Carlos III celebra su cumpleaños 75 en medio de pedidos de reforma a la monarquía británica

El rey Carlos III llega para recibir un saludo real de miembros del Ejército en los jardines del Palacio de Buckingham, luego de su coronación, en Londres, el 6 de mayo de 2023. Foto: AP

El rey, que lleva más de un año en el trono luego del fallecimiento de su madre, la reina Isabel II, el 8 de septiembre de 2022, aprovechó la ocasión para poner en marcha un nuevo plan para abordar la pobreza alimentaria y ayudar a reducir los millones de toneladas de alimentos desechados al mismo tiempo.


Carlos III celebró este martes su cumpleaños 75 en medio de pedidos de reforma a la monarquía británica. El rey, que lleva más de un año en el trono luego del fallecimiento de su madre, la reina Isabel II, el 8 de septiembre de 2022, aprovechó la ocasión para poner en marcha un nuevo plan para abordar la pobreza alimentaria y ayudar a reducir los millones de toneladas de alimentos desechados al mismo tiempo.

Carlos, quien ha pasado más de cinco décadas como un activista abierto en temas ambientales y partidario de una economía sustentable, lanzó oficialmente el “Proyecto Alimentario de Coronación”, cuya misión es tratar de evitar que la gente pase hambre.

“La necesidad de alimentos es un problema tan real y urgente como el desperdicio de alimentos, y si se pudiera encontrar una manera de salvar la brecha entre ambos, entonces se abordarían dos problemas en uno”, escribió Carlos en un artículo para “Big Issue”, una revista que suelen vender personas sin hogar.

“Tengo la gran esperanza de que este ‘Proyecto Alimentario de Coronación’ encuentre formas prácticas de hacer precisamente eso: rescatar más excedentes de alimentos y distribuirlos entre quienes más los necesitan”.

Con su esposa, la reina Camilla, Carlos visitó un centro de distribución de excedentes de alimentos en el centro de Inglaterra, donde el personal y los voluntarios le cantaron una versión conmovedora del “Feliz Cumpleaños”, informó Reuters.

También hubo salvas de armas tradicionales en Londres y en todo el país, mientras que el primer ministro, Rishi Sunak, y el hijo mayor y heredero de Carlos, el príncipe Guillermo, publicaron mensajes en las redes sociales deseándole al rey un feliz cumpleaños.

La BBC informó que su hijo menor, el príncipe Harry, que se ha distanciado de su padre y del resto de la realeza, también hablaría con él por teléfono.

Más tarde, el martes, Carlos también ofrecerá una recepción para anunciar el trabajo de las enfermeras y matronas, como parte de los eventos que marcan los 75 años del Servicio Nacional de Salud.

El rey Carlos III posa con su pastel mientras asiste a la fiesta de su 75 cumpleaños organizada por la Fundación del Príncipe en Highgrove House, en Tetbury, Inglaterra. Foto: Reuters

Este primer año de Carlos como rey ha estado marcado por la continuidad y la falta de cambios sustanciales al interior de la Corona. Así lo ha observado el historiador británico Ed Owens, quien en su libro After Elizabeth: Can the Monarchy Save Itself? (Después de Isabel: ¿Puede la monarquía salvarse a sí misma?) sostuvo que para sobrevivir esta debe adoptar reformas y transformarse radicalmente.

A su juicio, el sello hasta ahora de su mandato ha sido de “continuismo, estabilidad y cautela”. “El rey no ha hecho mucho por romper con el modelo de monarquía encarnado por su madre. En cambio, ha enfatizado el mismo tipo de precaución cuando habla de cuestiones sociales y políticas. Públicamente, ha sido más directo en sus puntos de vista. Esto es algo que he denominado una especie de constitucionalismo confrontacional, que es cuando existe un amplio consenso entre los dos partidos políticos principales (Laborista y Conservador) sobre un tema, y el rey, por su parte, considera que su papel es poder apoyar también ese asunto”, señaló Owens en conversación con La Tercera.

“Por ejemplo, hasta hace poco ha habido un amplio consenso sobre la necesidad de alcanzar cero emisiones netas de carbono y el rey creo que consideró que su papel era apoyar ese consenso, ya que no era partidista. Y habló de una manera bastante política sobre la importancia de ese objetivo. El problema que enfrenta Carlos es que esa cuestión se está volviendo más complicada, porque el consenso se está rompiendo y ahora hay miembros del Partido Conservador que se están alejando, por lo que tiene que tener cuidado con su forma de hablar sobre este tema, porque podría encontrarse en desacuerdo, si se quiere, con miembros electos del Parlamento y los sectores del público que representan”, apuntó.

