Harold Mayne-Nicholls, el camaleón del fútbol que aterriza en Colo Colo

Harold Mayne-Nicholls se suma al directorio de Blanco y Negro. Colo Colo será el cuarto club del currículo del también ex timonel de la ANFP, quien fracasó en el intento por volver a la testera del fútbol chileno a comienzos de año. Su carrera en la actividad comenzó en Universidad Católica. También presidió la corporación que intenta recuperar el control de Antofagasta. Antes de aceptar la propuesta de Aníbal Mosa para convertirse en uno de los representantes del paquete accionario de la empresa que administra al club de Macul, incluso negoció con Universidad de Chile para transformarse en un funcionario rentado en el directorio de Carlos Heller. Fue a mediados de marzo.

Nacido en Antofagasta en 1961, ha reconocido su afecto por los Pumas. De ese club es socio desde 1973. Cuando no prosperaron las tratativas para que se incorporará a Azul Azul, se reconoció como 'un profesional de la industria' y estableció que por el único club que trabajaría gratis sería por el nortino. "Solo le puedo decir que me fueron a buscar, varias veces. Y todos saben que cuando buscas un profesional de cierto currículum en la industria para que te ordene la casa, no puedes pretender que no cobre de acuerdo al mercado. Yo ya trabajé gratis cuatro años como presidente del fútbol chileno y en el único club donde trabajaría gratis es en mi club: Antofagasta", declaró en esa oportunidad a La Tercera.

En el norte estaban advertidos del acuerdo para sumarse al directorio de Mosa. "Sabíamos hace un par de semanas", dice Francisco Leppes, abogado que acompañó a Mayne-Nicholls en las gestiones para revitalizar la corporación que antecedió a la sociedad anónima que rige al club de la Segunda Región. La relación con los albos no los complica. Tampoco las que haya sostenido con otras entidades. "No tenemos problemas en que pueda trabaje en otros clubes. No es raro. Una cosa es la que hace gratis. Y otra es la profesional. Nos comentó, nos pidió opiniones. Esto es como lo que pasa con cualquier entrenador o con un jugador que se cambia de equipo, puede marcar un gol para un equipo que no es el suyo y no lo celebra, pero lo convierte igual", grafica.

Con la U, en cambio, las negociaciones incluyeron cifras. A los azules les pidió un sueldo que bordeaba los US$ 50 mil dólares más premios. Ese fue, según la versión que entregaron al interior del club estudiantil, el factor que frenó su arribo. "En el proyecto iban mis pretensiones de sueldo. Y ellos me hicieron una contraoferta. ¿Si yo pedí US$ 50 mil y la U me ofreció 18 millones brutos? No son esas las cifras. Yo pedí menos; la U me ofreció más. Pero da lo mismo. Ya está. No se dio y a dar vuelta la página", detalló esa vez a este medio. La siguiente hoja, en rigor, está a un paso de escribirla en el archirrival de los estudiantiles.

Según sus cercanos, Mayne-Nicholls, más que como un dirigente de fútbol, se comporta como un gerente. Aplica los conocimientos que ha adquirido en su formación universitaria, como periodista, y en el amplio recorrido que tiene en el fútbol, que incluye la FIFA y la Conmebol. En ese contexto, quienes lo conocen advierten que para que se note su influencia debe existir un factor clave: "Necesita que lo dejen trabajar". Esa definición apunta a la conformación de equipos y al establecimiento de líneas de trabajo.  Y en esa misma analogía, también consideran natural que un gerente pueda acceder a diferentes ofertas y aceptarlas.

En San Carlos de Apoquindo, por ejemplo, recuerdan que va midiendo el cumplimiento de las metas que establece a los grupos de trabajo que conforma. "Irá piano a piano, revisando gente, determinando quienes son las personas serias, correctas y responsables. Ordenando y midiendo urgencias. No perdona las fallas. La persona encargada del área tiene que responder por ellas. Pero al personal que trabaja con él lo apoya con todo, premia lo bueno. Es noble en ese sentido", explica la fuente. En ese sentido, por ejemplo, recuerdan que Mayne-Nicholls acostumbraba a incluir a los funcionarios en la repartición de los premios que recibían los cruzados por sus logros.