La cancha del Santa Laura alborota el campeonato: la UC pierde la paciencia con Unión Española y la U mira hacia Valparaíso

Vista aérea de la cancha del Estadio Santa Laura en la que las imperfecciones son notorias.

El estado del campo del recinto de Independencia pone en jaque el desarrollo normal del Torneo Nacional. El reducto es uno de los pocos que quedan disponibles para el fútbol, pero su superficie aún no está en plenitud. La U lo paga a precio de oro, mientras la UC termina yéndose a Concepción.


La U cae ante Huachipato y las preocupaciones son múltiples. Por un lado, las propias de la derrota azul y las que derivan del funcionamiento del equipo de Mauricio Pellegrino. Por otro, las que tienen que ver con el campo de juego del estadio Santa Laura, donde los laicos deben hacer de local ante la imposibilidad de ocupar el Nacional, reservado para los Juegos Panamericanos y, en rigor, en pleno proceso de refacción para un certamen en el que, paradójicamente, el coliseo principal no será un protagonista esencial. La cancha luce manchones, aunque lo estético es lo menos importante. Lo que más preocupa a entrenadores y jugadores es que no es posible practicar un buen juego, son las imperfecciones. La situación sirve de excusa para disimular errores, pero, en alguna medida, también exculpa a quienes incurren en esas equivocaciones.

Como sea, el recinto de Unión Española es, por estos días, el centro del Campeonato Nacional. Probablemente, tanto como era en los ochenta, cuando se repartía la programación con el reducto ñuñoíno. La condición del césped, que debió ser reparado después del daño que sufrió por la disputa del choque entre Los Cóndores y Estados Unidos, por la clasificación para el Mundial de Rugby, que se jugó bajo una intensa e inusual lluvia, es materia de críticas, que en el caso del anfitrión son justificaciones. El gerente general del club, Cristián Rodríguez, proyectó que en tres semanas estará en su mejor nivel. Sin embargo, en el fondo, nadie es demasiado categórico. El escenario contiguo a la plaza Chacabuco es uno de los pocos disponibles para albergar partidos de equipos a los que las delegaciones presidenciales les hacen el quite por razones de seguridad. En 2022 hubo recurrentes ejemplos en ese sentido.

A precio de oro

Universidad de Chile tuvo que echar mano a la billetera para asegurar la localía en el Santa Laura. La decisión era clave, pues está ligada a la asistencia y a la venta de abonos. Ambos son pilares fundamentales de la economía del club estudiantil. Sin embargo tuvieron que pagar un alto costo: cerca de $ 450 millones por ocuparlo en los encuentros como local durante toda la temporada.

Si la cifra ya es alta solo en base a una simple lectura, hay una consideración que llevará a percibirla como aún más cuantiosa. En 2022, arrendar el recinto costaba algo más de $ 20 millones por encuentro. No hay una explicación formal para el alza, aunque es fácil atribuirla a la fuerte demanda. O, derechamente, a la necesidad de los azules de tener un lugar donde ejercer la localía sin tener que dejar la capital, precisamente, por los compromisos con los fanáticos, principalmente con los que pagan por la membresía anual.

Aún así, se gestiona el traslado a Valparaíso para el encuentro ante Magallanes, programado para el 11 de febrero. ¿La razón? Pellegrino manifestó formalmente su preocupación por la deficiente superficie, que no solo atenta contra el estilo y el modelo de juego que pretende implementar, sino también pone en riesgo la integridad física de los jugadores. Frente a Unión Española, en tanto, no puede ser local en Independencia, pues las bases del torneo se lo impiden. Los de colonia lo inscribieron, naturalmente, como su escenario principal. El encuentro se disputará en Valparaíso. Si los problemas persisten y la U decide trasladarse a regiones de forma definitiva, el club evaluará una forma de compensar a los hinchas abonados que no puedan asistir a esos partidos.