La reina Isabel II saluda mientras está junto al entonces príncipe Carlos y el príncipe Guillermo, en el balcón del Palacio de Buckingham, en Londres, el 5 de junio de 2012. Foto: Reuters

Respecto al manejo que ha tenido el rey Carlos III sobre su situación familiar, en la que su hijo el príncipe Harry se encuentra alienado de la familia, tras apartarse de sus funciones en la Corona en enero de 2020, y su hermano Andrés, quien en febrero de 2022 llegó a un acuerdo extrajudicial -por una cifra que se desconoce- con una mujer que lo acusó de abusos sexuales cometidos cuando ella era menor de edad, el historiador señaló que estos problemas en su círculo son “ciertamente una llaga dentro de la monarquía”.

“Ambas situaciones siguen sin resolverse. Creo que ha manejado el tema de Harry y Meghan con bastante destreza y bastante bien. Y ha adoptado la autoridad moral. Ha reconocido públicamente que le gustaría que hubiera alguna forma de reconciliación. Invitó tanto a Harry como a Meghan a la coronación. No los ha tratado de excluir y, al menos en público, mantiene abierta, si se quiere, la puerta al regreso de su segundo hijo y su esposa a Gran Bretaña”, explicó Owens.

“Esta relación es casi más importante que la realidad del país en estos momentos. Está siendo visto como el padre amable que le daría la bienvenida a su hijo a la familia si Harry así lo decidiera. El tema de Andrés creo que no lo ha manejado tan bien. Claramente, es un problema mayor, incluso que el de Harry y Meghan, ya que Andrés realmente no le agrada al público británico. Y, sin embargo, se niega a abandonar la casa en la que vive en la finca de Windsor. Y Carlos, creo, no sabe qué hacer con él. Ha habido sugerencias de que podría volver a dedicarse a la obra pública. Pero ha habido otras sugerencias de que el rey y el príncipe Guillermo no quieren eso. Y creo que sería muy tóxico que haga un gran regreso a la vida pública real”, agregó.

Birgitte, duquesa de Gloucester; Guillermo, príncipe de Gales; Kate, princesa de Gales; el rey Carlos III; la reina Camilla; Ana, princesa real, y el vicealmirante Sir Timothy Laurence asisten al Festival del Recuerdo de la Legión Real Británica en el Royal Albert Hall en Londres, el 11 de noviembre de 2023. Foto: Reuters

Familia de fantasía

Para su libro, el autor realizó un estudio que abarcó 250 años de historia real, y según los expertos esta obra se ha convertido en un examen mordaz de la monarquía británica actual.

De hecho, Owens destacó el largo reinado de la difunta reina como uno definido por la “complacencia y, en algunos aspectos, incluso la regresión”, con la institución real carente de “rendición de cuentas y transparencia”. Al tiempo indicó que la reina Isabel II fue cómplice de la proyección de una “familia de fantasía”, cuya imagen solo acumulaba problemas para el futuro.

“Es una familia de fantasía. Nos hemos convencido y la familia real nos ha convencido de que son una familia como nosotros. Pero sabemos que no es así. Desde principios del siglo XX utilizan las herramientas de los medios de comunicación modernos y las relaciones públicas para presentarse como una familia corriente, una familia que tiene matrimonios felices y a veces matrimonios infelices. Una familia que pasa por otros ritos como nacimientos y muertes. Y la familia real nos ha invitado a entrar en sus vidas, a través de la forma en que han cambiado su imagen pública para enfatizar su domesticidad, su vida hogareña”, comenta Owens.

Sin embargo, explica, “gran parte de esto es una fantasía”. “Mucho de esto es una pantalla. Y detrás de esa pantalla o detrás de esa cortina la realidad es muy diferente. La realidad es muy compleja. Y, ya sabes, recientemente Harry corrió brevemente esa cortina y nos dejó ver algo de la realidad. Y, en realidad, lejos de ser esta fantasía de familia idealizada, la familia es muy disfuncional. La familia es más bien una familia en desorden. No son como la gente corriente”, asegura.

