosamente hasta aquí- tiempo y esfuerzos en intentar darle una salida. Tanto el ministro Nicolás Cataldo como la subsecretaria de Educación, Alejandra Arratia, se han trasladado a la zona. Sin ir más lejos, esta última autoridad se encuentra actualmente en Atacama buscando acuerdos y soluciones junto al director de la Dirección de Educación Pública (DEP), Jaime Veas. Antes también lo han intentado equipos de la cartera y de la Dirección de Educación Pública destinados de forma permanente a esto.

“Hemos estado en una agenda intensa en la región, teniendo reuniones con distintos actores. Creemos que es muy importante ante una situación crítica como la que tenemos sumar los esfuerzos de todos los actores”, cuenta la subsecretaria Arratia.

Según el ministerio, son aproximadamente 30.000 los alumnos actualmente afectados: de los 78 establecimientos educacionales que administra el SLEP atacameño, entre jardines infantiles, escuelas y liceos, solo 14 recintos escolares y los 18 jardines infantiles están actualmente impartiendo clases. Los otros 46, desde el inicio del paro el 4 de septiembre, no. Y eso, a casi dos meses de que culmine el año escolar, tiene en serio riesgo de perderlo a esos estudiantes afectados.

Pero, ¿a qué se debe el problema? ¿Cuáles son las causas que derivaron en medio centenar de días sin clases? ¿Qué piden los profesores?

La protesta, concretamente, es contra el SLEP y las autoridades responsables por lo que, dicen los docentes, son pésimas condiciones de infraestructura y falta de insumos para llevar adelante las clases. La mala administración desde que se traspasó el servicio educativo desde los cinco municipios hasta el SLEP también ha sido puesta en la mesa, así como la necesidad de un mejor acompañamiento pedagógico.

El problema es que aun cuando solucionar la crisis se ha transformado en una prioridad para el Mineduc y uno de sus mayores dolores de cabeza, esto no ha sido posible en este mes y medio que lleva el paro, pero que se extiende incluso hasta inicios de año, cuando los reclamos comenzaron a ser públicos.

De ahí para adelante, una serie de hechos bien grafican la severa crisis educativa en Atacama, como amagos de incendios por problemas de infraestructura, acusaciones de devolución de favores políticos a la hora de designar cargos (el PS ha sido apuntado especialmente) o el hecho de que a Pedro Lagos, director (s) del SLEP, lo obligaron a renunciar tras un informe del Mineduc que daba cuenta de traspasos de más de $44 mil millones sin respaldo, lo que llevó a entregar los antecedentes al Ministerio Público, al Consejo de Defensa del Estado y a la Contraloría, que ordenó un sumario. Paradójicamente, Lagos había asumido la subrogación del SLEP luego de que Carlos Pérez, director ejecutivo, fuera suspendido en marzo de 2022 por mala gestión.

La problemática es tal que el Mineduc ha sostenido reuniones con el gobernador regional, Miguel Vargas, además de actores del mundo privado, para explorar alternativas de colaboración con la idea de agilizar acciones que puedan restablecer el servicio educativo. Asimismo, el propio alcalde de Copiapó, Marcos López, logró destinar recursos municipales -$60 millones, según entendidos- para dar solución a algunos problemas. Incluso la Universidad de Atacama asistirá técnicamente.

Del mismo modo, la cartera y los profesores han realizado una suerte de catastro conjunto, lo que derivó en que ya se ha iniciado la elaboración de presupuestos por cada establecimiento. Según conocedores, hay reparaciones menores, otras más graves y en un caso el estado es tal que la solución implica reconstruir el recinto desde cero. En los jardines infantiles, en tanto, ya se realizaron las reparaciones comprometidas, por lo que los 19 dependientes del SLEP están funcionando. Asimismo, se han realizado actividades de acompañamiento pedagógico para profesores e instancias de priorización curricular, una de las salidas que se han visto para evitar que los estudiantes pierdan el año académico.

“Lo que pueden esperar las familias es lo mismo que nosotros: que se vuelva lo antes posible a clases”, dijo al respecto este jueves el ministro Cataldo, quien, consultado por la responsabilidad que le cabe al Ejecutivo, se extendió: “Yo creo que no ha fallado el gobierno, quien ha fallado ha sido el Estado, porque este no es un problema de estos últimos dos meses. Tampoco es un problema del último año y medio con el ministro Ávila. Este es un problema que viene más allá de 2018, incluso antes (...) ninguna de estas soluciones, cuando son así de estructurales, se resuelven de un día para otro”. Y cerró: “Ha sido complejo porque hay un estado de ánimo en las comunidades educativas que no es el mejor, lo que se entiende”.

SLEP Atacama

Fue en 2017 -segundo gobierno de Michelle Bachelet- que a través de la Ley 21.040 se creó la nueva institucionalidad educacional, la que básicamente buscaba que el servicio educativo público que hasta ahí entregaban los municipios o sus corporaciones fueran traspasados gradualmente a 70 Servicios Locales de Educación Pública, los que agruparían a ciertas comunas para administrar la educación.

A la fecha, y con varias recalendarizaciones de por medio, son 11 los SLEP que ya se han instalado, uno de los cuales es el de Atacama. Y si bien hay casos exitosos, el servicio norteño dista mucho de eso y ha sido utilizado como argumento para aquellos que defienden que la educación no tiene por qué serles arrebatada a los municipios que lo hacen bien. Pero no lo es todo: situaciones como la suya han llevado al ministro Cataldo a definir como prioritario en su agenda legislativa 2023 el ingreso de indicaciones para la ley sobre implementación de la Nueva Educación Pública y corregir lo hecho al respecto por el exministro Ávila.

Hoy por hoy, el SLEP atacameño tiene bajo su dependencia 18 jardines infantiles, 45 escuelas y 15 liceos. Son, en total, nueve recintos de Caldera, ocho de Chañaral, 45 de Copiapó, cinco de Diego de Almagro y 11 de Tierra Amarilla, los que aglutinan a cerca de 30.000 alumnos.

En el Mineduc han reconocido la crisis, aun cuando comentan internamente que el traspaso en Atacama se hizo bajo el gobierno de Sebastián Piñera. Como sea, distintos actores de la comunidad educativa afectada han pedido la reinstalación del servicio y comenzar todo desde cero.

Por lo pronto, el paro sigue activo (hay amenazas de movilizaciones nacionales en apoyo) y el año escolar, en riesgo, aun cuando en ciertas zonas, como Caldera, algunos profesores han hecho clases en espacios públicos para nivelar los días sin aprendizajes o que se hayan abierto concursos para buscar diversos cargos. En el Mineduc, internamente, confían en que esta semana se bajen las movilizaciones.

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