La caída en desgracia de Irene Montero de cara al 23-J en España: el veto a la dirigenta de Podemos

La caída en desgracia de la ministra Irene Montero de cara al 23-J en España. Foto: AP

La prensa española destaca el “inquietante silencio” de la ministra de Igualdad, quien ha sido desplazada durante la campaña en favor de Yolanda Díaz, la líder de la fuerza de izquierda Sumar.


El sábado, cuando el Presidente Gabriel Boric entregó una medalla de “conmemoración de los 50 años” del golpe de Estado en Chile al exjuez español Baltasar Garzón, quien dictó la orden de detención que permitió la captura de Augusto Pinochet en Londres en octubre de 1998, una de las personalidades presentes en la ceremonia efectuada en la Casa de América de Madrid fue Irene Montero, la ministra de Igualdad de España y dirigenta del partido de izquierda Podemos, según destacó el medio Libertad Digital.

Pero salvo ese acto, la prensa española ha destacado la ausencia de la pareja de Pablo Iglesias en la recta final de la campaña para las elecciones generales del próximo domingo en ese país. “El inquietante silencio de Irene Montero”, tituló El Confidencial, mientras que La Voz de Galicia se preguntó: “¿Dónde está Irene Montero?”.

¿Por qué está tan callada Irene Montero? Es la interrogante que plantea Javier Caraballo en su columna de El Confidencial. Y entrega algunos antecedentes para poner en contexto la ausencia de la integrante de Podemos. “Ya sabemos que la apartaron de las listas electorales de un manotazo, que hicieron con su cara una diana de culpas y perdones, que le aplicaron con severidad el castigo máximo de la política, sacarla de los despachos, apartarla de los estrados y de las palmas”, detalla.

La ministra de Igualdad de España, Irene Montero, habla con periodistas en Madrid, el 16 de noviembre de 2022. Foto: AP

Enseguida, pone de relieve que la ausencia de Moreno tiene que ver con la estrategia de campaña de Sumar, la nueva fuerza política de izquierda liderada por la vicepresidenta española Yolanda Díaz, que compite por el tercer lugar en los comicios del 23-J, según las encuestas. “Ya sabemos que todo eso ha ocurrido, que Yolanda Díaz, la nueva líder de la miscelánea ideológica que existe a la izquierda del PSOE, que es la extrema izquierda o la izquierda extrema, ha buscado con su castigo la ejemplaridad de un juicio sumarísimo. Irene Montero, su imagen política, tenía que desaparecer para que Yolanda Díaz pudiera nacer”, afirma Caraballo.

“Por eso el sacrificio público de Irene Montero, que fue como el de las brujas en la Edad Media, cubierta de brea y de plumas de gallina, para que todos lo supieran. Al principio, provocó la reacción de protesta de sus compañeros de Podemos, de Pablo Iglesias hacia abajo, como si se estuvieran mordiendo los puños. Pero luego, para sorpresa de muchos, aceptaron el castigo, asumieron el destierro y (…) se hizo el silencio”, prosigue el columnista.

Y es que, para Caraballo, “desde que la plataforma Sumar deslizó el imperativo de excluir de las listas electorales a los principales referentes de Podemos, comenzó un pulso por la definición de lo que estaba sucediendo. ¿Una traición o una necesidad? ¿Un ajuste de cuentas entre egos incompatibles o un paso adelante para favorecer la unificación de la izquierda? Yolanda Díaz, como queda dicho, necesitaba ese golpe de autoridad para reafirmar su liderazgo y para mostrarse libre e independiente, sin hipotecas ni influencias ajenas. Al otro lado, Pablo Iglesias, al frente de Podemos junto a los demás, entendió casi al instante que se encontraba en un callejón sin salida, que nadie de Sumar, de los 10 o 15 movimientos que lo integran, iba a salir en su defensa. La trampa que había urdido Yolanda Díaz los había dejado solos”.

Laura G. del Valle, columnista en La Voz de Galicia, por su parte, destaca que la ministra de Igualdad ha mantenido “un perfil bajísimo” esta campaña. Casi un mes y medio después de la alianza del 9 de junio por la que Podemos decidió concurrir con Sumar en los comicios generales, “Irene Montero, desplazada de las listas del nuevo partido, está prácticamente desaparecida del combate electoral y solo ha asomado la patita junto a ERC (Esquerra Republicana de Catalunya)”, afirma.

Foto publicada en Instagram en febrero de 2020 por la ministra de Igualdad Irene Montero, en que aparece junto a su pareja, Pablo Iglesias, y el diputado Giorgio Jackson.