La UC enfrenta a Colo Colo en Concepción, por la Supercopa de 2022. (Foto: Agenciauno)

Un acuerdo que tambalea

Universidad Católica también realizó gestiones para ocupar el Santa Laura. Antes que la U, de hecho. El último tetracampeón del fútbol chileno está en pleno proceso de remodelación de San Carlos de Apoquindo, por lo que se contactó con Unión para arrendarlo. La negociación se fue alargando. Demoró aproximadamente un mes y las condiciones fueron cambiadas innumerables veces, reclaman en la precordillera.

Una de las cláusulas más trascendentes para la UC era la exclusividad que pretendían para el uso del coliseo próximo a la plaza Chacabuco, una condición que, obviamente, excluía al dueño de casa, Unión Española. En San Carlos sostienen que esto estaba acordado, pero que Unión Española se negó a llevarlo al papel, y que, en última instancia, los hispanos avisaron que también habían llegado a un acuerdo con la U.

la UC anunció el Santa Laura el 6 de enero como su estadio de local para esta temporada. En esos momentos, la cancha estaba siendo mejorada. En Cruzados alegan que Unión Española se comprometió a que la cancha estaría en perfectas condiciones para el inicio del Torneo Nacional. Sin embargo, ahora la decepción es gigante, porque el gramado del recinto parece en peores condiciones que hace un mes.

La situación preocupa en demasía, porque si bien el gerente hispano aseguró que en tres semanas debería estar mejor el césped, el Santa Laura albergará dos conciertos de Los Bunkers, el sábado 11 y el domingo 12 de marzo, respectivamente, lo que muy probablemente dejará otra vez en malas condiciones la cancha del estadio.

El problema no es menor. En Cruzados están estudiando los alcances legales de la situación, aunque lo que más los inquieta es la parte práctica. Se movieron rápido. Sellaron el acuerdo con la municipalidad de Concepción para el arriendo del estadio Ester Roa Rebolledo y en la últimas horas han avanzado en las coordinaciones de seguridad relativas a la organización de sus próximos compromisos. En el plano futbolístico, la superficie garantiza cumplirle el pedido a Ariel Holan de una cancha en buenas condiciones, apta para el desempeño que pretende mostrar. “Celebro que Unión Española se preocupara y haya querido realizar mejoramientos en su cancha, pero hoy no está buena. Creo que la programación no fue la mejor, porque no llegó”, lamentó el técnico campeón en 2020 con los de la franja.

El alcalde penquista, Álvaro Ortiz, ha estado encima del pacto, pues le seduce que la ciudad cuente con fútbol de buen nivel, considerando que no le quedan representantes en Primera División. De hecho, el edil ha participado en reuniones telemáticas para afinar todos los aspectos. Ya es un hecho que la UC recibirá en el recinto sureño a Curicó Unido y este jueves se inició la venta de entradas. Este puede ser el principio de una larga estadía.

Paralelamente, la UC tendrá que resolver otra materia: el mecanismo para la devolución del dinero a los abonados que habían actuado en el supuesto de que el equipo de Holan jugaría en Santiago o más cerca de su sede habitual. Este lunes se les enviará un correo con las formas de compensación para aquellos abonados que no pudieron asistir al partido.

“Es nuestro deber procurar siempre privilegiar lo deportivo y el buen espectáculo, por eso hemos tomado esta decisión. Esperamos pronto poder volver a jugar en Santiago. Por ahora la clave es llenar el Ester Roa de cruzados y cruzadas alentando al equipo!”, tuitéo el presidente de Cruzados, Juan Tagle.

¿Y el Monumental?

Por la cercanía geográfica, el estadio Monumental aparece como una opción para descomprimir al Santa Laura y, principalmente, para garantizar el desarrollo del torneo. Sin embargo, hasta el momento, no ha habido peticiones. Universidad Católica alcanzó a sondear la alternativa, pero en Macul le respondieron negativamente, atribuyéndole esa postura al Club Social y Deportivo Colo Colo.

La ANFP, en tanto, no se ha involucrado. Entre sus responsabilidades no está la de gestionarles estadios a los clubes. De hecho, la reglamentación faculta la imposición de sanciones a los que no sean capaces de organizar debidamente los espectáculos en los que deben ejercer como locales. Sin embargo, en otras oportunidades igualmente ha intercedido, aunque frente a las autoridades gubernamentales que le ponen trabas al fútbol profesional.

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