Claudia Martínez Alvear, la hija economista de Soledad Alvear y Gutenberg Martínez que nunca quiso mirar a la DC

23.10.2018 CLAUDIA MARTINEZ (EN LA IMAGEN) PROFESORA DE INSTITUTO DE ECONOMIA UC E INVESTIGADORAS DEL CENTRO J-PAL, POSAN PARA RETRATOS DE ENTREVISTA REALIZADA PARA PULSO DE LA TERCERA FOTOS: PATRICIO FUENTES Y./ LA TERCERA

La economista e investigadora de la UC, que fue parte del acuerdo transversal por la pandemia, ha hecho una carrera profesional lejos del legado político de sus padres. Su madre, la ex senadora por Santiago, asegura que sin embargo, comparten una vocación de servicio.


Nunca ha militado y no le interesa hacerlo, pero su nombre lleva de inmediato a la historia reciente de la DC. La economista Claudia Martínez Alvear (45) -integrante del grupo de técnicos que participó en el acuerdo de protección social para enfrentar la pandemia- es hija de dos figuras que han marcado las últimas décadas de la falange, aunque renunciaron a ella en 2018 después de cinco décadas de militancia.

Ese no es un tema que le acomode abordar. A lo largo de la conversación con La Tercera PM, remarca varias veces que no tiene vínculo alguno con la trayectoria política de sus padres, que lo suyo es la academia y la investigación que desde 2014 ejerce en el Instituto de Economía de la Universidad Católica. Y desde ahí fue su aporte al acuerdo transversal, que ayer tuvo un primer hito con la promulgación en La Moneda del nuevo Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) .

“Entiendo perfectamente la necesidad de los partidos políticos, pero no es mi camino para aportar”, recalca de entrada. Asimismo insiste en que no hay un molde ideológico que le acomode: “El valor de ser académico es que uno puede tener una mirada desde afuera. Trabajo con datos y para esa aproximación no veo una necesidad de tener una ideología detrás”.

Hasta hace unas semanas, la agenda de la investigadora estaba copada por sus proyectos de investigación, entre ellos el que realiza con el economista Esteban Puentes y con el premio Nobel de Economía 2019, Abhijit Banerjee para incentivar el ahorro en sectores vulnerables. Pero luego vinieron las maratónicas jornadas de negociación por el acuerdo social por la Pandemia.

“Yo me quedo con una buena sensación de que se fue capaz de responder a la emergencia y de que se puede llegar a acuerdos políticos en momentos importantes. Todos podemos tener opiniones distintas pero coincidimos en la urgencia... Es interesante la experiencia”, dice desde su casa, donde está con su marido y sus dos hijos preadolescentes.

La académica llegó al grupo de 12 economistas que trabajaron en el acuerdo por la invitación previa que le hizo la economista Andrea Repetto, quien invitó también a José de Gregorio, Claudia Sanhueza, Rodrigo Valdés y Sebastián Edwards para elaborar una primera propuesta a solicitud del Colegio Médico.

“La Claudia había publicado una carta en LT a finales de abril o inicios de mayo que me llamó la atención, sobre las ayudas que se estaba dando (y no) desde el Estado a las familias”, comenta Repetto. En la carta que llamó la atención de Repetto, Martínez planteaba: “el gobierno debiera estrechar lazos y apoyar económicamente a organizaciones sociales y municipalidades para llegar a los grupos que son difíciles de alcanzar con las estadísticas y mecanismos oficiales”.

Pero esta no era la primera vez que Repetto y Martínez trabajaban juntas. Ambas economistas habían coincido en algunas consultorías solicitadas por el Ministerio de Desarrollo Social sobre pobreza.

La única hija mujer del matrimonio Martínez- Alvear se contó por años en la nómina de economistas y académicos de la Universidad de Chile. Y en sus primeros años como profesional varios apostaban a una carrera en ascenso en la administración pública. Pero su decisión fue seguir en la ruta académica.

Partió a Estados Unidos a doctorarse en la Universidad de Michigan y luego se instaló en Washington para trabajar en el BID. Un promisorio perfil profesional que en 2006 gatilló que apareciera en la nómina de 100 jóvenes líderes de la Revista El Sábado. Un año antes, su madre, la senadora Soledad Alvear, había competido con Michelle Bachelet por ser la abanderada presidencial del sector.

Alvear: “En lo rigurosa sacó algo de mí”

La exsenadora Soledad Alvear dice que en las últimas semanas la han llamado para felicitar la participación de su única hija en el acuerdo político transversal por la pandemia. Dice que en tiempos de crispación política y descalificaciones es fundamental abrir espacios de diálogo como en el que participó Claudia.

Me he sentido muy contenta porque contribuir profesionalmente a un debate que permitió sacar un acuerdo como este, me parece de la máxima relevancia. Eso refleja su vocación pública innata, aunque no milite en ningún partido político. Me siento muy orgullosa”, subraya la exparlamentaria.

De los tres hijos del matrimonio, solo uno optó por la militancia en la DC, pero se fue al tiempo que la ex senadora y el extimonel falangista renunciaron en 2018 con duros cuestionamientos a la nueva dirigencia.

Es muy respetable que no militen. Los tres tienen vocación social. Una mirada de Chile y del mundo global, muy aterrizada y dentro de sus distintos ámbitos aportan. Yo me lleno de orgullo y respeto enormemente la decisión de mis hijos”, añade.

Sobre su hija resalta su trayectoria académica y su rigurosidad: “Ella es una académica muy rigurosa. Fue la mejor alumna de la Facultad de Economía de la Universidad de Chile donde estudió, fue la mejor alumna del Magíster y luego hizo el doctorado en Estados Unidos. Está acostumbrada siempre al trabajo riguroso, técnico y bien perfeccionista. Y eso me encanta. Me encanta la gente responsable”.

-¿La misma fama de matea que tiene usted?

(Se ríe) “Sí. Fue buena alumna en todas partes. Yo soy la mamá entonces soy poco objetiva. Pero sí, ella es muy responsable”

La ex senadora dice que aunque se ve reflejada en su hija, hay diferencias marcadas. Una de ellas es que Claudia no se siente cómoda en la exposición pública.

“Nunca le gustaría tener una presencia pública a través de elecciones de ningún tipo. No se le pasaría por la cabeza. Ahí hay una diferencia con las opciones que en su momento tuvo Gutenberg y yo también. Como la describió un amigo que me escribió para felicitarnos, ella es sencilla, sin aspavientos y rigurosa. Trabaja con mucha honestidad profesional y sin esperar luces. No las necesita. En lo meticulosa y rigurosa sacó algo de mi también”.

-¿Y del papá?

“La vocación pública. Ella tiene una tremenda admiración por su padre por lo que es, por su vocación y su compromiso. Y por el amor incondicional que las hijas tienen hacia el papá”.

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