Con una fisura y un dolor aplacado con medicamentos: la noche en que Alexis Sánchez brilló jugando en un pie

Alexis Sánchez celebra junto a sus compañeros.

El tocopillano no estaba en condiciones de jugar frente a Paraguay. Sin embargo, frente al bajo nivel de sus compañeros, decidió ingresar en el segundo tiempo para intentar revertir la suerte del equipo de Berizzo. Anotó dos goles y se llevó los aplausos del Monumental.


“Alexis, Alexis, Alexis”. Las casi 40 mil personas que llegaron al estadio Monumental explotaron apenas Alexis Sánchez se dispuso a realizar los trabajos de calentamiento. A esa altura, Chile caía por 1-2 frente a Paraguay, sin ningún tipo de reacción que ilusionara a los fanáticos. La sola presencia del tocopillano trotando a un costado de la cancha hizo que el estadio volviera a encenderse frente a la posibilidad de revertir el mal juego del equipo del cuestionado Eduardo Berizzo.

Más allá de la locura que generaba su presencia, Alexis no estaba en condiciones de jugar. Él lo sabía y se lo hizo saber a su grupo más cercano. Desde que aterrizó en Santiago, el futbolista evidenció molestias que le impedían pegarle al balón con el pie derecho. “No debió haber jugado. Tenía una fisura en el pie derecho. Tomó pastillas para no sentir dolor”, dicen desde Juan Pinto Durán. Por eso mismo, los días previos al cotejo entrenó diferenciado y se sometió a muchas horas de cámara hiperbárica para intentar sumar minutos frente a los guaraníes.

Pese a los exámenes médicos, Alexis ya había decidido que ingresaría en la segunda parte del cotejo. No pensó en las explicaciones que seguramente deberá dar en su regreso a Francia. El Niño Maravilla ya había decidido ir al rescate (nuevamente) de la Roja.

Es que Alexis Sánchez asume con personalidad su nuevo rol en la Selección. El mismo futbolista que lapidó hace unos días a la Generación Dorada, asegurando que solo quedaban cinco jugadores vigentes, sabe que debe guiar a un equipo que, más allá del agónico triunfo ante Paraguay, sigue generando muchas dudas. Por eso mismo, según cuentan desde Juan Pinto Durán, al tocopillano se le vio con otro semblante desde que aterrizó en Santiago. “Ya no anda tan callado, tan separado del grupo. Andaba muy bromista y cercano a todos los integrantes de la Selección”, dicen. “Está muy motivado”, agregan.

Alexis inicia sus últimas Eliminatorias mundialistas a su modo. Decidió que de acá en adelante utilizará el dorsal 10, la misma camiseta que utilizó en su debut en la Roja. Con la 7, según sus propias palabras, ya rompió varios hitos. “¿La 7? Hay que guardarla. Este es un nuevo período. Rompí todos los records. Goleador histórico, récord de asistencias, así que dejo la camiseta 7. La 7 se la doy a otro jugador. Quiero terminar con la 10″, añade respecto de un símbolo con el que quiere reflejar un cambio de era. De hecho, ante la Albirroja, el dorsal 7 fue ocupado por Marcelino Núñez, uno que es considerado pilar de la próxima generación.

En la cabeza de Alexis solo está la posibilidad de disputar el Mundial 2026 como un broche de oro para el cierre de su carrera, sobre todo, cuando aún está latente el dolor de perderse Rusia 2018 y Qatar 2022. Asume que quizás será el único jugador de la Generación Dorada que seguirá vigente en un nivel superlativo, como el de este martes. Llegaría con 38 años, la misma edad con la que Cristiano Ronaldo disputó el certamen en Qatar. Los sobrevivientes de la Generación Dorada lucharán con menos recursos para acompañarlo en ese tránsito: Vidal (39 años), Medel (39 años) y Bravo (43 años) difícilmente podrán sostener su nivel.

Es que sus socios del ciclo dorado empiezan a cumplir otras funciones enfocadas en el liderazgo. Medel, por ejemplo, quien no exhibe su mejor versión en el mediocampo, aporta desde otra vereda. Berizzo se niega a rescindir de sus servicios. “Berizzo dice que tiene un gen competitivo que lo hace único. Él motiva al resto dentro de la cancha”, dicen desde Macul. Al momento de la apertura de la cuenta de la Roja se ratificó su rol: llamó a todos sus compañeros de la banca a celebrar con los titulares. Un líder al servicio del equipo.

En la cancha, Alexis se mueve por todo el frente de ataque. No se cierra a posicionarse como 9, ni menos a pedir el balón para trasladarlo frente a la nula reacción de sus compañeros. Hoy, el tocopillano es el baluarte de la Generación Dorada que se niega a morir.

Alexis, más allá de aportar talento en la cancha, también calma a sus compañeros. A Maripán, por ejemplo, no dudó en llamarle la atención cuando discutía con un zaguero paraguayo. “Ya está, ya está”, dijo el 10 al defensor del Mónaco. Una vez finalizado el encuentro, lo primero que hizo fue lanzarle un dardo a Paulo Díaz, el defensor que se hizo expulsar tras una agresión. “Son partidos de Eliminatorias. Hay que estar más concentrados. Cuando Chile entra en discusiones y peleas, se desordena, pierde la noción, nos desconcentramos. Paulo (Díaz) es un gran jugador, pero tiene que seguir mejorando”, complementó.

La nueva versión renovada de Alexis no deja de llamarle la atención a nadie. “Todo jugador es valioso cuando está involucrado, comprometido, se siente parte. El inicio del partido no nos dejaba empezar con Alexis, había entrenado con muchísimo dolor toda la semana, no podía aguantar el partido entero. Su ingreso trastornó el partido por que es un futbolista de clase mundial y también habla de su vigencia, la vigencia de los experimentados en esta nueva era”, dijo Eduardo Berizzo. “De Alexis (Sánchez) sabemos el nivel que tiene, está así hace 15 años”, agregó Gary Medel. Pablo Milad también aplaudió la presentación del delantero. “Alexis estuvo brillante, ha rejuvenecido y está en un gran nivel”.

El delantero del Marsella, en tanto, se retiró sonriente del Monumental. El tocopillano nuevamente salvó a la Roja de un desastre en el Monumental tras convertir dos goles. Con un pie menos, AS10 salvó el proceso de Eduardo Berizzo. “Tenía un problema para pegarle. En el gol le pego con la parte de la planta. Una pastilla para el dolor. Le pegué con el corazón”, sentenció el futbolista el baluarte de la generación dorada que se niega a morir.

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