Fact-checking a Arturo Vidal: Verdades y mentiras en las polémicas frases del Rey

El todavía volante del Barcelona cuestionó al club y a la estructura de su plantel. También aludió a su aporte en los equipos que integra. Este es un análisis de la veracidad de sus dichos.


Arturo Vidal remeció el fútbol este fin de semana. El volante, quien sigue perteneciendo al Barcelona, pero que no forma parte de las prioridades del nuevo técnico, el neerlandés Ronald Koeman, concedió una entrevista al youtuber Daniel Habif y dejó una serie de reflexiones controvertidas que transitan entre la crítica hacia el club azulgrana, el repaso de sus episodios más polémicos en el club y en la Selección y el ensalzamiento de su aporte en los equipos que ha integrado, siempre en el contexto de su incierta continuidad como blaugrana.

¿Qué hay de cierto y qué no en las declaraciones del Rey? Cada una de sus reflexiones merece, por su especificidad, ser analizada por separado. Esa revisión arrojará una estimación más concreta respecto de la veracidad o verosimilitud de los dichos.

“Barcelona tiene que cambiar muchas cosas... no puede tener 13 jugadores profesionales y que los demás sean menores”.

Impreciso. Si la expresión se remite a la condición contractual de los futbolistas, queda más que claro que Vidal se aleja completamente de la realidad. Habría que buscarle una interpretación con más contexto al planteamiento del volante chileno, quien puede aludir a la presunta juventud del plantel. Si así fuera, solo dos integrantes de la actual plantilla tienen menos de 18 años: Ansu Fati y el recientemente llegado Pedri. En lo que sí tiene algo de razón el mediocampista chileno es en la novel estructura de la plantilla: 15 de sus jugadores son menores de 25 años, una línea que en el fútbol de alto nivel divide la juventud de la experiencia. Con el arribo de Koeman, y el énfasis que pretende darle el holandés a la renovación del plantel, el recambio podría incluso profundizarse. Vidal es, de hecho, una de las víctimas señaladas del proceso.

“Un equipo que yo pienso es el mejor del mundo...”

Falso. Arturo Vidal suele categorizar de esa forma los equipos que integra. Ya lo había hecho en su estadía en el Bayern Múnich, pese a que, con el chileno en el plantel, los alemanes nunca pudo transferir el dominio que tenían en la Bundesliga a la Champions League, el trofeo que llegó a ganar cuando eligió a los bávaros. Este año, en la antesala del encuentro entre el Barcelona y los germanos, por la cuartos de final del máximo torneo europeo de clubes, le atribuyó la condición al Barcelona. Si bien los catalanes ostentaron esa condición en un pasado relativamente reciente, lo cierto es que hace un tiempo la cedieron. Hace cinco años que no obtienen la Orejona, un parámetro decidor respecto del sitio que ocupa un club en el escalafón mundial. En esta temporada, para peor, ni siquiera se quedaron con la liga, que celebró el archirrival, Real Madrid.

En beneficio del Rey habría que decir, primero, que se trata de su opinión. Y, luego, que la presencia de algunas individualidades como Messi o Suárez, dos que también se alejan del Camp Nou, y algún otro, induce a confusión. La realidad es que los mejores tiempos del Barcelona pasaron. El Liverpool y el Bayern Múnich, por ejemplo, se han apoderado de la escena europea. La opinión del chileno es, en ese contexto, extemporánea.

“Como Arturo Vidal no hay nadie”

Verosímil. Hay que entender que la expresión del chileno está referida a la conformación del plantel del Barcelona y en la escuadra culé no existe otro volante de las características del oriundo de San Joaquín. La plantilla tiene, evidentemente, características distintas a las que aporta mayormente el chileno: despliegue físico y personalidad. Ello radica en que buena parte se formó en el club, desde el veterano Sergio Busquets a los más promisorios Ricky Puig y Carles Aleña. Vidal, en cambio, aporta despliegue y carácter. Esas características le dieron el reconocimiento del sector menos tradicional del tablón culé. En el resto del mundo también se le reconoce. No en vano es considerado uno de los mejores volantes ’box to box’ del planeta, una calificación que se les da a los mediocampistas que tienen la capacidad para pisar ambas áreas con igual solvencia.

