Duró seis semanas en el Hospital Félix Bulnes: la frustrada reinvención de Alberto Larraín en medio del escándalo de ProCultura

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Alberto Larraín, cofundador de ProCultura.

Previo al cierre de la ONG, el psiquiatra aterrizó en el recinto hospitalario de Cerro Navia. Desempeñó funciones, como confirmaron desde la entidad, seis semanas y con especial foco en pacientes que requerían atención de urgencia. La situación indigna a los extrabajadores de la fundación que siguen con sus finiquitos impagos.


Tres semanas antes de que ProCultura comunicara su cierre, Alberto Larraín, uno de los fundadores de dicha ONG, comenzó a desempeñar funciones presenciales en el Hospital Félix Bulnes, en la comuna de Cerro Navia.

Según pudo constatar La Tercera, a fines de octubre llegó a desempañarse en el Servicio de Urgencia del mencionado recinto, y aunque en su certificado de inscripción en el Registro Nacional de Prestadores Individuales de Salud se indica que su especialidad certificada corresponde a atención psiquiátrica de adultos, también estuvo abocado a la atención de niños y adolescentes.

De acuerdo con trabajadores del recinto hospitalario, tenía un trato bajo el cual trabajaba 22 horas en el lugar, poniendo especial dedicación en los casos de pacientes con ideación suicida.

En el lugar, en todo caso, no es una persona desconocida, pues, como él mismo compartió en sus redes sociales, realizó gestiones para sumar personal especializado al equipo del hospital, para avanzar en programas de prevención del suicidio.

Alberto Larraín duró solo seis semanas en el Félix Bulnes

Pero el nexo con dicho hospital va más allá. Ahí, desde 2020, trabaja quien es presentado por él mismo como “su mejor amigo”: Allan Mix Vidal. Se trata del jefe del Servicio de Urgencia Adulto y también vicepresidente de la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia.

El vínculo entre Larraín y Mix, en todo caso, va más allá de solo una amistad. Este último también se desempeñó como presidente de la Fundación ProCultura y, por lo mismo, también es uno de los blancos investigados por parte del Ministerio Público en el marco del denominado caso líos de platas.

El Consejo de Defensa del Estado (CDE), de hecho, pidió que el Servicio de Impuestos Internos, la Unidad de Análisis Financiero y la Comisión para el Mercado Financiero realicen un rastreo de su persona. Esto, con el objeto de determinar si fondos adjudicados por la ONG en razón de distintos convenios pudieron ir a parar a sus cuentas personales.

Dados todos estos antecedentes, trabajadores del Félix Bulnes no dudaron en reprochar el fichaje de Larraín, pues más allá de sus características profesionales, aseguraban que podía resultar desfavorable para la imagen del hospital tenerlo en sus filas.

A eso agregan, además, que el programa “Quédate”, que impulsaba el Gobierno Regional de la RM con la fundación encabezada por el siquiatra y otras seis ONG, ahora será ejecutado por el hospital -como confirmó este medio-, lo que consideran podría implicar un eventual conflicto de interés. Por su presencia y el nuevo trato.

Alberto Larraín duró solo seis semanas en el Félix Bulnes

Consultados al respecto, desde el Hospital Félix Bulnes indicaron a La Tercera: “El Dr. Alberto Larraín se desempeñó en nuestro establecimiento desde fines de octubre pasado, por un período de 6 semanas, el que ya finalizó. Lo anterior, en contexto de abordar alta demanda asistencial en pacientes que requerían atención psiquiátrica. Valoramos su aporte como especialista en un tema tan complejo como es la salud mental en nuestra población”.

En cuanto a su salida, desde la institución precisaron que Larraín renunció y que “en el contexto de la responsabilidad médica, el sábado pasado cerró procesos terapéuticos con los pacientes y sus familias”.

Las acciones de los trabajadores

Considerando que pese al cierre de ProCultura Alberto Larraín ha podido seguir trabajando, los excolaboradores de la fundación que siguen con sus finiquitos impagos y sin recibir respuestas concretas se mostraron más que decepcionados.

Según comparten en reserva algunos de ellos, es “burdo” que él haya podido continuar como si nada mientras ellos aún están a la espera de que sus reclamaciones sean atendidas.

Varios de ellos, de hecho, ya iniciaron las acciones pertinentes ante la Inspección del Trabajo, donde se han ingresado una serie de denuncias. Dos trabajadoras contactadas por este medio, por ejemplo, estamparon sus reclamos en dicha unidad a principios de diciembre y ya fueron citadas a audiencias de mediación para enero y comienzos de febrero.

En paralelo, además, otro grupo de excolaboradores siguen recabando antecedentes para demandar a la fundación. “Estamos ante una empresa que derechamente ha dejado de cumplir. Dejaron sueldos impagos, cotizaciones impagas y además despidieron a los trabajadores sin pagarles los finiquitos, pero pidiéndoles que firmaran igual. Un desastre”, comentó Héctor Salazar, abogado laboralista que está asesorando a extrabajadores de ProCultura.

“Estamos muy conscientes de que hay varios grupos organizados y que van a plantear estas demandas para obtener las respuestas que corresponden y hacer pesar sobre ProCultura las sanciones laborales que correspondan. Todo eso, además, luego va a escalar a la empresa mandante que corresponda”, manifestó el profesional de SLS Abogados.

Agregó, en línea, que no le sorprende que Larraín rápidamente buscara otro lugar donde desempeñarse. “Él puede hacerlo, pero obviamente para los trabajadores no es la mejor señal. En lugar de hacerse cargo de las deudas que ha ido dejando, se reinventa rápidamente cuando la mayoría de los trabajadores no han tenido esa suerte”, indicó.

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