Juan José Campanella, un ganador del Oscar desde el encierro: “Hoy la televisión es para ver cosas importantes y el cine es un divertimento”

Campanella dirigiendo el episodio que concluye la temporada 21 de la serie. (Foto: Heidi Gutman/NBC)

Luego de dirigir episodios para Dr. House y 30 Rock, el cineasta de El secreto de sus ojos concluye la temporada 21 de La ley y el orden: UVE. “Son como unas vacaciones sin cargo de consciencia, porque todo el mundo está parado, pero empieza a tornarse en algo que a mí me genera angustia”, dice sobre el momento actual.


Hace no tantos meses, Nueva York acogía como de costumbre múltiples rodajes. Jornadas intensas de trabajo y reuniones, como la del director Juan José Campanella (60) y los realizadores de La ley y el orden: Unidad de Víctimas Especiales (UVE), con quienes llevaba una década sin coincidir. “Fue como encontrarme con un equipo de viejos amigos. No solamente con Mariska (Hargitay, protagonista), con quien nos llevamos muy, muy bien, sino que también me encuentro con que los asistentes de dirección ahora son productores, el que era el asistente de los guionistas ahora es un productor, está todo el día en el set. La verdad es que es un reencuentro de amigos”.

Sin que estuviese planificado así, al director argentino le tocó la labor de concluir la temporada 21 de la popular ficción sobre crímenes sexuales. El ciclo, que lo coronó como el programa con actores más extenso de la actualidad, se vio forzado a terminar antes por el coronavirus, de modo que el episodio 20, que se emite mañana por Universal TV a las 21 horas, es el final de temporada. “El programa creo que está mejor que nunca”, sostiene el argentino que realizó su primer capítulo para la producción en el 2000 y había lanzado su último episodio en el 2010, precisamente el año en que recibió el Oscar a Mejor película de habla no inglesa de manos de Pedro Almodóvar por El secreto de sus ojos, la adaptación del libro de Eduardo Sacheri.

“La enorme sorpresa que me hace querer volver es que el show está absolutamente renovado, hay una energía tremenda”, señala Campanella, junto con advertir cambios: “Warren Leight y Julie Martin, que son los showrunners, le dan dado una impronta desde los guiones que trasciende a la serie de procedimiento, ya no es tan importante cómo se encuentra al criminal, como era antes, que en eso se basaba la serie, sino que todas las repercusiones humanas y todas las historias humanas que giran alrededor de ese crimen”.

Egresado de la Universidad de Nueva York, el cineasta lleva años en la televisión estadounidense, dirigiendo capítulos para producciones como Dr. House, 30 Rock y Halt and catch fire, al tiempo que su filmografía sigue acumulando películas, desde la animada Metegol a la comedia El cuento de las comadrejas, estrenada hace un año.

“Cuando yo era chico, el cine era para ver cosas importantes y la televisión un divertimiento. Ahora la televisión es para ver cosas importantes y el cine es un divertimiento. Ha cambiado totalmente de roles. Cuando ya hasta Martin Scorsese hace su última película para televisión, ya estamos en un momento que ha dejado de ser de transición para ser de consolidación", opina consultado sobre Hollywood. Un punto que el director de Luna de Avellaneda puede ilustrar con su última colaboración en La ley y el orden: UVE: “Visualmente el crecimiento ha sido increíble. Ahora son prácticamente películas. El capítulo que hice no me lo hubieran dejado hacer hace 20 años”.

Pero en tiempos confinamiento, con cines cerrados y rodajes suspendidos frente a la amenaza del Covid-19, hay otras reflexiones que también tienen espacio. “Para mí, en este momento de cuarentena, de encierro, la verdad es que el cineasta se ha ido de vacaciones, y está en este momento el padre, el ser humano, el ciudadano, me preocupan cosas más importantes. No es que esté corriendo a hacer un guión sobre la pandemia, para nada”.

El director argentino junto a Mariska Hargitay, la protagonista de las 21 temporadas de la serie.

El coronavirus remeció su mundo profesional en muchos sentidos, desde una serie realizada por su productora en México, que estaba por filmarse, a las construcciones en Buenos Aires del teatro Politeama, una edificación demolida en 1958 que esperaba volver renovada bajo su batuta. También, cuenta, “estaba planeando los primeros esbozos de un guión de cine con Eduardo Sacheri, y eso también se frenó”. Todo quedó paralizado y no tiene fecha de retorno.

Hay varios guionistas y directores que se están adaptando al momento actual y están realizando proyectos desde sus casas. ¿Si esto se extiende más, se imagina realizando algún proyecto o escribiendo un guión desde el confinamiento?

No. Prefiero no imaginarlo. No tengo plan B, yo lo único que estoy esperando es que esto termine rápido (se ríe). Son como unas vacaciones sin cargo de consciencia, porque todo el mundo está parado, pero empieza a tornarse en algo que a mí me genera angustia. Justamente a mí el aspecto que más me gusta del cine es lo comunitario, es el juntarse en un cine, es algo que no lo puede reemplazar nada. Mi última película, El cuento de las comadrejas, justo antes de que se cerraran los cines, se dio en un cine de Miami para 1.200 personas en el Festival Latino de Miami, y la reacción, de las carcajadas y los aplausos, es incomparable. Vos me estás pintando un panorama de ciencia ficción, ¿que esto dure para siempre así? No, creo que en realidad me dedicaría a otra cosa. Trataría de hacer otra cosa. A mí en este momento por lo menos me está costando mucho escribir, concentrarme como para escribir, me está costando.

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