“Better Call Boris”: El ex primer ministro británico retorna de sus vacaciones en el Caribe como uno de los favoritos para suceder a Liz Truss

Un joven Boris Johnson saludando cuando era alcalde de Londres, en julio de 2010. Foto: AP

Si hace seis semanas Boris Johnson se despedía del cargo de premier con un “hasta la vista, baby”, la popular frase de "Terminator 2", ahora podría volver triunfante al número 10 de Downing Street. De concretarse, seguiría la senda de Winston Churchill y Harold Wilson, quienes cumplieron segundos mandatos después de perder el poder.


Cuando este jueves estalló un nuevo terremoto político en Reino Unido, con la renuncia de Liz Truss al cargo de primera ministra a solo 44 días de asumir el puesto, el entorno del ex premier Boris Johnson se apresuró en salir a anunciar que estaría dispuesto a dar la pelea por regresar, pese a que seis semanas atrás sus propios pares conservadores lo habían sacado del poder.

La idea incluso pareció gustar al gobierno de Ucrania, que el jueves en la noche publicó un tuit desde su cuenta oficial que no cayó muy bien en suelo británico. En el mensaje, una alusión a la popular serie de Netflix, Better Call Saul, se mostraba la cara de Boris Johnson junto a la frase “Better Call Boris” (Mejor llama a Boris). El viernes, el gobierno de Volodymyr Zelensky eliminó el meme sin explicar las razones.

Registro del tuit del gobierno de Ucrania borrado, donde se pide el regreso de Boris Johnson.

A juicio del círculo cercano del ex premier británico, según replicaron los medios británicos, Johnson habría regresado de sus vacaciones en República Dominicana a sondear una posible campaña. En la política británica no existe ningún impedimento para que un ex primer ministro vuelva a postular al cargo, pese a que, en este caso, el político salió tras una bullada pérdida de apoyos dentro del Partido Conservador.

Según las reglas del Comité 1922, organismo de los tories encargado de las elecciones, los miembros del partido que quieran ser incluidos en la carrera por el puesto deberán contar con al menos 100 apoyos de diputados de aquí al lunes, es decir, un poco menos de un tercio de los miembros. Vale recordar que no hay necesidad de llamar a elecciones generales, sino que el sucesor de Truss es elegido al interior del propio partido en el poder que, en este caso, continúan siendo los conservadores.

Los medios británicos no dan por asegurada su eventual candidatura, pero se estaría considerando. Así lo confirmó Will Walden, antiguo secretario de prensa de Johnson, quien dijo a Sky News que el ex premier está “claramente sondeando” la posibilidad.

Una selección de las portadas de los periódicos nacionales británicos mostrando la reacción a la dimisión de la primera ministra Liz Truss. Foto: AP

El secretario de Negocios, Jacob Rees-Mogg, quien es uno de los fieles seguidores de la administración pasada, ya inició una campaña a través de redes sociales para lograr el regreso de Johnson a Downing Street, y decenas de diputados conservadores anunciaron públicamente su apoyo al ex premier, informó BBC. Según el diario El País, el número ascendería a los 40 de forma segura.

Quien en su momento apareció como una posible carta para competir con Truss y Rishi Sunak, el secretario de Defensa Ben Wallace, nuevamente sonó para la carrera. Sin embargo, el influyente político del Partido Conservador dijo a la BBC que se “inclinaba” por apoyar a Johnson antes que postular al cargo.

A Wallace, quien sería el primer miembro del gabinete de Truss en unirse a la campaña para el regreso del expremier, se le sumó el secretario de Nivelación, Simon Clarke. Según informó The Telegraph, Clarke habría instado a los diputados tories a apoyar la candidatura de Johnson.

“Tener a un ganador instalado es lo que necesita el partido para sobrevivir”, le dijo a Sky News Nadine Dorries, aliada de Johnson. Pero el exlíder conservador Michael Howard le imploró al partido no regresar al “psicodrama” de la era Johnson. “Él tuvo su oportunidad y no resultó”, señaló. Algunos legisladores conservadores incluso amenazaron con dejar el partido si Johnson vuelve como líder.

Las nominaciones se cerrarán el lunes por la tarde y, para optar a ellas, los candidatos tendrán que conseguir las firmas de al menos 100 de los 357 diputados conservadores, lo que limita el abanico de aspirantes a un máximo de tres.

La tarea de conseguir los 100 apoyos, al menos matemáticamente hablando, no es simple. Fueron 148 colegas conservadores los que hace menos de 6 semanas votaban para sacar a Boris Johnson del poder, junto con la dimisión de casi 60 ministros.

No sería la primera vez que Johnson apele a un regreso milagroso. En 1987 fue despedido del medio británico The Times por falsificar una cita, pero un año después figuraba en la planilla de The Daily Telegraph como corresponsal en Bruselas. Décadas más adelante, cuando oficiaba como ministro para las Artes en las sombras en 2004, fue despedido por un escándalo personal, tras mentir sobre una aventura amorosa.

Para 2016, tras retirar su candidatura al cargo de primer ministro frente a la de su cercano amigo Michael Gove, apareció sorpresivamente como ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de Theresa May. Por último, en 2018 abandonó el gabinete de May solo para regresar al año siguiente como primer ministro de Reino Unido, y bajo un inmenso apoyo en las elecciones generales.

Boris Johnson, al momento de partir hacia Escocia para anunciar a la Reina Isabel II sobre su renuncia al cargo de primer ministro. Foto: AP

De lograr regresar al 10 de Downing Street, no sería el primero en completa la hazaña tras perder el poder. Sir Winston Churchill, del Partido Conservador, lo hizo en 1951, cuando regresó al gobierno en las elecciones generales de dicho año. Seis años antes, luego de finalizar su celebrada gestión (1940-1945) en la Segunda Guerra Mundial, había perdido el cargo también bajo elección popular.

El líder laborista Harold Wilson también tuvo un regreso al poder. El ex premier dirigió a Reino Unido entre 1964 y 1970, para luego retornar entre 1974 y 1976, dimitiendo sorpresivamente.

Un tercer caso, y quizás el más sorprendente de todos, fue el del tumultuoso carrusel político vivido en la isla a finales del siglo XIX, donde William Ewart Gladstone fue primer ministro en cuatro ocasiones distintas, ninguna de ellas de forma sucesiva. Durante 12 años, iniciados en 1868 y finalizados en 1894, el político liberal entró y salió del poder debido a los problemas políticos de la época, en un precedente que pocos británicos esperan que se vuelva a repetir.

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