La generación “centennial” de la CAM: quién es Pelantaro Llaitul, el hijo menor del líder de la agrupación

El menor del clan ha tenido un rol lejano a la primera línea de acción de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), aunque con el tiempo ha ido apareciendo cada vez más en las operaciones de sabotaje del grupo radical mapuche. En su prontuario cuenta con dos detenciones previas y un sospechoso enfrentamiento con Carabineros, revelado por su propio padre en una de las escuchas telefónicas que la PDI pinchó en la investigación que siguen contra Héctor Llaitul.


El círculo de hierro de Héctor Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), no solo está compuesto por amigos y comuneros que colaboran en funciones de “sabotaje” en contra de las forestales de La Araucanía y el Biobío, sino que en gran parte, también, por sus hijos, quienes ocupan distintos puestos en la cadena de mando que el exmiembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMN) diseñó a lo largo del tiempo.

Ernesto (26) es uno y quizás el más cercano “militarmente” a Llaitul, pues tiene a cargo una Organizaciones de Resistencia Territorial (ORT), siendo uno de los jefes de estas agrupaciones que concretan los atentados, según ha alegado en tribunales la fiscalía. El joven está en prisión preventiva tras ser vinculado a una serie de ataques en el Biobío.

Pero el “Nano” -como se apoda Ernesto Llaitul- no es el único hijo del líder de la CAM que cuenta con una participación delictual en sus antecedentes. El martes 22 de noviembre, Pelantaro Llaitul Pezoa (18) fue detenido en Galvarino, Región de La Araucanía, por su presunta participación de dos atentados en dos fundos de la zona.

El menor del clan Llaitul, sin embargo, no cuenta con un perfil de liderazgo en la organización. Fuentes policiales explican que tiene que ver con su edad, pero también advierten que a su haber cuenta con antecedentes asociados a delitos comunes y no de violencia rural, aunque, no proyectan qué destino, finalmente será ese.

Con 18 años, Pelantaro es parte de la denominada generación “centennial” -personas que nacieron a partir de 1996 y que tienen hoy entre 18 y 26 años-, y cuenta en su prontuario con dos detenciones previas a las del martes.

La primera fue el 7 de noviembre de 2019 por un robo con intimidación, en Concepción. Esa vez fue detenido luego de que carabineros fuera alertado de que en una bencinera Copec, ubicada en calle Colo-Colo, un grupo de siete personas estaba asaltando a los bomberos. La policía llegó al lugar y detuvo al hijo de Llaitul, que por entonces, tenía 15 años y quien, según una de las víctimas, fue quien intimidó a uno de los funcionarios del lugar para robarle $ 68.300.

Casi un año después, el hijo de la primera esposa de Llaitul, Pamela Pezoa Matus, volvió a ser arrestado. El 17 de enero del 2020, otra vez en Concepción, fue aprehendido por hurto al interior de la tienda Corona. De acuerdo al parte policial, esa vez fue sorprendido por un guardia cuando se llevaba una serie de artículos en su mochila por un total de $ 39 mil.

Enfrentamiento con Carabineros

Antes de que la PDI detuviera a Héctor Llaitul, en agosto de este año, sus comunicaciones estaban intervenidas. Sus conversaciones eran escuchadas por los policías y fiscales que hace años estaban buscando dar con el líder de la CAM.

Y fue en una de las miles de conversaciones que en mayo de 2021, Llaitul dio luces de que su hijo Pelentaro también era parte de la organización. El día de 10 de ese mes, el líder de la CAM tomó el teléfono para decirle a un amigo que su hijo había sido herido por Carabineros.

“No se comprometió nada fuerte, limpiando y medicamentos fuertes no más para el dolor”, dijo en una de las conversaciones telefónicas que logró interceptar la policía y que permitió posicionar al líder de la CAM y a su hijo menor en el sector de Santa Ana, entre Traiguén y Los Sauces, en La Araucanía, donde se había concretado una serie de atentados.

Esta conversación permitió a los detectives establecer la ubicación del líder de la CAM mediante la georreferenciación de las antenas telefónicas y confirmar como sospechoso a Pelentaro Llaitul como uno de los encapuchados que enfrentaron a Carabineros.

El clan Llaitul no logra salir del radar de policías y fiscales. Es un apellido que seguirá siendo registrado, por delitos graves o comunes, en cada guardia o unidad policial de la denominada Macrozona Sur.

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