La reina Isabel II, el príncipe Felipe y sus hijos, el príncipe Carlos, a la derecha, la princesa Ana y el príncipe Andrés, posan para una fotografía en el césped del Castillo de Balmoral, en Escocia, en septiembre de 1960. Foto: AP

“Son extraordinariamente privilegiados. Sus vidas públicas nos han dado cuenta de que en privado se comportan de maneras muy extrañas. Hay historias que siguen rondando en torno al comportamiento y la mala conducta de los miembros de la familia real en el pasado, que no se ha hablado públicamente. Pero hay muchos rumores y podemos estar seguros de que algunos de estos rumores son ciertos. Uno de los problemas con el reinado isabelino de la década de los noventa fue que permitió que esta idea de la familia ideal fuera resucitada después del colapso de esa imagen cuando Carlos y Diana se separaron. Creo que habría sido mucho más sensato que la entonces monarca dijera que ya no iban a jugar a las familias felices. No iban a proyectar esta imagen al público, porque aumentaba la sensación de expectación”, añadió.

El autor escribió en su libro que existe una cierta contradicción entre los hechos y el discurso de la familia real y hace un llamado para que no existan “más aviones privados mientras se predica la importancia del medio ambiente; no más secretos que oscurezcan la influencia real en las altas esferas. Una importante pérdida de peso es fundamental. Y es hora de que se abran los archivos familiares”.

A su juicio, “todas estas cuestiones tendrán un efecto directo en el bien común de la nación mientras intenta reinventarse como una democracia funcional moderna y se esfuerza por equiparse para las próximas décadas”.

Owens señaló que la monarquía debe llevar adelante reformas para hacerla “más transparente y más responsable”. “Tiene que explicar al público cómo funciona en términos de la influencia política que ha ejercido a puerta cerrada. Hay viejas convenciones constitucionales que siguen vigentes y que no son muy democráticas. Cosas como el consentimiento del rey tiene que llegar a su fin. Esto significa que puede ver las leyes antes de que sean debatidas en el Parlamento. Y puede recomendar cambios a las leyes propuestas cuando afectan sus intereses y los de su familia. Creo que es importante abrir los archivos de la familia. Para mostrarnos cómo hemos interactuado en el gobierno, porque hay formas de comportarse en el pasado que no son democráticas, y tenemos que poner fin a eso”, sostuvo.

La reina Isabel II y, de izquierda a derecha, Meghan, la duquesa de Sussex, el príncipe Harry, el príncipe Guillermo y la princesa Kate, observan un vuelo de aviones de la Royal Air Force sobre el Palacio de Buckingham, el martes 10 de julio de 2018. Foto: AP

El historiador dijo que la monarquía debe reducirse en tamaño y que solo comprenda al rey, su esposa Camilla, el príncipe Guillermo y Kate. “Esencialmente hay que tener una realeza más pequeña, porque es el resto el que suele traer problemas, como Harry y Meghan, como Andrés y su familia”, indicó.

Por otro lado, el escritor criticó a la realeza, ya que no ha acogido “plenamente la idea del Estado de bienestar y de que los británicos deben tener buenos servicios públicos de alto funcionamiento”. En su lugar, señaló que la monarquía “promueve las organizaciones benéficas como respuesta a los problemas sociales británicos”. “Esto es un gran problema porque tiene el potencial de llegar a ser muy político para la familia real y muy problemático”.

Para Owens todos estos problemas se han traducido en una baja aprobación a la monarquía entre los jóvenes. Por ejemplo, “entre los menores de 25 años hay tanta gente que quiere deshacerse de la monarquía como los que quieren conservarla. Y ese no era el caso hace 10 años, cuando los índices de aprobación positiva de la monarquía aumentaban alrededor del 70%”. Pero ahora el índice de quienes apoyan la monarquía y creen que se quedará se ha reducido a un tercio.

“Creo que este desencanto de los jóvenes con la monarquía es sintomático de un profundo desencanto con la forma en que se encuentra el país en este momento, sumado a la forma en que funciona la sociedad, la política. Creo que si Isabel hubiera hecho su monarquía más moderna, hubiera cambiado y transformado la monarquía, entonces tal vez no tendrían tantos problemas ahora. La gente no la vería necesariamente como parte del problema, del malestar nacional británico”, concluyó.

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