La ANI cumple el sueño de la casa propia: después de 20 años la agencia terminó de pagar edificio institucional

ANI
Dependencias de la ANI en Santiago Centro

Desde el 2004 que la institución encargada de la inteligencia del país estaba emplazada en calle Tenderini 115; sin embargo, la propiedad no era completamente de ella. Según la explicación en la Ley de Presupuesto del 2024, desde ahora cesará el pago de los más de $257 millones anuales que se destinaban para ese ítem.


Cinco minutos. Ese fue el tiempo que duró la escueta exposición del director de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), Luis Marcó, para dar cuenta del presupuesto 2024 ante el Congreso. El acotado tiempo se debía a que, obviamente, el trabajo que realiza el organismo no puede informarse y se maneja en completa reserva, al igual que el detalle del destino del erario fiscal de la institución encargada de la inteligencia del país.

Sin embargo, de lo que sí dio cuenta Marcó fue de uno de los últimos cambios al interior de la institución: después de 20 años la ANI tendrá casa propia. Un dato que, más allá de lo anecdótico, refleja el actual estado de las condiciones de trabajo del organismo.

Así se desprende del proyecto de Ley de Presupuesto 2024, el cual contempla una disminución en los recursos de la Agencia Nacional de Inteligencia, precisamente porque se termina el pago de la “hipoteca” del edificio institucional, ubicado en Tenderini 115.

En concreto, lo anterior se refleja en una disminución, en total, de un 1,4% de la partida presupuestaria de la ANI, la que depende del Ministerio del Interior. De esta manera, para el próximo año la cartera dirigida por la ministra Carolina Tohá destinará $8.985.640.000 para la agencia, lo que se traduce en una caída de $100 millones en esos recursos. ¿La razón? Hay un edificio menos que pagar.

Tenderini 115 ya tiene dueño

“El presupuesto de la agencia para 2024 es un presupuesto de continuidad, nosotros sí tenemos una variación importante en el subtítulo 29″. Con estas palabras inició su comparecencia Marcó, quien detalló la caída en el presupuesto, vinculada principalmente al cese del pago en el edificio.

Para este 2023 dicha categoría contemplaba la destinación de recursos por $257.999.000 para todo el año, lo que correspondía al pago mensual de $21.499.000 por la hipoteca del inmueble.

Para el Presupuesto 2024 este ítem ya no se contempla, pues según señala el proyecto de ley “la variación respecto al año 2023 corresponde al término del pago por la compra de inmueble para uso institucional”. Ante el Congreso, Marcó detalló que “este año se terminó de pagar el edificio, por lo tanto, ya pasó a ser del Fisco, por fin, después de prácticamente un leasing de prácticamente 20 años”.

Y es que el edificio de Tenderini 115, ubicado en la comuna de Santiago y solo a cuadras del Palacio de La Moneda, es ocupado por la Agencia Nacional de Inteligencia desde su creación el 2004, como continuidad de la Dirección de Seguridad Pública (DISPI), creada en 1993 por el entonces presidente Patricio Aylwin, tras la muerte del senador Jaime Guzmán.

El presupuesto de la ANI

Además de eso, el Presupuesto 2024 contempla una serie de cambios en los recursos de la Agencia Nacional de Inteligencia. Y es que a la caída en los gastos del edificio, también se suman cambios en su personal.

En el caso del personal contratado, estos pasan de 352 a 355 y los honorarios disminuyen de 22 a 17. Aquello contempla un aumento del gasto en recursos humanos de $131 millones, 1,9% más que el 2023. “No es la cifra que nos hubiera gustado, pero es un margen que nos permite ir en la línea de lo que hemos ido construyendo, que es normalizar mejor la dotación de la agencia y poco a poco hemos ido avanzando en esa línea”, señaló Marcó ante el Congreso.

Además de eso, los gastos reservados también suben $95 millones respecto a este año; pese al aumento, aquello es menor a lo que existía antes del 2020. A la fecha, según señaló el director, “llevamos hasta la fecha el 81,3% del presupuesto, con lo cual al igual que años pasados vamos a terminar en un rango más o menos del 97-99% de ejecución de gastos”.

No fue lo único. Marcó adelantó que este presupuesto y dotación de personal “no considera la posibilidad de que salga alguna de las leyes que puedan agregarle funciones a la agencia, como es la ley de ciberseguridad, el debate antiterrorista, el tema de la ley de inteligencia desde luego y de infraestructura crítica, que entiendo que también hay una serie de nuevas responsabilidades pensadas para la agencia que evidentemente requieren una vuelta de presupuesto si es que alguno de estos proyectos se ejecuta durante el año”.

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