Se refiere al acto protagonizado este lunes por Yolanda Díaz e Ione Belarra, la ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, en Pamplona, donde las líderes de ambas colectividades escenificaron su primer deshielo tras 400 días sin coincidir en ningún acto público, como destacó el diario El Español. Se trató, según el mismo medio, de “sus primeros 65 minutos de tregua tras el pulso de las negociaciones internas y el veto a Irene Montero”.

Pese a esta “tregua forzada”, como la calificó el diario El Mundo, Belarra reivindicó en el acto de Pamplona el legado político de Montero al frente del Ministerio de Igualdad, ensalzando, entre otras leyes, la controvertida ley del sólo sí es sí, que ha provocado una sangría de votos a la coalición de gobierno por las más de mil rebajas de condenas a agresores sexuales y que explica la defenestración de la ministra morada en las listas”, apuntó el periódico.

Asimismo, Belarra evitó mencionar el nombre de Díaz durante su intervención. Según El Español, “la distancia fue tanto física como retórica desde el minuto uno, desde la forma de dirigirse a los militantes –'compañeros’ frente a ‘amigos’- hasta la manera de hablar de Sumar y explicar sus referentes”.

De hecho, destaca este último medio, Belarra tardó apenas dos frases en reivindicar a la coalición como una herencia que en los últimos años había hecho campaña “primero como Podemos, después como Unidas Podemos y ahora como Sumar”, mientras que Díaz no llegó a pronunciar el nombre del partido morado. Así, el discurso de la ministra de Derechos Sociales ensalzó claramente a la parte del gobierno morado, sobre todo en lo referente a la política de Igualdad.

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, habla en el mitin de apertura de campaña antes de las elecciones anticipadas, en A Coruña, el 6 de julio de 2023. Foto: Reuters

Ernest Folch, editor de El Periódico, considera “surrealista que Irene Montero sea reivindicada por toda la izquierda a la izquierda del PSOE menos Sumar, y es cómico que se le pida que se moje por la coalición que la purgó y esconde su obra de gobierno”. “Tras la purga estalinista a la que fue sometida la ministra de Igualdad, ni siquiera se cumplió con el mínimo protocolo de mantener las formas y respetar póstumamente su figura. Se dio entonces la orden de ignorarla, aún cuando las preguntas se refirieran explícitamente a ella, como si fuera una de estas extrañas desapariciones en vida tan habituales en la antigua RDA”, sostiene.

Pero Luca Costantini, del diario digital independiente The Objective, asegura que “Podemos quiere llegar hasta el final en su táctica de apoyo medido a Yolanda Díaz y Sumar. Los morados insisten en que el resultado electoral de la coalición que lidera Díaz, y que prescindió de pesos pesados del partido morado como Irene Montero y Pablo Echenique, entre otros, obtendrá un resultado por debajo de las expectativas”. Así, sostiene Costantini, Podemos medita que la ministra de Igualdad haga un “anuncio trampa” pidiendo el voto para Sumar. No quiere ser culpable del fracaso de Díaz y lanza la imagen de Montero como “Juana de Arco” de la izquierda, agrega.

La ministra de Justicia, Pilar Llop; la ministra de Política Territorial y Portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y la ministra de Igualdad, Irene Montero, en una conferencia de prensa. Foto: Europa Press

En su columna del diario digital Público, el cientista político Juan Carlos Monedero, uno de los miembros destacados de Podemos hasta que dimitió en abril de 2015, se pregunta: “¿Quién teme a Irene Montero?”. “Algunos dudan de qué va a hacer Irene Montero el 23-J. Yo lo tengo muy claro: votar a Sumar, entre otras cosas para que su compañera de partido y secretaria general, Ione Belarra, sea diputada. Lo mismo que debieran hacer todos los militantes y votantes de Podemos en donde les corresponda votar. Porque un mal resultado de Sumar es un mal resultado de Podemos y, sobre todo, es un mal resultado para la democracia española”, plantea.

Pero Folch piensa distinto. “En realidad, estamos ante una de las clásicas batallas fratricidas de la izquierda, en la que los que pensaban que habían ganado la pírrica batalla interna empiezan a darse cuenta de su estrategia fallida: efectivamente, sin Podemos Sumar probablemente no suma, y sin Irene Montero el proyecto queda descabezado”, afirma. Y agrega: “Será interesante ver cómo evoluciona la herida abierta e infectada de Irene Montero. De momento la izquierda a la izquierda del PSOE sigue fiel a su idea de siempre: de victoria en victoria hasta la derrota final”.

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