Comisión de Ética aplica máxima sanción a diputadas Cariola y Santibáñez por expresiones contra Jiles tras fracaso de reforma tributaria

Imagen del video viralizado en redes sociales.

A más de un año del rechazo de la Cámara al proyecto impositivo, aún no se publica la resolución. Sin embargo, la multa de 15% de la dieta ya se acordó en la instancia disciplinaria, sanción que para el PC resulta excesiva en comparación con otros episodios por los cuales algunos legisladores han sido incluso investigados por la justicia.


“Resuelve”, dice la página web de la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados, que el 12 de diciembre del año pasado se reunió para acordar la sanción contra las diputadas Karol Cariola (PC) y Marisela Santibáñez (independiente-PC) por “agresiones verbales que habría sufrido la diputada Pamela Jiles en el hemiciclo en sesión de sala 133ª, de 8 de marzo del año en curso, una vez finalizada la votación de la reforma tributaria”.

A pesar de que han pasado más de tres meses desde que se acordó aquella resolución (y a más de un año del fracaso de aquel proyecto emblemático de la agenda del Presidente Gabriel Boric), el texto del veredicto aún no se publica.

De hecho, la única pista de que el caso ya se resolvió es aquella breve referencia en el sitio web de la Cámara. Pese a ello, ya ha trascendido que la instancia disciplinaria de la Cámara acordó aplicar la medida de “censura”, que va aparejada de una multa del 15% de la dieta, es decir, más de $1.051.000.

Se trata de la sanción más alta que se podía aplicar. Si bien las multas, tras una reforma reglamentaria subieron hasta un 25% en julio de 2023, los hechos ocurrieron antes de que se aprobara ese ajuste en los castigos que se pueden aplicar por problemas de conducta parlamentaria.

En la bancada comunista, donde participan Cariola y Santibáñez, la medida resulta desmedida, toda vez que hay casos de diputados que, por expresiones injuriosas o actuaciones cuestionables -que incluso han sido investigadas por la justicia-, han recibido castigos menores. Por ejemplo, el caso de la diputada María Luis Cordero (indep.-RN), que recibió una multa menor luego de que pusiera en duda la ceguera de la senadora Fabiola Campillai, episodio por el cual llegó a ser desaforada por la Corte Suprema.

Por lo tanto, la resolución de la Comisión de Ética, que se inició por una investigación de oficio, es decir, sin que Jiles ni alguna bancada hayan pedido un pronunciamiento, será apelada mediante un recurso de reposición por las dos legisladoras, no porque nieguen el hecho, que fue ampliamente viralizado en redes sociales, sino por el castigo que consideran excesivo.

Los hechos en cuestión se remontan al verano del año pasado. Tras el receso de vacaciones, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, decidió poner en tabla la discusión de la reforma tributaria, apostando a que se aprobaría en su idea de legislar con los votos justos.

Sin embargo, en los días previos se sumaron varias circunstancias que incidieron en un severo revés para el Ejecutivo, tal vez la peor derrota que han sufrido los ministros del Presidente Boric en el Congreso y que obligó a que el Ejecutivo tuviera que esperar un año para reponer las discusiones tributarias.

Particularmente, el 7 de marzo, el día anterior de la votación, en una historia que fue ampliamente difundida, el entonces ministro de Educación, Marco Antonio Ávila (RD), había protagonizado un altercado con la diputada Viviana Delgado, por un conflicto medioambiental que afectaba a un colegio en Maipú.

Según algunas versiones, Ávila reaccionó en forma brusca y dejó llorando a Delgado, quien luego sufrió una descompensación.

Producto del episodio, el diputado Félix González, quien era el jefe de esta desaparecida bancada ecologista-humanista (en la que participaban Delgado, Mónica Arce y Pamela Jiles), anunció que cortaría relaciones con el gobierno, lo que tuvo efectos concretos en el desenlace de la reforma tributaria.

Al abrirse la votación, que se realizó justo a la hora del almuerzo, tras un breve receso, Delgado y su par Mónica Arce tomaron la decisión de quedarse en el comedor de la bancada.

Jiles, por su parte, quien tenía una antigua rivalidad con Marcel por haber bloqueado sus reformas de retiros previsionales, también no quiso votar.

Al final, por 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones, la reforma tributaria fue desechada en su idea de legislar. Si dos de las tres legisladoras que se ausentaron hubieran votado a favor, el gobierno habría triunfado y habría podido despachar el proyecto al Senado.

Entonces, desde el oficialismo culparon a Jiles de haber aleonado a Delgado y Arce para que se ausentaran, pero esa versión ha sido desmentida por las mismas diputadas.

Lo cierto es que tras la votación, Jiles reapareció campante en el hemiciclo. Al verla, una ofuscada Karol Cariola le gritó: “¡Te cagaste a Chile!”. Lo mismo le dijo Santibáñez, al tiempo que otros parlamentarios del PC y el Frente Amplio la aplaudieron como gesto sarcástico.

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