El antiguo quiebre entre Sichel y Orrego que dificulta (aun más) un apoyo para la gobernación

sichel orrego

El candidato a la gobernación de la RM dice que no pedirá el apoyo de los partidos ni de las cartas presidenciales de Chile Vamos. Pero para ganarle a Karina Olivia en la segunda vuelta necesita los votos de la derecha. Su nombre en el sector genera resistencia, particularmente en el comando del independiente Sebastián Sichel, con quien tiene una larga historia de desencuentros.


“Tiene que pedir un gesto y ofrecer gobernabilidad si quiere apoyos más amplios de los que tiene”.

Así responden en el entorno de Sebastián Sichel ante la pregunta de si hay piso para que el abanderado presidencial independiente de Chile Vamos haga un llamado público a apoyar a Claudio Orrego (DC) frente a la carrera contra Karina Oliva (Comunes) por la gobernación de la Región Metropolitana, que se define en segunda vuelta el próximo 13 de junio.

Quienes apoyan al expresidente de Banco Estado detallan que hay razones estratégicas por las cuales no es conveniente que su candidato llame a votar por Orrego. Que si gana no va a reconocer que fue también gracias al oficialismo; que si pierde será un perjuicio para quienes se alinearon con él en público, y que cualquier gesto debe ser primero con una solicitud expresa del interesado, quien por ahora ha descartado esa opción.

En el caso de Sichel hay también un ingrediente adicional: su relación personal con Orrego está quebrada desde hace años y no hay manera a la vista que se recomponga.

La última vez que Sebastián Sichel y Claudio Orrego se hablaron fue en el año 2012. En esa época el actual presidenciable y el aspirante a la gobernación de la RM eran militantes DC. Y eran también cercanos amigos. Tanto es así que Sichel asumió la labor de asesor comunicacional de Orrego -entonces alcalde de Peñalolén- cuando este compitió en primarias contra Ximena Rincón, a quien en 2013 le ganó con el 59% de los votos (luego quedó en tercer lugar en las primarias contra Michele Bachelet y Andrés Velasco).

El conflicto entre Sichel y Orrego vino a la hora de negociar la lista parlamentaria con que se la jugaría la DC. El primero entonces ya estaba desplegado en el distrito La Reina- Peñalolén para convertirse en la carta del partido a la Cámara de Diputados y contaba con el apoyo que el edil DC le daría para ese proyecto.

Sin embargo, Orrego lo notificó de que no apoyaría su candidatura. Su opción fue apostar por Jaime Pilowsky, quien entonces era administrador municipal de Peñalolén y actualmente es parte del equipo cercano del aspirante a gobernador.

Quienes fueron testigos de la reunión en que Orrego le informó su decisión a Sichel recuerdan lo tenso que fue el momento. El actual presidenciable le enrostró que su actitud era poco leal y le expresó que su interés por la presidencia debía ir más allá de un proyecto personal. Dejó la oficina y el comando y nunca más volvieron a hablar.

“Tiene que dejar de ser sólo “orreguista” y transformarse en una candidatura generacional... Esta fue una decisión personal, pero es la señal evidente de que hay que dejar de creer que las candidaturas son proyectos personales. Estos días me han dicho que dé la pelea, que salte por encima de Claudio, y yo creo que al final del día la gente siente desafecto de la política porque ve que esta es una carrera hacia el poder”, decía Sichel al referirse al incidente en una entrevista al diario La Segunda en enero de 2013.

En los días previos también difundió una carta a sus cercanos acusando “deslealtad” del entonces edil.

Lo que siguió es conocido. Sichel apostó por ir como candidato al parlamento por Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea donde fue derrotado por Cristián Monckeberg (RN) y Ernesto Silva (UDI).

En paralelo se la jugó por la candidatura presidencial de Andrés Velasco que entonces era impulsada por Fuerza Pública, el movimiento que luego derivó en Ciudadanos. Y en 2015 terminó con sus 15 años de militancia en la DC expresando críticas a la conducción de Ignacio Walker. En ese momento, él mismo señalaba que la ruptura con Orrego fue uno de los puntos de inflexión que lo alejó de la falange.

“Ese quiebre (con Orrego) para mí fue profundo, porque fue darme cuenta de que la DC estaba en un punto de inflexión de si era capaz de soportar proyectos colectivos o no era capaz. Ese hecho responde a una serie continua de hechos que me hacen creer que no es posible”, explicaba Sichel a La Tercera tras su renuncia.

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