“Cuando piensas que con tu ADN puedes llegar a ganar siempre, estás muy equivocado”

Verdadero. Vidal representa, en alguna medida, la antítesis del perfil de futbolista que forma el club culé, que privilegia la técnica sobre lo físico. El famoso ADN Barça que los puristas dicen que el nacional no tiene, algo natural considerando que no se formó ahí, y que nunca le han perdonado no tener, una actitud bastante incomprensible considerando que difícilmente pudieron haber desconocido su estilo cuando lo ficharon. Por eso, quizás, ve el fútbol de otra forma. Lo ayuda, también su paso por otros clubes exitosos que ocuparon distintas fórmulas, como la Juventus y el Bayern Múnich. Los alemanes, de hecho, se transformaron en el sepulturero de un estilo que se transformó en dogma, con la goleada que les endosaron a los catalanes en la última edición de la Champions League. Hay que decir, eso sí, que la opinión del Rey está cargada del hastío que le provocan los constantes reproches a su forma de jugar en función de una fórmula que en la Ciudad Condal consideran la única válida para practicar buen fútbol.

“Al equipo que fui, cambié para bien”.

Verosímil. Hay que reconocer que cada paso que ha dado Arturo Vidal en su trayectoria ha estado enfocado en el progreso y en las aspiraciones deportivas. Así, después de una irrupción meteórica en Colo Colo, el Bayer Leverkusen se transforma en el equipo en el que se presenta en el mercado alemán, uno de los más poderosos de Europa y del mundo. Sus destacadas campañas en las cuatro temporadas que cumplió en el equipo farmacéutico lo catapultaron a la Juventus, dominador hegemónico de la Serie A italiana, con el que suma cuatro scudettos, una Copa Italia y dos Supercopa del país penínsular. Fue protagonista al punto de que hoy se habla de su posible retorno.

En 2015 parte al Bayern con la ilusión de sumarse a un equipo con reales opciones de ganar la Champions, aunque en ese torneo la máxima altura que alcanzó fueron las semifinales. A nivel interno, en todo caso, siguió sumando títulos: celebró tres veces la Bundesliga, dos la Copa Alemania y tres la Supercopa. En la mayor parte de su estadía, fue titular y figura destacada. Sobre el final, su participación disminuyó.

Al Barcelona llegó en la temporada 2018-19. “Quiero ganar tres Champions seguidas con el Barcelona”, declaró, en otra muestra de exacerbado entusiasmo. Igualmente, hay que darle la razón en el sentido de que se trató de un progreso. Al margen de que aún no suma ninguna Orejona, el gran problema con el que ha debido lidiar ha sido su presunta falta de adaptación al estilo histórico de juego blaugrana y, por consiguiente, la pérdida de la titularidad que ostentó frecuentemente en todos sus anteriores clubes. Solo en esta temporada, con Quique Setién en la banca, adquirió cierta frecuencia en el once inicial. Le duró poco.

“Es todo mentira. Yo pedí permiso para pedir disculpas, no quería salir de la Selección”

Falso. Cuando Vidal había recuperado la libertad, después de estrellar su Ferrari en pleno desarrollo de la Copa América de 2015, en Quilín comenzaron a diseñar la estrategia para conseguir, al menos, la solidaridad de los hinchas. Sergio Jadue fue advertido de que era necesario que Vidal ofreciera disculpas públicas. Con un agregado: que ojalá llorara. Después, el ex presidente de la ANFP habla con Sampaoli y el plan continúa su curso. De hecho, una de las primeras gestiones que realiza Arturo Vidal después de que vuelve a Juan Pinto Durán es reunirse con el entonces timonel del fútbol chileno y con el seleccionador. Ahí se le insta a realizar esa histórica intervención ante los periodistas. Vidal, efectivamente, lloró.

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